#LaBola: Welcome
En la tarde vinieron a llevarme pastelitos. Los conté, eran ocho, todos vestidos de salir, con blazers, corbaticas, camisas llenas de cocodrilos. Traían de
En la tarde vinieron a llevarme pastelitos. Los conté, eran ocho, todos vestidos de salir, con blazers, corbaticas, camisas llenas de cocodrilos. Traían de
La habitación entró en nosotros. Oscurecida por las cortinas cubiertas por ventanas estrechas por las que entraba la oscuridad de adentro. Una de mis pieles
Quizá la analogía de un diario que anuncia las noticias del día siguiente sea un símil demasiado placentero, pero Lichi siempre dejaba caer en sus
Mi casa, la de cuando era niño, siempre será inmensa y formará parte de lo que arrastro con el ridículo sello de lo perdido
Sobre una mesa, justo en el centro, descansaba en una posición algo desacostumbrada. En el centro, haciendo converger en su carne punzante y ofrecida todas
Ya está soplando otra brisita de nostalgia, lánguida, fofa, jodedora brisita que trae olores a calle gastada, cierta vez distante, a infierno de picualas y
resbala, resbala por la pendiente, déjate llevar por la inercia de tu propio peso y aprovecha el descenso para disfrutar la sensación de vértigo placentero
Rodeado de papeles que contenían todo en una repetición inevitable de los clásicos, él, el plagiador involuntario universal, reescribía la historia de la literatura enfrentando
La otra mitad Nota: El guión del cómic que van a leer está basado en un sueño que tuve. El sueño fue bastante corto, pero
Siento como me hundo, despacio, sabrosamente, me elevo en el precipicio, me despeño, me despingo hacia mi sabiduría con una mueca bruta. Y, qué putada,
En la tarde vinieron a llevarme pastelitos. Los conté, eran ocho, todos vestidos de salir, con blazers, corbaticas, camisas llenas de cocodrilos. Traían de
La habitación entró en nosotros. Oscurecida por las cortinas cubiertas por ventanas estrechas por las que entraba la oscuridad de adentro. Una de mis pieles
Quizá la analogía de un diario que anuncia las noticias del día siguiente sea un símil demasiado placentero, pero Lichi siempre dejaba caer en sus
Mi casa, la de cuando era niño, siempre será inmensa y formará parte de lo que arrastro con el ridículo sello de lo perdido
Sobre una mesa, justo en el centro, descansaba en una posición algo desacostumbrada. En el centro, haciendo converger en su carne punzante y ofrecida todas
Ya está soplando otra brisita de nostalgia, lánguida, fofa, jodedora brisita que trae olores a calle gastada, cierta vez distante, a infierno de picualas y
resbala, resbala por la pendiente, déjate llevar por la inercia de tu propio peso y aprovecha el descenso para disfrutar la sensación de vértigo placentero
Rodeado de papeles que contenían todo en una repetición inevitable de los clásicos, él, el plagiador involuntario universal, reescribía la historia de la literatura enfrentando
La otra mitad Nota: El guión del cómic que van a leer está basado en un sueño que tuve. El sueño fue bastante corto, pero
Siento como me hundo, despacio, sabrosamente, me elevo en el precipicio, me despeño, me despingo hacia mi sabiduría con una mueca bruta. Y, qué putada,