Vera

Una poética del desarraigo 

Tardé veinte años en leer a Gisela Heffes. La primera vez que supe de ella fue simplemente por una foto en Los Inrockuptibles. A pesar

Juan José Hernández, el toukoumano.

Juan José Hernández, el toukoumano.

Mucho antes de saber que era admirado por Julio Cortázar, Octavio Paz, Tomás Eloy Martínez y Alejandra Pizarnik encontré en una mesa de saldos de

Los románticos eléctricos

Tarde   Demasiado tarde los libros, la ternura, los besos.   Demasiado tarde el fuego, las celebraciones, los sueños realizados.   Demasiado tarde el hastío,

Palabras de Leopoldo

Leopoldo Brizuela murió muy joven. Sin embargo, con el fuego de esa vida breve escribió obras que excedieron las fronteras de Argentina y llegaron a

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Tardé veinte años en leer a Gisela Heffes. La primera vez que supe de ella fue simplemente por una foto en Los Inrockuptibles. A pesar

Juan José Hernández, el toukoumano.

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Mucho antes de saber que era admirado por Julio Cortázar, Octavio Paz, Tomás Eloy Martínez y Alejandra Pizarnik encontré en una mesa de saldos de

Los románticos eléctricos

Tarde   Demasiado tarde los libros, la ternura, los besos.   Demasiado tarde el fuego, las celebraciones, los sueños realizados.   Demasiado tarde el hastío,

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Leopoldo Brizuela murió muy joven. Sin embargo, con el fuego de esa vida breve escribió obras que excedieron las fronteras de Argentina y llegaron a

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