Sólo tenía un techo de chapa, unas paredes de madera y unas puertas de ausencia. La cortina de mi puerta era una colcha vieja. Me sentaba en la cama para calmar el desasosiego, ponía un disco de Bach y sentía el vacío en un vaso de jugo. Escuchaba el disco como un rito pagano y oía la voz de lo vertical entre los surcos negros. “Si alguien le debe todo a Bach es Dios”. Solo tenía esa mínima protección, una filigrana sonora que repercutía en la madrugada: una melodía de órgano, la despedida del día entre las maderas que funcionaban como bambalinas de un teatro imposible.

No podía viajar con frecuencia. Mis vacaciones eran un rectángulo verde en el fondo de la casa.

La primera vez fui a la capital en un colectivo rudimentario que tardó más de lo previsto. Paré en un hotel cerca del Congreso y vi las cúpulas verdes desde el balcón estrecho y oscuro, con el cielo como único testigo.

Hubo una tarde en la que no tuve dinero para comer. Pero en ese momento no significó nada. La pasé bien. Volví a la pieza del hotel y me acosté con la esperanza de recorrer la ciudad como un desconocido. Quise perderme, sentir la multitud como una reliquia, como si pudiera dejar de ser yo por una tarde. En ese viaje no tenía nada que perder. Podría haber muerto y no hubiera importado.

La distancia de mi entorno me permitió calibrar la ciudad interior: ¿cómo ser un perro en medio del ruido de un laberinto impiadoso?

Fabián Soberón

es escritor, profesor universitario y crítico. Nació en J. B. Alberdi, Tucumán, Argentina, en 1973. Ha publicado la novela La conferencia de Einstein (1era. edición UNT, 2006; 2da ed. UNT, 2013), los libros de relatos Vidas breves (Simurg, 2007) y El instante (Ed. Raíz de dos, 2011), las crónicas Mamá. Vida breve de Soledad H. Rodríguez (Ed. Culiquitaca, 2013) y Ciudades escritas (Eduvim, 2015) y ensayos sobre literatura, arte, música, filosofía y cine en revistas nacionales e internacionales. El Fondo Nacional de las Artes publicó textos suyos en la Antología de la Poesía Joven del Noroeste (Fondo Nacional de las Artes, 2008). Es Licenciado en Artes plásticas y Técnico en Sonorización. Fue docente de Historia de la Música en la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán. Actualmente se desempeña como profesor en Teoría y Estética del Cine (Escuela Universitaria de Cine), Comunicación Audiovisual y Comunicación Visual Gráfica (Facultad de Filosofía y Letras). Fue finalista del Premio Clarín de Cuento 2008. Con su novela Atalaya obtuvo una mención en el Premio de Novela Breve de Córdoba, con el Jurado integrado por Angélica Gorodischer, Tununa Mercado y Perla Suez. Ganó el 2do Premio del Salón del Bicentenario. Actualmente colabora con Perfil (Buenos Aires), Ñ (Buenos Aires), Boca de sapo (Buenos Aires), Otra parte semanal (Buenos Aires), La Capital (Rosario), El Pulso Argentino (Tucumán), La Gaceta Literaria (Tucumán), Los Andes (Mendoza) y Nuevo Diario (Santiago del Estero). Es miembro del consejo editor de la revista Imagofagia (Buenos Aires). Ha dictado talleres de escritura en Santiago del Estero, Tucumán y Buenos Aires. Ficciones de su autoría han aparecido en Ñ (Buenos Aires), El Pulso Argentino (Tucumán), La Gaceta Literaria (Tucumán), entre otras publicaciones. En el 2014 participó en el Encuentro Federal de la Palabra (Tecnópolis) y en el ciclo “Diálogo de provincias”, de la 40º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. En 2014 ganó la Beca Nacional de Creación otorgada por el Fondo Nacional de las Artes (Argentina). Textos suyos han sido traducidos al inglés y al portugués.

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