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La literatura: Hauptmann, Tagore, Rolland

hauptman_2038830bEl otorgamiento del Premio Nóbel de literatura 2014 al escritor francés Patrick Modiano hace pensar tal vez en lo que sucedía cien años atrás con estos premios. ¿Qué concepción del arte se esconde detrás de los discursos de aceptación de los premios Nóbel de literatura? Esta es mi quinta entrega.

Los tres escritores que cubriremos en esta nota tienen la particularidad de no haber dejado huellas de su concepción estética en sus discursos de aceptación, o porque no los dieron o porque fueron anecdóticos y breves. En 1912, la Academia sueca premia al fundador del naturalismo alemán Gerhart Johann Robert Hauptmann (1862-1946) cuando el escritor tenía 50 años. Su reputación se basó en su dramaturgia —influido por Ibsen— y su penetrante visión del alma humana, sobre todo en el retrato de las clases bajas. Su obra Antes del amanecer (1889) inaugura el naturalismo alemán y una curiosidad en su vida es que antes de ser escritor fue escultor. Un personaje de Antes del amanecer, al ver la muerte de un trabajador, dice: “Y, cuando se saben cosas de ese tipo como las conozco yo —créanme— uno no puede encontrar descanso”. En su breve discurso, Hauptmann reconoce que el Nóbel ha pasado a tener un lugar importante en la vida cultural de las naciones. En 1913, se otorga el premio al poeta bengalí Rabindranath Tagore (1861-1941), escritor de una copiosa producción que examina la relación entre fe y pensamiento. Fue el primer premiado de origen no europeo. Tal vez su libro de canciones más importante sea Gitanjali (1912) y en parte debemos el conocimiento de su obra a la labor de traducción al español de Juan Ramón Jiménez. En el telegrama de aceptación, Tagore habla de “hacer hermano al extraño”. En el fragmento VI de aquel libro, leemos: “No supe lo que hacía un momento y vine./Pero alza tus ojos que yo vea si queda aún alguna sombra/de los días pasados, una pálida nube, ya sin lluvia, en el horizonte./Sopórtame un momento aunque yo no sepa lo que hago”. En 1914 el premio no se otorgó y en 1915 se le dio al novelista y crítico de música francés Romain Rolland. Fue biógrafo de Millet, Miguel Angel, Tólstoi, y Gandhi y su obra más famosa es, sin dudas, Jean-Christophe, novela en 10 volúmenes que describe la vida de un genio musical alemán. Pacifista y humanista, en uno de sus libros sentenció: “Nadie lee un libro, sino que se lee a sí mismo a través de los libros”.

Y el pescador dijo: “Habla y abrevia tu relato

porque de impaciente que se halla mi alma

se me está saliendo por el pie”.

Las mil y una noches, “Historia del pescador y el efrit”.

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