
Juego de niños
Estoy cansado de tanta mierda flotando por el mundo. De levantarme y abrir las mismas noticias, las mismas páginas webs, de hacer los mismos ejercicios

Estoy cansado de tanta mierda flotando por el mundo. De levantarme y abrir las mismas noticias, las mismas páginas webs, de hacer los mismos ejercicios

Yo nací en una ciudad que pretendía ser cosmopolita, justo al final de una década marcada por el genocidio, el amor, las revoluciones y el

A la vuelta existían un par de homúnculos callejeros, de esos que se parecen al olvido y se parapetan detrás de la indiferencia y el
Por ahí vino un amigo a decirme que le han dejado una marca. –¡La descubrí antes de ayer, en la playa, justo cuando me iba
Entre la primera y la quinta del sudeste, una pareja de jóvenes tomaba las escaleras para bajar al metro. Según la memoria de quienes coincidieron
Al Máquina Samurái. Mi rostro ha visto la Pampa, el occidente argelino, he paseado mi esencia por jardines de ensueño y comparsas tropicales.
Conocí a Cristine en el counter de una compañía almacenera donde llegué como trabajador temporal. Me recibió con una cálida sonrisa latina y una mirada
después fuimos felices durante algún tiempo. No me voy a poner a discutir si de verdad felices, ni sacaré toda esa monserga de la relatividad

Corrían los años noventas cuando lo escuché por primera vez. Escuché sus riffs desaforados. Yo aún me masturbaba con el trasero de Selena Quintanilla en

«¡AGUA… AGUA… AGUAAA!…» El grito hídrico, repetido por varias voces femeninas, me sonaba como un eco raro, como el coro de una comedia musical, de