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CARLES PORTA Y EL TRUE CRIME CATALÁN


               En las últimas entregas, en los últimos textos de esta serie, focalizados en el mundo hispano, afirmo y reafirmo, digo y repito, que el policíaco de no ficción tiene un nudo, un conflicto de difícil comprensión en las letras hispanas. Y, sin embargo, el true crime en Catalunya tiene un nombre propio: Carles Porta (Vila-sana, 1963). Este periodista, colaborador habitual de TV3, la televisión pública catalana, y de Catalunya Radio, su radio pública, lleva años produciendo sólidas historias de crímenes reales, hasta el punto de que su audiencia lo identifica como el narrador por excelencia de este tipo de casos.

                    Porta es un periodista de esos que me gusta etiquetar como bregado. Curtido en mil reportajes, desde los informativos, hasta los propios de un corresponsal de guerra —estuvo destinado en Bosnia o Ruanda, entre otras zonas de conflicto—, se inició en el periodismo en el diario Segre, de Lleida, para pasar más tarde a TV3.

                       La polifacética capacidad, la aptitud de Porta para contar historias sobre crímenes reales en cualquier tipo de formato está fuera de duda. Conduce con éxito una serie de TV: Crims, que deriva de la misma en versión radiofónica, y se han convertido en los referentes por antonomasia del policíaco de no ficción en Catalunya (el programa de televisión cumple 2 temporadas, el de radio 3). A través de él, Porta se ha creado un personaje. Su voz acompaña a la investigación en las retransmisiones radiofónicas, y su imagen presenta y despide los programas de TV.

                           El caso de los podcasts en el policíaco de no ficción es de sumo interés. Lo trata Vicente Garrido en su último libro, True crime, comentado aquí. A raíz del éxito de Serial, un documento radiofónico de 12 episodios, sobre el asesinato de una joven en Baltimore, producido y dirigido por la periodista Sarah Koenig (1969) para la radio pública norteamericana, el formato del podcast para contar historias reales sobre crímenes se ha extendido por todo el planeta. Eso lo vio muy bien Porta, que lo adaptó al ámbito catalán, tanto en su programa regular, como en producciones específicas. Su última producción en formato podcast y en versión extendida en libro, es el caso de un célebre secuestro, el de una farmacéutica en Olot, un municipio de 36.000 habitantes de la provincia de Barcelona que se hizo tristemente célebre en la crónica criminal por ese rapto que duró 492 días. Porta produjo un podcast detalladísimo del secuestro, de 23 capítulos más extras, para la radio catalana. Pero, al parecer, el material en su poder daba para más porque, con posterioridad al podcast, este 2021 ha publicado: La farmacéutica (Reservoir Books y La Campana en su original en catalán), donde da forma a una historia más elaborada a la que figura en los podcasts, a partir de la voz de la víctima. Con un ritmo muy vivo, y una documentación abrumadora, reconstruye un suceso en un evidente formato de thriller que mantiene la expectación del lector desde la primera página.

                         Pero, en realidad, todo el prestigio de este periodista, toda su fama, se empezó a cimentar en Tor, con el caso Tor, que fue un crimen que sacudió los cimientos de la sociedad catalana en la década de 1990, para el que Porta realizó un documental sobre el caso, para un prestigioso espacio de la TV catalana: 30 minuts. Se desplazó al lugar, en las montañas del Pirineo, muy cerca de Andorra, en el que se había asesinado a un viejo propietario, 5 meses después de que este se hubiera convertido en el dueño único de la montaña adyacente al pueblo de Tor.

                         Porta quedó tan obsesionado por el caso, que 8 años después del documental publicó Tor. La montaña maldita (Anagrama). El libro puede pecar y, de hecho, peca, del estilo descuidado que utilizan muchos periodistas a la hora de narrar. Pero, a cambio, el lector obtiene una narración fresca, directa, no solo de los hechos, sino del entorno, del ambiente enfermizo que se respiró durante décadas en Tor por unos intereses creados desde fuera, en torno a pistas de esquí y pelotazos urbanísticos, que ha caracterizado el crecimiento, la transformación de las montañas del Pirineo. Así, conocemos a personajes tan impactantes como Palanca, el máximo rival del fallecido y el principal sospechoso del crimen, un tipo con un carácter terrible, desde una perspectiva de suspense, pues lo hacemos a la par que el narrador, que es el periodista, el encargado de realizar ese programa. De la misma forma, descubrimos la historia de la montaña, de Andorra, del contrabando, de las rencillas entre las distintas casas, de la situación administrativa que llevó al peculiar reparto de las tierras entre los habitantes del pueblo, y que se acabaría tergiversando con el tiempo, con el paso de los años, con el cambio de costumbres.

Porta es muy hábil en la composición del relato. Nos guía a sus lectores, por una línea clara, la que llevó al juicio, a la acusación de los que acabaron convirtiéndose en los principales sospechosos, Josep Mont y Marli Pinto —que Porta caracteriza de forma impagable, en una cena que se convierte en pesadilla para el equipo de periodistas—, a raíz del testimonio de un testigo: Antonio Gil José, otro personaje de impacto, del que intentan reconstruir el testimonio. Sin embargo, la narración también apunta a otras tramas, otras posibles causas, otros hipotéticos culpables de un crimen que cambió para siempre la vida y la carrera de Carles Porta, para suerte de su hoy numerosa audiencia y del true crime catalán.

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