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Diagnósticos severos de la Sociedad. Entrevista con Leonardo Padura

 

La mañana es soleada, el viento de la playa de Antofagasta nos acaricia la piel con un ligero olor salobre. Estoy con Leonardo Padura en las terrazas del hotel Marina. Un cigarrillo se enciende entre los dedos de uno de los escritores más representativos de Cuba, Latinoamérica y de toda el habla hispana. Una pequeña jauría de perros juguetea en medio de la pista, estos animales han tomado como suya esta hermosa ciudad llamada con toda justicia La Perla del Norte. El azar hace que estemos ante el autor de El hombre que amaba a los perros.  El autor que había dicho que la historia, la realidad y la novela funcionan con motores diferentes.

Muy buenos días, estamos en Antofagasta –Chile, con el escritor Leonardo Padura, quien ha tenido la gentileza de robarle un poco de tiempo a su recargada agenda que ha tenido en la FILZIC.

Buenos días Leonardo, quisiera preguntarte sobre esta influencia de Mario Vargas Llosa con tu obra, esos vasos comunicantes que se podrían rastrear en tu novelística. 

Yo creo que se puede hablar de influencia y se puede hablar aprendizaje. Creo que en el caso de Vargas Llosa sobre todo se puede hablar de aprendizaje. Creo que Vargas Llosa es un maestro de las estructuras. Y fundamentalmente he aprendido de él esa técnica de crear estructura con componente dramático. La estructura te puede servir para crear toda una atmósfera, crear una tensión, crear una expectativa en el lector y todos esos recursos que tienen un carácter dramática.

Tú crees que la literatura contemporánea se ha alejado de los usos de las técnicas vanguardistas, que ahora conviene una literatura más lineal. ¿Cuál es tu percepción?

Creo que la literatura ha ido derivando en autores que empiezan a publicar en los noventas, que tienen ahora treinta o cuarenta años, hacen una literatura lineal, más sencilla. Yo prefiero una literatura que tenga otro grado de complejidad.  Es la que practico, mis dos más recientes novelas: El hombre que amaba a los perros y Herejes son novelas muy complejas en cuanto a estructura, en cuanto a lenguaje, en cuanto a creación de personajes, a concepción de la historia.

Hace unos días manifestaste tu reconocimiento a Cabrera Infante. Cabrera Infante hablaba acerca de que él le daba mucha importancia al lenguaje. Lo advierte en Tres tristes tigres cuando dice: esto está escrito en cubano. Ahora por ejemplo, con esta cuestión de las grandes editoriales, exigen a los novelistas latinoamericanos neutralizar su lenguaje en el sentido de no aprovechar esa riqueza peculiar que tiene cada forma de español  en cada país.

Yo no he sentido esa presión, realmente, yo publico hace quince años – hacemás de quince años- con la editorial Tusquets. Y nunca me han pedido que modifique mi lenguaje. Yo escribo en cubano, esa es la gran influencia que he recibido de Mario Vargas Llosa (Cabrera Infante). Escribo en habanero, en el habanero literario que él (Cabrera Infante) creó. Y mis personajes tienen que tener una expresión habanera, porque no son de otro universo que ese y no pueden expresarse de otra manera. Y realmente mi trabajo con esta editorial (Tusquets) que sigue haciendo trabajo de edición, nunca me han pedido que mis personajes tengan una lengua más neutral. Al contrario que cada uno mantenga sus características y es lo yo he hecho, es lo que yo hago.

Muchas gracias, Leonardo y la última pregunta sería: Esta reflexión que se hizo acerca del género policial y de la novela negra como una suerte de diagnóstico severo de una realidad contemporánea que también pueden tener estas vertientes de crítica a partir de la novelística. ¿Qué opinas tú sobre esto?

Sí, yo creo que la novela policíaca contemporánea es una novela de carácter social fundamentalmente. Mi percepción  y mi intención a la hora de escribir esta novela es que tiene como estructura un carácter utilitario. Yo utilizo a la novela policial para poder hablar de temas que van más allá de un simple misterio. A mí me interesa la novela policial en tanto sirve exactamente como tú dices para hacer un diagnóstico de determinada sociedades, de determinadas realidades. Por lo tanto, es mucho más una novela social que una novela policial. Creo que la novela policial es un género tan amable que permite cualquier modificación, cualquier recreación que intentes hacer con ella. Y es lo que he hecho en mi caso particular, creo que lo han hecho otros escritores como Manuel Vásquez  Montalbán, por ejemplo, que escribió sobre todo el proceso de la democracia española y dejó una crónica magnífica en su novelística policial. Y es un poco lo que trato de hacer yo desde mi perspectiva de cubano.

Muchas gracias, Leonardo, y quisiera que por favor te despidieras de nuestros seguidores allá en Lima y Arequipa. Invitarlos –de repente- a que se aproximen a tus novelas.

Sí, el año pasado salió  la novela titulada Herejes[1], una novela compleja, con varias historias.

Un saludo desde Cuba para todos, desde Chile –en estos momentos-, pero que viene desde Cuba.

Muchas gracias, Leonardo, muy gentil de tu parte. Ojalá que nos veamos en Lima, en Arequipa o donde el destino quiera juntarnos.

Antofagasta, 05  de mayo del 2014.


[1][1] Horas después de esta entrevista, la novela Herejes de Leonardo Padura era anunciaba como ganadora  ha sido la ganadora del X Premio Internacional de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza por su calidad literaria y validez histórica.

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Muela

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