
La universidad de la vida, de Javier Lentino.
Las puertas del viejo ascensor se abrieron solas como si estuviesen encantadas. Mario, desconcertado, apretó el botón con la «C» varias veces hasta que asomó
Las puertas del viejo ascensor se abrieron solas como si estuviesen encantadas. Mario, desconcertado, apretó el botón con la «C» varias veces hasta que asomó
Crónica de un nuEvo escRitOr. Tremendo premio me gané. Aunque en realidad yo no gané nada, yo perdí, pero como el ganador no pudo
Las puertas del viejo ascensor se abrieron solas como si estuviesen encantadas. Mario, desconcertado, apretó el botón con la «C» varias veces hasta que asomó
Crónica de un nuEvo escRitOr. Tremendo premio me gané. Aunque en realidad yo no gané nada, yo perdí, pero como el ganador no pudo