Un dedo en la sopa
Jaime llegó justo cuando estábamos «haciendo cola», en la tediosa fila —pegada a la pared perimetral del Jardín Botánico— para ingresar al comedor universitario de
Jaime llegó justo cuando estábamos «haciendo cola», en la tediosa fila —pegada a la pared perimetral del Jardín Botánico— para ingresar al comedor universitario de
La trigueña Encarnación, la del pasito sencillo (Cambia el paso, que se te rompe el vestido ) con sus simples movimientos no se sale del
«Si no te ha sorprendido nada extraño durante el día, es que no ha habido día…»—John Archibald Wheeler Cuando Javiva tocó a mi puerta eran
Einstein enunció su Teoría de la Relatividad en dos partes: La Teoría de la Relatividad Especial, que explica la elasticidad del tiempo con respecto a
«Me duele una mujer en todo el cuerpo…» —Jorge Luis Borges Cuando vi venir a la Chini hacia la entrada de la biblioteca, con sus vaqueros apretados
Conocí a Zamudio una mañana en la que fui a la oficina principal del Banco Sabadell como ayudante de Mario -un ingeniero nicaragüense- a darle
Venía manejando por la Kendall Drive, camino a mi estudio, y se me ocurrió doblar por la avenida Almirante Miguel Grau (SW 137th avenue) y
Cuando leí que Escrivá de Balaguer dijo: ¡Bendito sea el dolor, amado sea el dolor, santificado sea el dolor… glorificado sea el dolor!, me di
Jaime llegó justo cuando estábamos «haciendo cola», en la tediosa fila —pegada a la pared perimetral del Jardín Botánico— para ingresar al comedor universitario de
La trigueña Encarnación, la del pasito sencillo (Cambia el paso, que se te rompe el vestido ) con sus simples movimientos no se sale del
«Si no te ha sorprendido nada extraño durante el día, es que no ha habido día…»—John Archibald Wheeler Cuando Javiva tocó a mi puerta eran
Einstein enunció su Teoría de la Relatividad en dos partes: La Teoría de la Relatividad Especial, que explica la elasticidad del tiempo con respecto a
«Me duele una mujer en todo el cuerpo…» —Jorge Luis Borges Cuando vi venir a la Chini hacia la entrada de la biblioteca, con sus vaqueros apretados
Conocí a Zamudio una mañana en la que fui a la oficina principal del Banco Sabadell como ayudante de Mario -un ingeniero nicaragüense- a darle
Venía manejando por la Kendall Drive, camino a mi estudio, y se me ocurrió doblar por la avenida Almirante Miguel Grau (SW 137th avenue) y
Cuando leí que Escrivá de Balaguer dijo: ¡Bendito sea el dolor, amado sea el dolor, santificado sea el dolor… glorificado sea el dolor!, me di