Entrevista por Manlio Chichizola
«Trabajo todo eso que pasa entre textos e imágenes»
Pato Mena es chileno, de Buin, un pueblo cercano a Santiago. Estudió y trabajó en publicidad unos cuantos años, pero hoy intenta redimir ese pasado. También estudió guión en la Universidad Católica de Chile, y aunque el enfoque inicial era audiovisual, secretamente trasladó aquellas herramientas a narrativa secuencial ilustrada. Colabora con ilustraciones y textos en diversas iniciativas. Lo que más le gusta es la literatura, pero sufre el mal de leer lento, cosa que no le pasa tanto con los cómics, su otra gran afición. Su línea siempre ha sido más cercana al humor y el absurdo, actualmente se dedica principalmente a desarrollar proyectos en el área del libro infantil.
Hemos quedado a conversar en un bar del Raval, pero antes espero unos minutos a que cuelgue con su Banco en Chile porque ha tenido un problema con la tarjeta comprando unos billetes para ir a la FILSA.
¿Cómo te defines?, ¿Diseñador, dibujante, ilustrador?
La verdad me siento más identificado con ser autor. Trabajar todo eso que pasa entre textos e imágenes.
Diseñador e ilustrador creo que son oficios más concretos. En ambos casos te tienes que ir presentando con tu book. No siempre es tan sencillo cuando quieres dar a entender que también escribes, que no solo estás ofreciendo tus servicios como ilustrador a una editorial. A veces la gente me dice, ¿Tú eres ilustrador o diseñador, no? ¿Me puedes hacer un logo? Diseño e ilustración guardan grandes distancias, coinciden mucho también, pero de ahí a meterlos en un mismo saco… El diseñador maneja otros aspectos de la comunicación, suele estar más vinculado a las marcas, el Ilustrador, pienso, se mueve un poco más entre los dos mundos, el comercial y el artístico, no porque tenga más capacidades que el diseñador, sino por necesidad. O eso me parece, no sé, nunca he estado de lleno en el lado del diseño, es la idea que me queda desde fuera.
¿Cómo llegas a la narrativa ilustrada? , ¿Buscabas el cambio?
Trabajaba en publicidad, pero mi relación con ella se fue enfriando con el tiempo, se podría decir que el cariño por lo que hacía no lo sentía correspondido. Pero la creatividad seguía viva y busqué otras formas de manifestarla, así, sin querer, llegué a la narrativa ilustrada y aunque a todas luces era un salto al vacío, dejé lo anterior y me lancé por este camino.
¿Qué influencias tienes?, ¿Cómo empezaste?
Mis padres no me leían cuentos, yo tampoco los leía. En Buin no tenía mucho acceso a cómics excepto el Condorito. Todo lo demás, de Quino en adelante, lo vine a conocer mucho después. Así es que en lo visual crecí influenciado principalmente por los videojuegos, que a nivel de personajes, mundos, diseño, me siguen pareciendo riquísimos. Recién hace unos cinco años que leo en serio muchos comics y cuentos ilustrados, empecé por superhéroes pero los dejé rápido. No soy un acérrimo contrario al enfoque comercial, pero creo que aquí se pasan y todo depende demasiado de eso. Hay una simpatía por los personajes famosos, pero en realidad nada va para ningún lado y para eso ya tenemos suficiente con el resto de la vida ¿no? (risas) Así es que prefiero los cómics de un solo tomo, lo que algunos podrían llamar novela gráfica y en este terreno sí que te encuentras joyitas.
Mis influencias actuales son Bastien Vivès en narrativa e ilustración, Jiro Taniguchi en tiempos y narrativa, Brecht Evens, Ashley Wood, Jorge González y Cyril Pedrosa en ilustración.
¿Cuántos libros tienes publicados?
Siete libros, dos de ellos como autor y con ilustraciones de Sergio Lantadilla. Don Mosco, que es una sátira social protagonizada por moscas, ningún personaje dura más de 3 páginas porque las moscas viven muy poco. Al final sus problemas viven más que ellas mismas y pasan de generación en generación. Le tengo mucho cariño a este libro, porque es difícil de encasillar, mezcla recursos de varios lenguajes y creo, da para bastantes re lecturas. Creo que es mi libro incomprendido (más risas).
El otro que hice con Sergio, esta vez de temática infantil, es ¡Hipo! el sapo.
Hice cuatro por encargo, dos libros de actividades para España: ¡Cómete el coco! y Aprende a multiplicar en un 2 x 3; y en Chile dos cuentos infantiles donde tuve la fortuna de trabajar con dos de mis escritores chilenos actuales favoritos: El día de Manuel escrito por Maria José Ferrada y La Tortulenta escrito por Esteban Cabezas.
Ahora acabo de publicar en Chile, con Alfaguara, El Balde Azul, que es mi primer libro como autor e ilustrador. Se trata de Ciro, un niño que atrapa estrellas fugaces con su balde azul y después baja al pueblo ante la expectación de toda la gente. Aborda el tema de la imaginación, hace ver al lector que lo extraordinario está pasando siempre y que de alguna manera formamos parte de eso.
¿Cómo nace la idea de Balde Azul?
El germen de la historia nació cuando me estaba repitiendo El Castillo Ambulante de Miyazaki. Hay una escena donde el protagonista se queda mirando una lluvia de estrellas fugaces. Esa escena evocó algo en mí, una especie de punto de partida y desde ahí el resto de la idea vino bastante rápido. Cuando tuve una primera versión del texto, se lo envié a la editora de Alfaguara que me pidió si tenía algunos trabajos para publicar, mientras estábamos trabajando El Día de Manuel. Al comienzo no lo quería ilustrar yo, pero por presión de la editora lo pensé mejor y lo hice. Estoy muy agradecido que me haya dado ese empujón, la verdad.
¿En qué andas trabajando? ¿Qué planes tienes para este año?
Actualmente estoy trabajando en varias apuestas: un libro para concursos de álbum ilustrado, otro para postular a una beca y otro para ver si cerramos trato con una editorial en España. También por acá tengo un proyecto de álbum en conjunto con el ilustrador David de las Heras (conózcanlo, vale mucho la pena: http://www.daviddelasheras.net/es) y además planeo enviar varios nuevos manuscritos a editoriales en Chile, para su evaluación, y también trabajo un cuento interactivo con UpperBooks, una nueva editorial digital catalana. En definitiva, toca generar y mover muchos nuevos proyectos ahora.
¿Ese Momento? Ah sí, bueno, estoy con eso en un ámbito más informal. Es mi web cómic. Trabajo las viñetas de Ese Momento para relajarme y no perder el trabajo fresco y rápido. Habla de situaciones cotidianas, nada nuevo ni muy rebuscado, es parte de la idea y efectivamente las viñetas las hago “en un momento” lo que es parte del espíritu.
En octubre, si todo sale bien, estaré en la Feria del Libro de Santiago presentando el Balde Azul y la Tortulenta, realizando una mini gira por colegios, lo que me tiene muy entusiasmado. Pero todo está armándose aún.
¿Qué es lo último que has leído?
Los vagabundos de la chatarra de Jorge Carrión y Sagar. Es un comic- documental, al estilo de Joe Sacco. Es interesante cómo se utilizan varias técnicas narrativas y se lleva el periodismo y temas locales de contingencia al comic.
Un referente: hay tantos muy buenos pero ¡buf! Chris Ware sigue siendo ineludible, su libro Jimmy Corrigan: The Smartest Kid on Earth, es un inapelable. Aunque suene repetitiva la recomendación, qué esperan, ¡léanlo! ¡léanlo!
Un libro: ¿pueden ser dos? Jaja, Los Hermanos Karamazov de Dostoievski y El libro del desasosiego de Fernando Pessoa
Un ilustrador: Brecht Evens
Uno Chileno: Mejor aún, un colectivo: Monos con Pincel.
Un cómic: El gusto del cloro, de Bastien Vives
Para saber más sobre el trabajo de Pato:
Book: https://www.behance.net/menapato9c7d
Fan Page: www.facebook.com/PatricioMenaNarrativaIlustrada
WebCómic EseMomento: www.facebook.com/esemomentocomic
Twitter: @Pancopallo