Para el momento en que se daba el boom latinoamericano, durante la década de los años 60, había otra realidad que se desarrollaba a la par: la llegada de inmigrantes cubanos a suelo estadounidense. Una de esas figuras recién arribadas, muy jóvenes, y con el futuro en la punta de la nariz era Roberto G. Fernández.
A la edad de 10 años, en 1961, llegó Fernández a Miami junto con su familia y creció desarrollando la creatividad dentro de un mundo bicultural. Siendo ya un autor de trayectoria se dice en conferencias, artículos, reseñas, que su narrativa tiende a satirizar la vida cubano-miamense, utilizando figuras grotescas y burlescas pero al mismo tiempo delicadamente divertidas para plasmar el día a día de la comunidad cubano-americana.
Se ha escrito mucho sobre Fernández y sobre su obra emblemática, Raining Backwards (1988), la cual se ha convertido en el ícono del Latino Boom que siguió subiendo como espuma en la década de los 90. Resulta que Fernández es lo que podemos llamar, un autor camaleónico: escribe en inglés, en inglés y español usando code switching o totalmente en español (su última novela, El Príncipe y la bella cubana. Los amores de don Alfonso de Borbón y Battenberg y doña Edelmira Sampedro y Robato, fue publicada en España por la Editorial Verbum en abril 2014). De allí que la narrativa de Fernández sea tan rica.
Raining Backwards es ya parte del canon de la Latino Literature y se enseña en las clases de pre y posgrado en las universidades en EE.UU. Ahora bien, ¿sabían que existe la novela En la Ocho y la Doce (2001), la cual presenta los mismos personajes de Raining Backwards y las mismas historias… pero con detalles que son diferentes…? Veamos.
El tema que une a los personajes de Raining Backwards es la recreación de aquella Cuba que vive de la memoria, cuya imagen se encuentra enmarcada en un portarretrato mental. El lenguaje que se usa para plasmar esa memoria es lo que hace interesante las obras de Fernández. Según Frances R. Aparicio, en su análisis sobre significantes subversivos en la literatura latina en EE.UU., a partir de los años 80 los calques lingüísticos han proliferado como técnica literaria entre los escritores latinos en EE.UU., manifestándose con fuerza en la obra de los escritores caribeños quienes reflejan con estos su identidad bicultural. En este caso resalta Roberto G. Fernández, quien en Raining Backwards, y a través del empleo de calques lingüísticos, realiza lo que Aparicio define como tropicalización del inglés. No obstante, en En la Ocho y la Doce, Fernández aplica transcripciones fonéticas y en ambas novelas, el autor hace uso del cambio de registro, o lo que en inglés se conoce como code switching. Esto quiere decir que Fernández no sólo tropicaliza el inglés sino que también juega con el sistema fonético del español y por ello afirmo que, al pasar de una obra a otra, el autor acepta la invitación que les hacen Juan Flores y George Yudice a los escritores latinos en los EE.UU.: plasmar en su producción literaria una transcreación de su realidad. De forma breve, la transcreación consiste en la traducción de un texto de un idioma a otro pero considerando las particularidades culturales y lingüísticas de la comunidad a cuyo idioma se está traduciendo dicho texto y viceversa. Por ello noto que la tropicalización del inglés, la transcripción fonética y el cambio de registro son tres herramientas empleadas por Fernández para hacer de su realidad cubano-miamense una transcreación.
El juego lingüístico manifestado en las obras de Fernández comienza con el empleo de calques lingüísticos, los cuales básicamente consisten en traducir literalmente frases del español al inglés. Según Aparicio, esta técnica tuvo auge antes del Movimientos Chicano y el de Derechos Civiles y ha proliferado en las últimas dos décadas entre los escritores latinos caribeños (797-98). En el caso de Fernández, los calques lingüísticos se expanden desde frases hasta títulos de canciones, nombres de platos, refranes y dichos. En Raining Backwards, algunos ejemplos serían “The Good Night” (36) que quiere decir Nochebuena y cuyo equivalente en inglés es Christmas y “Thank you, my life” (196) que viniendo del español querría decir gracias, mi vida; una forma de expresar el afecto por una pareja o un ser querido, y que en inglés correspondería a thank you, sweetheart, o thank you baby. Luego nos topamos con la transcripción fonética, la cual, como enfatiza Aparicio, se basa en “creat[ing] an English texture that conforms to the Spanish phonetic system” (798). A pesar de que En la Ocho y la Doce no está escrita en su totalidad usando transcripciones fonéticas, estas tienen una fuerte presencia a lo largo de la novela y aparecen en momentos específicos en los que los personajes tratan de recalcar que pueden funcionar dentro de la sociedad dominante porque pueden hablar inglés. Algunos ejemplos de esto serían: “¡Esquiusmiplis!” (6) que sin hacer la transcripción se escribiría excuse me, please y “Ai bringui tumoro” (33) que equivale a I’ll bring it tomorrow. Por último nos encontramos con el code switching, o el cambio de idioma dentro de una misma oración o de una oración a otra. Este fenómeno, aunque no lo traen a colación ni Aparicio ni Flores y Yudice, se considera también parte del proceso de trasncreación que realiza Fernández ya que aparece tanto en Raining Backwards como en En la Ocho y la Doce. Como ejemplos se presentan en Raining Backwards: “our purpose was to hunt cabrones americanos” (66) y “they both were offered the three c’s –casa, comida and culo” (71); y en En la Ocho y la Doce: “cantando el cheer” (21) y “Aquí la gente se mata por un peanut butter and jelly sandwich” (96).
Los tres fenómenos lingüísticos explicados en los párrafos anteriores, elementos distintivos de la producción literaria del escritor Roberto G. Fernández, son asimismo partículas emblemáticas de la biculturalidad que caracteriza su vida como cubano-americano. Siendo el proceso de la transcreación bastante complejo dado que requiere conocer muy bien las dos culturas, vivir en ambas y ver el universo a través de ellas, un solo fenómeno lingüístico como lo es la tropicalización del inglés, no es lo único que permite transcrear la realidad bicultural en un texto literario. La tropicalización del inglés es sólo una de las herramientas que posee el escritor para llevar a cabo una transcreación de su realidad, es decir, estos dos conceptos no son sinónimos, sino nociones que trabajan juntas. Así como la tropicalización, las transcripciones fonéticas y el cambio de registro son otras herramientas a disposición del escritor, y son las que me han fascinado al leer la obra de Fernández. Hay muchísimos ejemplos que puedo mostrarles pero aquí les dejo algunos esperando que les den ganas de ir corriendo a agarrar las novelas y sentarse a leerlas.
Ejemplos de calques lingüísticos encontrados en Raining Backwards.[1]
Calque lingüístico | Posibles fuentes del calque | Versiones correspondientes en inglés |
“her golden fifteen Aprils of harmonious existence” (28). | – Los quince abriles.
– Las quince primaveras. |
Æ |
“this lovely couple who exchanged their final ‘YES’” (30). | – La pareja intercambió el “sí.” | – The couple said “I do.” |
“she will undergo surgery to correct a waterfall in her left eye” (31). | – Se someterá a una cirugía por una catarata en el ojo izquierdo. | – She will undergo surgery to correct a cataract in her left eye. |
“SHRIMP at the little garlic” (32). | – Nombre de plato: camarones al ajillo. | – Garlic Shrimp. |
“She has sugar in her blood” (115). | – Tiene azúcar en la sangre.
|
– She has diabetes. |
Ejemplos de transcripciones fonéticas en En la Ocho y la Doce.
Transcripción fonética | Versión con el sistema fonético del inglés |
“¿cómo es que estás de tícher assistan?” (32). | Teacher assistant. |
“¡no credi car plis! (34). | No credit card please. |
“Güi di pipol” (63). | We, the people. |
Ejemplos de cambio de registro o code switching en En la Ocho y la Doce.
Cambio de registro |
“en el elementary de la esquina” (32). |
“¡y a mí las opportunities no se me escapan!” (32). |
“que le dé un heart attack” (126). |
“Él tuvo un problemita de E.D.” (176). En este caso E.D. significa erectal disfunction. El cambio de registro se utiliza para hablar con disimulo de esta condición física que resulta vergonzosa. |
Ejemplos de fenómenos lingüísticos en un capítulo mutuo entre Raining Backwards y En la Ocho y la Doce.
“Miracle at Eighth and Twelfth” vs. “Milagro en la Ocho y la Doce” | ||
– “life was a lemon and I didn’t have no sugar to make it a lemonade” (18). | – “la vida se me había vuelto una naranja agria y yo sin azúcar pa’ endulzarla” (2). | Nota: Hay una traducción basada en las características de la cultura a cuyo idioma se está traduciendo. Es decir, al no poder traducir naranja agria al inglés, se utiliza el vocablo lemon que funcionaría en el contexto anglosajón. |
– “propiedad private!” (20). | – “proupiedad private” (6). | Nota: en el segundo caso se hace una transcripción fonética para enfatizar que la persona que dice proupiedad no es un nativo hablante del español. |
“You spic English? Yes a little” (20). | “¿Tú hablas inglés? Yes a lirel” (4). | Nota: en este caso se hace énfasis en el prejuicio existente contra los que no son nativo hablantes del inglés. Esta idea podría ser objeto de un segundo estudio. |
[1] En cada caso se ha resaltado en negritas el núcleo del calque. Si no fue posible encontrar una versión correspondiente en inglés se utiliza el símbolo Æ.