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Qatar 2022: Once tesis (con dos aclaraciones y dos corolarios)

     Aclaración 1= No me ocuparé ni de las características sociopolíticas de hacer un Mundial en Qatar ni de la celebración de la final y del campeonato mundial en Argentina. Hay otros espacios para eso y las aristas son múltiples.

     Aclaración 2= Por cábala, no hice comentarios durante el Mundial. Como Messi, esperé. Salió bien.

     Tesis #1= Hay algunas cosas que tuvieron continuidad de Rusia 2018 a Qatar 2022: Los campeones históricos siguen siendo 8 (Brasil, Alemania, Italia, Argentina, Uruguay, Francia, España e Inglaterra). Y tampoco el campeón de la edición anterior pudo repetir. Estos dos datos marcan lo difícil que es alzarse con una copa que continúa siendo para países de tradición futbolística importante. Otra cosa que se repitió fueron las definiciones en los últimos minutos (y si no, pregúntenle a Brasil y a Argentina), lo cual marca la importancia del estado físico y de la claridad mental en este deporte.

     Tesis #2= De las cosas que no se repitieron, sobresalen dos: una, el VAR llegó para quedarse, pero fue perdiendo protagonismo a medida que avanzaba el torneo. Los 3 goles anulados a Argentina en el primer partido que terminó en derrota son un mal recuerdo. No hubo chequeo de VAR en la final, por ejemplo. La otra es que los partidos ya no son más de 90 minutos; son, mínimo, de 100. Eso indica que habrá más y más fútbol.

     Tesis #3= Se dieron cosas raras: 3 goleadas, por ejemplo, (Inglaterra 6 a 2 a Irán, España 7 a 0 a Costa Rica, y Portugal 6 a 1 a Suiza). Si se aumenta el número de equipos para el Mundial 2026, esto se repetirá. En el 2022 ninguno de los equipos que goleó llegó a semifinales, y los equipos que recibieron esas goleadas, salvo Suiza, terminaron haciendo un digno papel. Este mundial fue el mundial con más goles de la historia y, aunque hubo definiciones por penales, también hubo partidos de eliminación con resultados abultados (Inglaterra 3-Senegal 0, Portugal-Suiza, Brasil 4-Corea del Sur 1, Argentina 3-Croacia 0 y, por supuesto, la final). Otra cosa rara (pero que ocurre bastante en los mundiales) es que hubo equipos que se fueron invictos: Países Bajos e Inglaterra.

     Tesis #4= La rueda de grupos marcó la eliminación de equipos que venían con proyección de avance (Dinamarca, Bélgica, Alemania, Uruguay). La CONCACAF tuvo una actuación deslucida: México no daba para más; Canadá jugó un buen fútbol, pero fue muy inocente en el partido con Croacia, y Estados Unidos hizo una buena fase de grupos, pero demostró su inexperiencia en los octavos con Países Bajos. La AFC decepcionó con Qatar (que se preparó durante mucho tiempo y no estuvo a la altura) e impresionó con Arabia Saudita en el primer partido (dije después de la victoria ante Argentina que no ganarían más y se cumplió). Tal vez los mejores fueron Australia (un equipo duro y rústico) y Japón (que me gustó mucho y mereció mejor suerte contra Croacia). Los países africanos tuvieron un buen mundial, con Senegal y Marruecos avanzando más allá de la rueda de grupos. De la CONMEBOL, el final de esta generación uruguaya era anunciado y Ecuador realmente mereció mejor suerte (tiene futuro y un muy buen técnico). Brasil… ver #8.

     Tesis #5= Hubo muy buenos goles. Brasil hizo dos de los mejores goles del Mundial (el de Richarlison a Serbia y el de Neymar a Croacia) pero creo que los mejores goles del mundial fueron 2: el del camerunés Aboubakar en uno de los mejores partidos del torneo frente a Serbia y el de Di María en la final Argentina-Francia. Uno, individual; otro, de equipo. También hubo partidos muy buenos y no fueron las goleadas: Japón-Alemania; Alemania-España; Bélgica-Marruecos; Camerún-Serbia; Serbia-Suiza; Portugal-Ghana; Japón-Croacia; Brasil-Croacia; Francia-Inglaterra; Marruecos-Portugal; Argentina-Croacia y la final. Todo esto debe ponernos optimistas de cara al futuro.

     Tesis #6= Curioso notar, si se acepta la tesis #5 que los países que protagonizaron los mejores partidos fueron el tercero y el cuarto, Croacia y Marruecos. ¿Croacia es el pasado y Marruecos el futuro del fútbol, tal vez? Croacia cierra la generación dorada, que tuvo fortuna esta vez (ganó un solo partido en el tiempo regular) y avanzó a puro penal. Juegan bien, pero le faltó potencia ofensiva y no sé si tendrá recambio. Marruecos salió primero en un grupo que se pronosticaba último y luego se cargó a la Península Ibérica. Es verdad que pusieron el colectivo atrás (ver partido con España) pero la diferencia con otros equipos de más tradición o riqueza individual es que cometen menos errores de posición y que cuando salen de contragolpe son muy peligrosos y atacan con varios. Ojalá sea un molde para imitar para los equipos con menos cartel o tradición.

     Tesis #7= De los anteriores campeones (España, Alemania, Inglaterra, Uruguay) y nombres grandes (Bélgica, Portugal) las mayores decepciones seguramente son las de Inglaterra, Bélgica y Portugal. España, Alemania y Uruguay tendrán que revaluar un estilo que ha dado sus frutos pero que todavía no encaja en el recambio generacional (como vimos, posesión no se traduce necesariamente en victorias para los europeos y en el caso de Uruguay habrá que pensar a qué quieren jugar ante el ocaso de Suárez y Cavani). Inglaterra, el equipo que más parecido jugaba a Argentina, otra vez no tuvo suerte y le faltó atrevimiento para ir a buscar el partido con Francia. Bélgica hizo 1 gol en 3 partidos y Portugal, que le había hecho 6 a Suiza en la ronda anterior, no le pudo hacer 1 a Marruecos. Cierre de generaciones para ambos (y chau para el desagradable de Cristiano).

     Tesis #8=Admiro a Brasil. Son nuestros rivales y me prendo en todos los cánticos, pero si no pasaba Argentina, quería que ganara Brasil. No los «odio» (futbolísticamente) como sí odio (no sólo futbolísticamente) la arrogancia moralista de los ingleses. A Brasil le costó. Salvo los octavos con Corea del Sur, no brilló. Pero tuvo mala suerte. Croacia no llegó al arco y, la vez que llegó, convirtió (algo que también pasó con los rivales de Argentina). Luego de la brillantez de Ronaldo, Ronaldinho, Rivaldo y compañía no ha podido replicar los éxitos. Desde el 2002 que Brasil no sólo no gana una copa, sino que no puede superar la semifinal. Volverán.

     Tesis #9=Argentina campeón. El fútbol no es de merecimientos ni de justicia poética, pero en este caso se dieron las dos. Como alguna vez dijera el técnico argentino en el Mundial de Brasil 2014, Alejandro Sabella, en el fútbol gana el que mejor ocupa los espacios. Estar en Argentina y escuchar los simplismos de los periodistas, apelando al chauvinismo nacionalista o a los genitales argentinos, es risible. Argentina ganó (y ganó bien) porque ocupó mejor los espacios que ningún otro equipo. Perdió el primer partido (no jugando bien, pero sin merecerlo) y luego ganó los demás, dos en penales (que no deberían haber llegado a tal). Hizo 15 goles en 7 partidos (+ de 2 por partido) y le hicieron 8 (demasiados para una defensa que venía muy bien). Las malas lenguas hablan de un «arreglo» para que la final fuera Messi-Mbappe en Qatar. ¿Que algunos penales fueron cuestionables? Puede ser (le dieron 5 penales; récord en mundiales). ¿Alguno, patentemente, no fue? NO. Y si todo estuviera arreglado, ¿cómo fue que fuimos a penales en la final? El equipo jugó con un estilo definido y encontró en los jóvenes (Romero, Fernández, Mac Allister, Álvarez) la fuerza, el despliegue y el coraje, y en los «viejos» (Martínez, Otamendi, Di María, Messi) el toque de calidad, la fibra y la actitud ganadora. Y encontró el símbolo: Rodrigo de Paul, el Simeone-Mascherano de esta generación, corredor, metedor y jugador. Tantas veces acusada de sucia, tramposa y pendenciera, a Argentina no le expulsaron jugadores. No recuerdo una final donde un equipo haya borrado de la cancha a otro como Argentina hizo con Francia en Qatar 2022. ¿Alguien recuerda a Francia 2018? Pocos. El mejor fútbol de ese mundial lo jugó Bélgica. ¿Qué se recuerda de Francia? A Mbappé, un animal que en este mundial durmió 70 minutos y, con espacios, despertó y se cargó el equipo al hombro. Hay que decirle al gran Mbappé que aprenda a callarse un poco (él, que había declarado el fútbol europeo superior al sudamericano). La arenga del medio tiempo de la final demuestra que tiene cualidades de líder. Equipo extraño el francés, frío, que prefiere estar sin la pelota, que no transmite nada en un momento y puede electrizar en otro. No merecía (por lo hecho en el Mundial y por la final que jugó) ganar. Pero sí se merece el elogio de haber ido con dignidad a luchar el partido. Y con los jóvenes que entraron en la final, Francia (campeón y subcampeón en ocho años) se encamina a ser más potencia que otras naciones europeas con más títulos. Fue casi una pesadilla esa última pelota que tapa Dibu, la pesadilla del 4-3 de Rusia 2018. Estaba escrito que íbamos a penales. Y que ganábamos. Pocas veces se da el enfrentamiento individuo (en el caso francés) vs. equipo (Argentina). Casi siempre triunfa el equipo, como fue en el caso de México 1986, en el que se instaló el mito (falso) de que lo ganó Maradona solo (recordemos que Diego no hizo goles en la final). En el 2022, como en 1986 y en 1978 Argentina tuvo fútbol (argentino), intensidad, y convicción. Lo noquearon varias veces (Arabia Saudita, Países Bajos, Francia) y, como buen Rocky, se levantó y siguió. Y terminó de pie y con la copa.

     Tesis #10= Messi. La carta de Messi explica muchas cosas, pero sobre todo señala dos: memoria colectiva (el triunfo es de todos, incluso del Diego y de los que vinieron antes en el 2006, en el 2010 y en el 2014) y perseverancia ante el “fracaso” (léase, la vida). A Messi le gusta jugar el fútbol y es, claramente, el mejor de la historia (por títulos, trayectoria y fútbol). Pero en algún momento le pesó jugar para Argentina (él lo sabe), en algún momento pensó que la selección no era para él (ver video de Copa América 2016), en algún momento vomitaba en la cancha, en algún momento le decían que no era argentino. Y él siguió jugando al fútbol. Se fue a España con 12 años, pero el territorio de la infancia (donde siempre queremos volver) le pedía jugar para Argentina y tomar mate. Incluso muchos acá (donde viví el Mundial) hablaron de un Messi “maradoneano” por su frase para la historia luego de la victoria ante Países Bajos y así siguieron tirando de una cuerda equivocada. ¿Por qué siempre esa comparación? Porque hay una actitud relacionada con cierto estereotipo argentino que en el mejor de los casos es bravía y de ir al frente, y en el peor caprichosa y victimizante. Messi es distinto, es él. A lo máximo que podíamos aspirar era al “¿Qué mirás, bobo? Anda pa’ allá”, transformado en un diccionario de una frase única. Porque el “insulto” messiano es ese “bobo” casi de niño medio enojado. Y nada más. Lo demás en la cancha. Messi fue eje de una Argentina que no dependió de él y jugó su mejor Mundial (sin la explosión de otros años, pero con la gambeta intacta). A veces la perdió y generó zozobras y goles rivales, pero él y Di María eran los desequilibrantes. Hubo 20 minutos mágicos contra Australia, inolvidables, de diez clásico. En los suplementarios, no se escondió: fundido, tomó la lanza y generó. Goleador, asistidor, capitán; le pedían que fuera otro. Menos mal que será siempre Lionel.

     Tesis #11= El otro, Scaloni. El que llegó por dos partidos, se quedó por más de cincuenta y está en el Olimpo argentino del fútbol, junto a Menotti y Bilardo (impensado). El que inició la renovación necesaria que incluía a Di María y entendió luego que no podía prescindir de un jugador así. El que planea cada partido según el rival, aunque no les guste a los puristas del fútbol argentino (eso lo aprendió porque era el que observaba a los rivales en la etapa de Sampaoli en la selección). El que se rodeó de Ayala para charlar de frente con los jugadores, de Samuel para preparar pelotas paradas, de Aimar para la confidencia y porque ese comunicador que tenía en el oído Pablito, le marcaba lo que se estaba viendo en los videos que el equipo podía mejorar en tiempo real. Al que no le tembló el pulso para cambiar su mediocampo titular de memoria (Paredes-Lo Celso-De Paul) y encontrar el reemplazo justo y rápido. Se equivocó en el primer partido y no supo resolver el ofside. Tuvo problemas en los partidos por penales para resolver lo que le planteaba el rival (altura y superioridad física). Pero corrigió. También cambió a tiempo una primera etapa de gruñón quejoso. Apostó al perfil bajo y al trabajo; a formar grupo y a potenciar a Messi desde un juego asociado. Siempre supo que su tocayo era clave y siempre tuvo un afecto especial por él (recordar que fueron compañeros en Alemania 2006 y ver abrazo en clasificación para Rusia 2018 en Ecuador). Tiene claras las cosas, Scaloni. Vive afuera, ve cosas que tal vez otros no pueden por estar dentro, “baja cambios”, como se dice por acá, trata a todos como se merecen: con respeto y dignidad. Los dos Lioneles, leones de esta selección.

     Corolario #1= Desde el 2014, Argentina disputó 9 competencias y llegó a 7 finales (Mundiales 2014 y 2022 y Copas América 2015, 2016, 2021; Finalísima 2022). Ganó 3. Tremenda marca de estas generaciones de futbolistas. Por otro lado, hacía 20 años que un equipo sudamericano no ganaba un Mundial. Considero esto muy importante en este choque de estilo que propuso la final: el juego asociativo, de pase al pie y construcción frente al arranque individual, la potencia física y la efectividad.

     Corolario #2= Somos campeones.

     Hasta el 2026.

 

 

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