Breve historia sobre la fugacidad y ambigüedad de la fama y el nacimiento de un nuevo movimiento poético
Una vez apareció en la revista de un poeta des conocido, que se llamaba como él, un poema mío cuyos recursos excedían lo aceptado por
Una vez apareció en la revista de un poeta des conocido, que se llamaba como él, un poema mío cuyos recursos excedían lo aceptado por
Tarde Demasiado tarde los libros, la ternura, los besos. Demasiado tarde el fuego, las celebraciones, los sueños realizados. Demasiado tarde el hastío,
Cuando se inventó el abecedario no existías y yo ahora, ahora que te veo, no tengo palabras para definirte Sé que tienes nombre, sé su
Me envía mi hermana una foto de la calle de la infancia, es una calle fea, con más baches ahora que la pavimentaron que
la otra mitad La casa tenía una media ventana, una media puerta, una media sala, con una media lámpara a media luz. Una media
Yo siempre seguí todas Yo siempre seguí todas las pistas y no siempre di con el culpable inequívoco, cierto
No sé si los árboles duermen si el vaivén de sus ramas los arrulla si despiertan al frío como hoy yo he despertado. No
Muros de fango, tres pisos, en el suelo paja que devora un pájaro con el ala aplasta trigo y niega todo poder al viento.
No son los patios de los junkeros, — metálicos, mutilados— lo que llena la cabeza de alfileres. Tampoco la vieja bajo el sol, sobreviviente del
Target La publicidad del mall muestra familias rubias y sonrientes de cajas de cereal. Te dice que aquí está la felicidad. Y con 50
Una vez apareció en la revista de un poeta des conocido, que se llamaba como él, un poema mío cuyos recursos excedían lo aceptado por
Tarde Demasiado tarde los libros, la ternura, los besos. Demasiado tarde el fuego, las celebraciones, los sueños realizados. Demasiado tarde el hastío,
Cuando se inventó el abecedario no existías y yo ahora, ahora que te veo, no tengo palabras para definirte Sé que tienes nombre, sé su
Me envía mi hermana una foto de la calle de la infancia, es una calle fea, con más baches ahora que la pavimentaron que
la otra mitad La casa tenía una media ventana, una media puerta, una media sala, con una media lámpara a media luz. Una media
Yo siempre seguí todas Yo siempre seguí todas las pistas y no siempre di con el culpable inequívoco, cierto
No sé si los árboles duermen si el vaivén de sus ramas los arrulla si despiertan al frío como hoy yo he despertado. No
Muros de fango, tres pisos, en el suelo paja que devora un pájaro con el ala aplasta trigo y niega todo poder al viento.
No son los patios de los junkeros, — metálicos, mutilados— lo que llena la cabeza de alfileres. Tampoco la vieja bajo el sol, sobreviviente del
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