Search
Close this search box.

Mensaje aldeano

Juan Ramón Ortiz Galeano

“En un dulce estupor soñando estaba

con las bellezas de la tierra mía:

fuera, el invierno lívido gemía,

y en mi cuarto sin luz el sol brillaba”

José Martí

 

 

Puedo sentirlos respirar sosegados,

próximos al fuego, timando sus ojos,

creyéndose casi protegidos aquí

sólo por estar juntos, lejos de la tala y del frío.

 

En torno a mi sólo uno percibe el mensaje

a través de mis ojos, muertos alguna vez,

palpitantes en este tiempo:

“Sobre los árboles protectores del camino, Corderos-Lobo agitan el viento al gritar contra la Nube Níquel que anuncia la tempestad; pero el eco es opacado por el humo de cigarro de los ‘abhansados’ Perros-buitre, mientras golpean con el brillo de sus anillos, una mesa cubierta con papeles arrasadores de silencio. El Ejército de Humo devastará los valles entonces, y quemará los árboles, el rocío, y secará los ríos, únicos espejos de la luna, e indiferente desollará a tus animales indefensos, sólo por cubrir tontas vanidades en la noche.

Por la mañana temprano, cuando el cantar de los dioses escuchas y el funesto amanecer quemado te cubre, plantas una semilla en el maizal y cuidas tu herbaje para que el acervo sea llevado; alimentas a tus caballos con agua y pasto; el llano aparenta  su cara complaciente, hasta que súbitamente fijas la mirada, y el plato cae silencioso de tus manos, como cae sigiloso el Cielo Ceniza de lo alto:

Máquinas del infierno talan tus mares, puedes verlas raptando el horizonte, estrepitosas, pesadas, firmes en el suelo, agitando contra el bosque sus brazos imposibles, cuyos dedos dentados muerden el alba engullida por la insaciable boca del humo, cuando rasga el crepúsculo el grito de la tierra.

Aturdidas y temerosas del cuchillo, las tímidas criaturas del bosque huyen bajo la tierra despavoridas, cada pequeña bestia percibe que el tiempo… ya no es demasiado.”

 

Bajo la puerta se filtra el barro tibio;

un graznido amargo agita la aldea y el campo;

huelo niebla, me recuesto en el fango

cada día más húmedo y frío.

Escucho un canto en el llano lejano…

 

 

A los que luchan por la

salud de nuestra Tierra.

Juan Ramón Ortiz Galeano

 

 

   

Relacionadas

Suburbano Ediciones Contacto

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest
WhatsApp
Reddit