
Rosario Castellanos, versos y calmantes
A veces la alarma te despierta y sentís que no dormiste porque tu mente, acelerada, quería resolver al mismo tiempo todas las preocupaciones del momento.

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En mi época del colegio, durante los veranos, iba a bucear con snorkel en la punta entre las playas Brasilito y Conchal, en Guanacaste. Había que

Rodeada de un halo ambarino, Luna reinaba sobre el cielo nocturno y nublado de Tárcoles, en el Pacífico costarricense. Asomaba su rostro redondo y lleno

La conocí cuando vine con doce años a Ciudad de México. Ahora he vuelto a visitarla en el Museo Nacional de Antropología: Piedra de Sol,

Después de nadar en aguas abiertas caribeñas y andar en bicicleta algunos kilómetros a lo largo de las caletas entre La Boca y Playa Ancón,

Nuestra guía, Noelia, nos llevó al punto más alto de la plataforma norte de Monte Albán, ciudad cumbre de la cultura zapoteca, que creció y

Tomaba un café expreso en la librería Realejo, joyita para bibliófilosen la ciudad brasileña de Santos. Aunque no pensaba comprar libros, me puse a ojear

El sol de media tarde entraba por la ventana frontal de mi apartamento. Su calidez me acariciaba el cuello. Iluminaba además las páginas en las

Bebo una cerveza pilsener de las montañas Catskills en la terraza del Adirondack, la taberna de mi barrio brooklyniano, mientras un sol radiante de luz cálida

Al final de la tarde me senté en un sillón del segundo piso de la biblioteca del CUNY Graduate Center en Manhattan. A través del