Henrik Ibsen, 187 aniversario
La casa se ocultaba detrás de un bosque. De noche, cuando llegaba y me adentraba en el túnel que el espeso follaje compactaba, sentía que
La casa se ocultaba detrás de un bosque. De noche, cuando llegaba y me adentraba en el túnel que el espeso follaje compactaba, sentía que
La gran literatura está marcada por seres, ellos mismos actores o más bien prisioneros de una trama absurda que no escogieron pero que no pueden
A los catorce años me violaron dos veces. Primero una mujer y después un hombre. Yo era un muchacho más bien pequeño para mi edad,
Como a las cinco de la tarde del 22 de agosto de 1968 salí muy contento para El Vedado. Por abajo, llevaba un pantalón de
En los ambientes literarios marginales de La Habana de los 70 circulaba una lista, según Reinaldo Arenas confeccionada por el mismísimo Lezama Lima, con las
La casa se ocultaba detrás de un bosque. De noche, cuando llegaba y me adentraba en el túnel que el espeso follaje compactaba, sentía que
La gran literatura está marcada por seres, ellos mismos actores o más bien prisioneros de una trama absurda que no escogieron pero que no pueden
A los catorce años me violaron dos veces. Primero una mujer y después un hombre. Yo era un muchacho más bien pequeño para mi edad,
Como a las cinco de la tarde del 22 de agosto de 1968 salí muy contento para El Vedado. Por abajo, llevaba un pantalón de
En los ambientes literarios marginales de La Habana de los 70 circulaba una lista, según Reinaldo Arenas confeccionada por el mismísimo Lezama Lima, con las