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So long and thanks for all the riffs


Corrían los años noventas cuando lo escuché por primera vez. Escuché sus riffs desaforados. Yo aún me masturbaba con el trasero de Selena Quintanilla en la televisión cuando él ya estaba maltratando ese bajo en California. Yo era un mozalbete de Descendents, NOFX y Fat Mike. Yo era un punk desafinado también.

Yo me masturbaba con Quik en la boca. Yo lo escuché por primera vez y tendría diez años. Fatty utilizaba el tipo de bajos que más me gustan. Fatty utilizaba los Danelectro DC. Unos bajos que cuestan menos que una tripa de gato en la esquina de tu casa. El que mejor recuerdo es aquel del concierto I Heard They Suck Live!! en el 95. Un DC-59 también conocido como “DC-12”. El costado del cuerpo venia pintado en negro y cuando Fatty hacía sus mocedades en el escenario podía verse en la parte trasera los cuatro tornillos del sistema de ajuste de altura de las pastillas “Lipstick” y el diapasón de Rosewood.

Pero no sé lo que les estoy tratando de decir. No sé por qué les estoy contando esto. Yo sólo sé beber cerveza y aventar golpes en el Slam. Sólo estoy diciendo que cuando oigo la palabra “bajista” mi subconsciente escucha “Fat Mike”. Quisiera decir que su técnica de bajo es majestuosa, que es limpia, que es acompasada, que sus slaps son celestiales, al igual que el tarping, los armónicos, el arpejeo. Podría decir que es fastuoso como lo hace. Porque ustedes no saben lo que representa ese hombre para mí. Su voz Seráfica. Su manera de sacudir el bajo. Esas cosas me habrán sacado de mis estados mentales chaqueteros y perjudiciales en más de una ocasión. Me habrán hecho limpiarme las lagrimas y los mocos después de una ruptura amorosa. Me habrán ayudado a despedir a un amigo después de su muerte bajo las manos del skate. Me habrán hecho emborracharme miles de horas continuas escuchando sus tracks. Fat Mike me habrá visto crecer, madurar, tener hijos, trabajar y envejecer y él seguirá ahí, como si nada.

Mientras yo les escribo que es perfecto. Que puede tapear sobre los trastes con gran elocuencia. Que stapea incluso al estilo Van Halen. Que hace melodías en los agudos y acompañamientos con los graves. Que toca con una distorsión y un delay que te hacen mojarte. pero la verdad es que no.

Fat Mike. Mi padre. Es un bajista normal. Del montón. Es un bajista de punk y el mensaje en el punk es ese, no proponer nada. Y yo lo admiro por eso. Y lo admiro porque si hay alguien en el mundo que haya escuchado a NOFX ese he sido yo y sé que Fat Mike me toca a mí cuando lo hace. Me canta a mí cuando berrea e incluso escribe todas esas canciones guarras basándose en mi vida personal. ¿Es que tú no lo sientes?

Podría hablarte de técnica. Podría hablarte durante horas. Escribirte cuartillas y miles de caracteres acerca de por qué usa ese tipo de bajos y no otros. Podría describirte con apasionada atención qué es lo que conforma un bajo como el Danelectro DC. Podría decirte en qué temas se escucha mejor y todos los conciertos donde lo ha hecho pésimo. Porque yo lo he escuchado. Porque yo lo he visto. Porque solo yo sé que él es un bajista. Que es un buen bajista de punk. Que cuando escucho “bajista” escucho “Fat Mike” y cuando escucho “Fat Mike” escucho “Cerveza” y cuando escucho “Cerveza” escucho “Punk” y cuando escucho “Punk” no quiero proponer absolutamente nada.


Voto Latino es una columna de política, de periodismo cultural, de crítica literaria y musical. Es la democracia vuelta carácter, convertida en letra, transformada en grafía, en razón y en sapiencia. Es la voz de un latino más en EEUU, una voz frágil que representa la fuerza, la eufonía de los desprotegidos, de los mexicanos que conforman el engranaje económico del ominoso país del norte; de los latinos que bailan al son de un inglés soso.

El Voto Latino de Mixar López no es una estratagema más de la propaganda, de la exégesis del discurso demagogo. Voto Latino no es la voz del poder, sino de quien lo hace valer. Los electores hispanos en Estados Unidos son cada día más independientes, y están más inclinados a participar en las decisiones que afectarán su vida a través del voto, en este espacio Mixar López va a dar fe de ello.

Voto Latino es una columna no partidista y sin fines de lucro, fundada por el escritor, periodista cultural y cronista Mixar López, para promover la cultura, integrando a miles de lectores latinos en el proceso político y cultural. Una columna que alentará la participación cívica y lectora. Voto Latino producirá grafías en el medio de comunicación más exitoso de Estados Unidos, con entrevistas encabezadas por celebridades que alentaran a los jóvenes latinos a integrarse en el movimiento cultural latino. Voto Latino es una columna firmemente convencida de que será la bandera de la nueva generación de jóvenes Latinos de los Estados Unidos, que dará forma a la democracia y la cultura de La Jaula de Oro.

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