
#Futbolit: El Mundial en el rancho de Ernesto
Después de nadar en aguas abiertas caribeñas y andar en bicicleta algunos kilómetros a lo largo de las caletas entre La Boca y Playa Ancón,
Después de nadar en aguas abiertas caribeñas y andar en bicicleta algunos kilómetros a lo largo de las caletas entre La Boca y Playa Ancón,
Por Luciano Wernicke (Buenos Aires, 1969). Periodista, docente y escritor. Ha trabajado para diversos medios de comunicación de su país, Colombia, Inglaterra y Escocia. Es autor
Aprendí a querer a la selección peruana de fútbol, como la mayoría de nosotros, desde la primera lágrima. Cada tragedia, dolor, amargura e impotencia contenidas
Colombia, como país futbolero, y su selección nacional de fútbol tienen gratos recuerdos de Rusia y lo que antes fue la Unión Soviética. En 1962
El Grupo D fue llamado «de la muerte», expresión exagerada para resaltar que en su composición había muchos «pesos pesados» y solo dos pasarían de
Después de nadar en aguas abiertas caribeñas y andar en bicicleta algunos kilómetros a lo largo de las caletas entre La Boca y Playa Ancón,
Por Luciano Wernicke (Buenos Aires, 1969). Periodista, docente y escritor. Ha trabajado para diversos medios de comunicación de su país, Colombia, Inglaterra y Escocia. Es autor
Aprendí a querer a la selección peruana de fútbol, como la mayoría de nosotros, desde la primera lágrima. Cada tragedia, dolor, amargura e impotencia contenidas
Colombia, como país futbolero, y su selección nacional de fútbol tienen gratos recuerdos de Rusia y lo que antes fue la Unión Soviética. En 1962
El Grupo D fue llamado «de la muerte», expresión exagerada para resaltar que en su composición había muchos «pesos pesados» y solo dos pasarían de