Bernabé y yo
Las nubes heladas comandan el cielo pletórico de antenas, terrazas y balcones. En la esquina circulan algunos transeúntes desprevenidos. La puerta entreabierta deja
Las nubes heladas comandan el cielo pletórico de antenas, terrazas y balcones. En la esquina circulan algunos transeúntes desprevenidos. La puerta entreabierta deja
A Vinicius Winkell le detectaron demencia senil cuando no le tocaba. Trabajaba en una entidad bancaria de Texarkana, una pequeña población partida entre
UNO –El rumor de un pueblo que despierta/ es más bello que el rocío —respondió él. Era agosto de 2001. Javier todavía estaba flaco
Una historia de amor mexicana se desarrolló en las aceras mojadas y rotas de una calle de Tláhuac. Fue cerca de un puente
Las hermanas Campos estaban sentadas por orden de edad al lado del féretro de su padre. Llevaban horas recibiendo a todas las personas
Yo era un niño de once años. Estaba en sexto grado de primaria. Al inicio del curso llegó a mi salón una hermosísima niña. Se
La Sayona de Chicago El día de la reunión de Caracruz siempre me da un enorme fastidio ir: domingo en la mañana; la mayor parte
A una semana para defender la tesis, respiro el lunes y me invito a almorzar a Linda’s Bar & Grill, cuna de los
I Su delgada contextura descansa sobre el vidrio de mi escritorio. A veces, por encima de la obra poética de César Vallejo. La
Existe una historia en la que siempre ha sido mi ciudad que es común. La del trepa que sube por un oscuro ascensor
Las nubes heladas comandan el cielo pletórico de antenas, terrazas y balcones. En la esquina circulan algunos transeúntes desprevenidos. La puerta entreabierta deja
A Vinicius Winkell le detectaron demencia senil cuando no le tocaba. Trabajaba en una entidad bancaria de Texarkana, una pequeña población partida entre
UNO –El rumor de un pueblo que despierta/ es más bello que el rocío —respondió él. Era agosto de 2001. Javier todavía estaba flaco
Una historia de amor mexicana se desarrolló en las aceras mojadas y rotas de una calle de Tláhuac. Fue cerca de un puente
Las hermanas Campos estaban sentadas por orden de edad al lado del féretro de su padre. Llevaban horas recibiendo a todas las personas
Yo era un niño de once años. Estaba en sexto grado de primaria. Al inicio del curso llegó a mi salón una hermosísima niña. Se
La Sayona de Chicago El día de la reunión de Caracruz siempre me da un enorme fastidio ir: domingo en la mañana; la mayor parte
A una semana para defender la tesis, respiro el lunes y me invito a almorzar a Linda’s Bar & Grill, cuna de los
I Su delgada contextura descansa sobre el vidrio de mi escritorio. A veces, por encima de la obra poética de César Vallejo. La
Existe una historia en la que siempre ha sido mi ciudad que es común. La del trepa que sube por un oscuro ascensor