
FICCIÓN
La noche en estado de gracia
Cuando terminó de cenar, Basilio se limpió los labios con el pañuelo blanco, lanzó un suspiro, miró a Simón y luego a McGregor. El primero,

Cuando terminó de cenar, Basilio se limpió los labios con el pañuelo blanco, lanzó un suspiro, miró a Simón y luego a McGregor. El primero,

Debo a la extraña coincidencia de un libro de ensayos, la lectura de una columna y mi gusto por el futbol, las anotaciones que escribo

Un texto a medias, un libro con un separador en la página 29, intacto, inofensivo, trivial, entristecido, como el ojo que lo observa sobre la

Un día desperté con la preocupación siguiente: “¿qué voy a hacer en los próximos años con mi vida?”. En aquel momento acababa de llegar a

Debo el título de esta reflexión ensayística a la lectura de dos poemas de Octavio Paz: “Decir: hacer”[1]y “Antes del comienzo”[2], presentes en su último