#LaBola: elipsis
es niebla abismal, un vacío llameante, un río de angustia leve, que va desde el centro del pecho hasta la mitad del estómago, es una
es niebla abismal, un vacío llameante, un río de angustia leve, que va desde el centro del pecho hasta la mitad del estómago, es una
Su mirada era un rastro de ternura —como esos olores humeantes de los pasteles de los dibujos animados que acarician, encantan, levantan en peso
Iba caminando en medio de la noche, acelerado por la pérdida de mi amante cuando unas gotas de agua fría me arañaron el cuello.
¿Te pasa que encuentras un árbol como el de esta foto y te recuerda unos labios, un primer beso, un te amo perdido entre los
yo tenía un amigo que dibujaba garabatos, remolinos sonrientes, amapolas con pétalos hipodérmicos, mujeres-espiral donde uno podía girar y perderse o encontrarse para siempre en
estoy sentado sobre el mundo, el mundo es una cama, pero no estoy sentado sobre una cama, estoy sentado sobre el mundo, sobre dolores, sobre
recuerdo cuando escribía con los ocho dedos y el espacio era pulgares; despotricaba contra credos sagrados para sentirme único y mis símiles adoraban lo aleatorio:
en-aaaaaaaaaiaaaaaa… esa parte tan bonita chico, tremenda voz que tiene esa mulatica, cuando hace el aaaaaa ese me deja como loco, ¡qué voz! Además, la
es niebla abismal, un vacío llameante, un río de angustia leve, que va desde el centro del pecho hasta la mitad del estómago, es una
Su mirada era un rastro de ternura —como esos olores humeantes de los pasteles de los dibujos animados que acarician, encantan, levantan en peso
Iba caminando en medio de la noche, acelerado por la pérdida de mi amante cuando unas gotas de agua fría me arañaron el cuello.
¿Te pasa que encuentras un árbol como el de esta foto y te recuerda unos labios, un primer beso, un te amo perdido entre los
yo tenía un amigo que dibujaba garabatos, remolinos sonrientes, amapolas con pétalos hipodérmicos, mujeres-espiral donde uno podía girar y perderse o encontrarse para siempre en
estoy sentado sobre el mundo, el mundo es una cama, pero no estoy sentado sobre una cama, estoy sentado sobre el mundo, sobre dolores, sobre
recuerdo cuando escribía con los ocho dedos y el espacio era pulgares; despotricaba contra credos sagrados para sentirme único y mis símiles adoraban lo aleatorio:
en-aaaaaaaaaiaaaaaa… esa parte tan bonita chico, tremenda voz que tiene esa mulatica, cuando hace el aaaaaa ese me deja como loco, ¡qué voz! Además, la