a.m.
bolsas de plástico aletean entre las púas,
el sol se estrella
contra la luz del movimiento,
sirenas verde amarillo rojo,
sórdidos motores en ida y vuelta.
Todo está en silencio cuando el mundo no
nos habla a nosotros.
En mi sombra un insecto equivocado
se refugia de un graznido.
p.m.
desde las negras calles
resonancias de la tarde todavía,
grillos ecan
al titilar de las estrellas,
para ofuscar a su presa
silba una lechuza,
roe al aire el abanico
arrullando el dormitorio:
las cosas crujen su añoro por la voz del día,
equivocado me refugio en el conticinio.
El silencio es la sombra del sonido,
no su ausencia.
solo ruido
que va
de
regreso.
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