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Entrevista con una Geisha Cibernética

Nacida en Guadalajara, México, Raquel Troyce es la creadora del primer foro virtual de adultos en español. Allí descubre su verdadera vocación: ayudar a otros a descubrir, vivir y disfrutar a plenitud sus relaciones de pareja. A fin de documentarse, ingresa al Instituto Mexicano de Sexología. Ha sido invitada a dar pláticas sobre relaciones de pareja,  sexualidad y erotismo en programas de radio, eventos, hospitales y diversos grupos. Ha colaborado con artículos, columnas e historias en periódicos y revistas y fue co-conductora, en México, de un programa de radio: “Temas de almohada con Raquel y el submarino.”

Es autora de Seducción, amor y mentiras, publicado por Valentino Press, y acaba de concluir Memorias de una Geisha Cibernética. Actualmente vive en Albuquerque, New México, donde, además de trabajar como Interprete Certificada de los Tribunales, continúa escribiendo e incursionando en el fascinante mundo de la sexualidad y del erotismo.

Has escrito un par de libros sobre el amor y la seducción en sus distintas manifestaciones. ¿Qué te ha impulsado a compartir tu sabiduría en este campo?

Bueno, pues así como que tan sabia, no sé que tanto pero lo que sí te puedo decir es que disfruto tremendamente de compartir por medio de la palabra, tanto escrita como hablada, lo que he aprendido, he investigado, pero sobre todo, he experimentado a lo largo de mi vida acerca del deleite que la sexualidad y el erotismo nos ofrecen. En mi segundo libro, Memorias de una Geisha Cibernética, que se publicará muy pronto, muestro a los lectores los inicios de los encuentros en línea: los grandes romances que se gestaron en Internet y que llegaron a ser verdaderas historias de amor. Fueron encuentros altamente eróticos, sexuales y sensuales cuya vivencia merecía las largas noches de desvelos y las regañadas por llegar tarde al trabajo. Cuando el concepto de “amar virtualmente” implicaba una preparación, un aprendizaje y un arte que, desgraciadamente se ha ido perdiendo con el tiempo. Esta pérdida es lo que también me impulsa a compartir mis experiencias y conocimientos. Es como si estuvieras comiendo un helado y vieras a una persona frente a ti a quien se le hace agua la boca. Pues como que el compartir tu helado con esa persona insatisfecha te provoca gozarlo más, ¿no crees?

 ¿Es posible aprender a seducir? La seducción ¿es un arte, una ciencia, maña o maraña?

Pues ahora sí que, como dicen en mi pueblo: asegún. Se puede tratar de enseñar pero eso no garantiza el aprendizaje. ¿Acaso se puede aprender a sentir? La seducción implica un número de sensaciones. Sensaciones que se generan en uno mismo y que se transmiten a nuestro/a amante. Yo puedo dar un curso completo del arte de la seducción. Les puedo enseñar a los amantes deseosos de seducir a la persona foco de su atención cómo tocar, cómo recorrer el cuerpo de la pareja, cómo provocar placer al punto de la locura, pero si no lo sienten ellos mismos, no importa lo que les enseñe, estarán destinados al fracaso. Como dice mi admirado Jolan Chang en su libro El Tao de la pareja amante: “La mayoría de nosotros somos como los propietarios de un precioso violín Stradivarius al que nunca aprendimos a tocar.”

Mi mejor consejo es: ¿Deseas aprender a seducir a tu pareja? Aprende primero a seducirte a ti mismo. Ahí se los dejo de tarea.

Cuéntame tus experiencias como ciber geisha.

Acabas de mandarme derechito a un baúl muy preciado de mis recuerdos. Qué tiempos aquellos en que la seducción en línea era algo tan delicioso. Empezaré por decirte que tuve la suerte de trabajar en CompuServe México. Los jóvenes no van a entender de qué carajos les estoy hablando pero digamos que los de cierta edad, más maduritos, tuvimos la oportunidad de vivir la época de oro del “amor” virtual.

Ahí recibí la encomienda de abrir un foro para adultos. Al principio fue pura diversión y curiosidad, ya que eso de la cibernética era totalmente desconocido para mí, pero al paso del tiempo fui aprendiendo que el seducir a una persona a la que nunca habías visto, a la que tal vez nunca verías, era todo un arte. Me dirán que eso no ha cambiado, que hoy día millones de personas practican el romance a través de Internet. Sí, eso lo puede hacer todo mundo, pero no muchos son capaces de entender que el arte estriba en que con cada palabra, con cada masaje virtual, se va llevando a la persona que nos corresponde al otro lado de la pantalla a un punto tal de goce, de excitación, de deleite mental y corporal que llega un momento en que le provocaremos confundirse, debatirse entre la realidad y la quimera.

Si una chica tímida te pidiera consejos para seducir al amor de su vida ¿qué le dirías?

Que me llame para que le dé un curso completo. Digamos que para que le enseñe a usar el concepto de “La danza de los siete velos,” para que haga de éste su ejemplo a seguir si quiere convertirse en una experta y seductora amante.

¿Y si fuera un chico el buscador de consejos?

A ese le proporcionaría una educación personalizada y basada en la práctica.

Ya la oyeron, muchachos…aprovechen. Bueno, háblame ahora de la seducción en la literatura, de los libros que más te han inspirado.

Uyy, acabas de tocar un tema que me encanta. Hay algunos libros, que, al leerlos, me parecía estar viendo una película, más aún, en ocasiones me transportaron al papel de protagonista. Aunque mi estilo es diferente al de mis admirados autores, debo confesar que el gusto por la sexualidad y el erotismo, en parte, surgió al leer a estos genios de la literatura erótica.

Estos libros son: Delta de Venus de Anais Nin. ¡Qué descripciones de poderosos encuentros sexuales! Por cierto, un pensamiento de ella que encierra un mundo de verdad y por el que yo me guío es: “La edad no te protege del amor pero, hasta cierto punto, el amor sí te protege de la edad.” Yo me rijo por este principio y vieran que me siento más joven de lo que soy.

El Amante de Marguerite Duras. La película también me pareció sensacional. Me puso a temblar. No podía faltar Henry Miller y su Trópico de Cáncer que va mucho más allá de ser un libro erótico. Es mi tipo de lectura, entre otras cosas porque además de lo descriptivo, es evocador y provocador. Explora la naturaleza humana y a mi entender, hasta la miseria humana, como muy pocos lo hacen. Hay muchos otros, pero por ahora sólo mencionaré estos.

 ¿Y la seducción actual por medio de Internet? Ahora, con Skype, YouTube y la gente que muestra todo en línea, hasta los pliegues del fondillo ¿existe todavía, o se puede crear, el misterio de CompuServe?

Desgraciadamente la gente vive confundida y muchas veces piensa y siente que para “ligarse” a alguien por Internet lo único que requiere es un modem, una pantalla, un ratón, un endeble conocimiento del cuerpo humano y una verborrea obscena y corriente. Ser capaz de usar palabras sexuales explicitas y lanzarlas como guayabazos. No son capaces de entender el concepto real del asunto: la seducción. Yo les apuesto que soy capaz de provocarles y despertarles más deseos hablándoles, virtualmente al oído con fineza, de manera lenta y sensual que si lo hago de la manera en que se hace hoy en día, al chilazo, sin clase y sin conocimiento de lo que se requiere para poder auto-nombrase amante.

Volviendo a CompuServe ¿alguien descubrió tu verdadera identidad?

El misterio de CompuServe se quedó así, como misterio. Pocos llegaron a saber quién era la anfitriona que los recibía en el foro virtual para darles horas de fantasías, de placer y de expectación indescriptibles. Yo perfeccioné el arte del tele-apapacho. A través de la pantalla yo detectaba las necesidades emocionales y físicas de mis usuarios, de mis babies, como solía llamarlos, y lograba satisfacerlos al punto que llegaban a percibir como sensaciones verdaderas lo que eran meras ilusiones. No fueron muchos los que, de verdad, llegaron a conocer a la Geisha Cibernética.

Para contactar con Raquel Troyce o comprar su libro escriba a rtroyce7@comcast.net.

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