¿Qué culpa tiene Fatmagül… de su ADN mitocondrial?
De un cigarro preso entre tus labios, va saliendo poco a poco el humo, que al meterse dentro de tus ojos ha cambiado su color…
De un cigarro preso entre tus labios, va saliendo poco a poco el humo, que al meterse dentro de tus ojos ha cambiado su color…
—Qué buena ubicación, asere, justo donde no te capta la camarita ¿De operativo? —Héctor Moreno, exprofesor de física del Instituto de Ciencias de Camagüey, Cuba,
Conocí a Cristine en el counter de una compañía almacenera donde llegué como trabajador temporal. Me recibió con una cálida sonrisa latina y una mirada
«¡AGUA… AGUA… AGUAAA!…» El grito hídrico, repetido por varias voces femeninas, me sonaba como un eco raro, como el coro de una comedia musical, de
Soledad: lava tu cuerpo, con agua de las alondras, y deja tu corazón, en paz, Soledad Montoya. —García Lorca Una cálida tarde de Kendall
«No juegues con el Diablo, no juegues con el diablo, que el Diablo come candela, ah, no juegues con el Diablo, que el diablo come
Acompañado de un ramo de flores y una cajita de bombones Ferrero Rocher, ingresé al ala occidental del cuarto piso del Baptist Memorial Hospital de
—Se le ve muy bien Dr. Knörr, nadie podría pensar que tiene usted más de sesenta años. —Llevo una vida simple y sana, señorita periodista.
De un cigarro preso entre tus labios, va saliendo poco a poco el humo, que al meterse dentro de tus ojos ha cambiado su color…
—Qué buena ubicación, asere, justo donde no te capta la camarita ¿De operativo? —Héctor Moreno, exprofesor de física del Instituto de Ciencias de Camagüey, Cuba,
Conocí a Cristine en el counter de una compañía almacenera donde llegué como trabajador temporal. Me recibió con una cálida sonrisa latina y una mirada
«¡AGUA… AGUA… AGUAAA!…» El grito hídrico, repetido por varias voces femeninas, me sonaba como un eco raro, como el coro de una comedia musical, de
Soledad: lava tu cuerpo, con agua de las alondras, y deja tu corazón, en paz, Soledad Montoya. —García Lorca Una cálida tarde de Kendall
«No juegues con el Diablo, no juegues con el diablo, que el Diablo come candela, ah, no juegues con el Diablo, que el diablo come
Acompañado de un ramo de flores y una cajita de bombones Ferrero Rocher, ingresé al ala occidental del cuarto piso del Baptist Memorial Hospital de
—Se le ve muy bien Dr. Knörr, nadie podría pensar que tiene usted más de sesenta años. —Llevo una vida simple y sana, señorita periodista.