El héroe oliendo a mirra
a incienso y a benjuí
un hombre vertido todo
hacia adentro
la tierra no logra retenerme
he tratado de escribir la verdad
en las puertas
a la hora del lobo
en los trenes
con el peso de un guijarro
yo, extranjera
lo ato lo pongo bajo el brazo
qué espera, qué sangre, qué mar
yo vago en los resplandores entonando
a hombres azules
me crezco en lo innombrado
todas las noches y horas de mis días
interminables
tengo un agujero sobre los ojos
donde manan trenzas de espuma
y las hijas nacen mirando techos
de calamina
llena de pájaros abro la barca
retengo los crisantemos
sobre piedras y huesos
lo digo en voz alta
si yo pudiera decir todo esto
es un poema.
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