Debo reconocer que prácticamente no he visto cine venezolano y en gala de los Goya de este año, volví a acordarme de este cine cuando la película dirigida por Miguel Ferrari ganó el Goya a la mejor película hispanoamericana. Desde el salón de mi casa veía la inmensa felicidad del equipo al recoger el Goya y pensé que quizá, y más allá de toda la humildad que demostraban agradeciendo el galardón, se estaba premiando a un cine que todavía sigue estando escondido para muchos. Un cine aún tímido pero que como digo, debe salir del cascarón.
Tenía ganas de seguir investigando y me topé con “La casa del fin de los tiempos”. Película que, por lo que he leído, ha superado el récord de taquilla en lo que a películas de intriga y terror se refiere. Grata alegría se llevaría Alejandro Hidalgo, el director, al saber que será presentada en el Festival de Cannes de este año. Le deseo toda la suerte, tanto a él como al resto del equipo del film.
Con semejantes antecedentes y dada mi predisposición a descubrir el cine venezolano, me dispuse a ver este largometraje de intriga protagonizado por la conocida Rudy Rodríguez, Gonzalo Cubero, Guillermo García, Héctor Mercado y Rosmel Bustamante. Aunque como personaje principal nos encontremos con la casa en la que vive una familia y en la que una noche la madre encuentra a su marido (Gonzalo Cubero) con un cuchillo clavado en el hombro y a su hijo mayor Leopoldo siendo absorbido por una fuerza dentro de la casa.
Tras los eventos ocurridos, Dulce (Rudy Rodríguez) es acusada tanto de la muerte de su marido como de la desaparición de su hijo Leo (Rosmel Bustamante) y condenada a treinta años de prisión. Pero cuando le conceden el arresto domiciliario, Dulce volverá a la casa y revivirá todo el tiempo pasado e investigará, con la ayuda de un cura (Guillermo García) qué esconde la casa.
Con un ambiente muy teatral lleno de sombras y colores oscuros tanto en la estética como en la fotografía, “La casa del fin de los tiempos” es tan admirable como rebuscada en su final. Pero es que a mí me gustan los finales complicados.
El aura que envuelve a la película tan intrigante así como las actuaciones elogiables de todos sus protagonistas (destacando las de Rudy Rodríguez y Rosmel Bustamante) hacen que no pueda hacer otra cosa que recomendar esta película. Además, puede que les pase como a mí y descubran un cine prometedor, un cine tímido que debe resurgir y les haga pensar que todavía hay películas buenas de terror más allá de las fronteras norteamericanas y/o japonesas.
Para acabar dejo una pregunta al aire ¿alguien más encuentra similitudes entre la película y “La casa en el confín de la tierra” de William Hope Hodgson? Bueno, no me hagan mucho caso, quizá sean conjeturas mías…
Lo mejor: El desenlace
Lo peor: Que a veces tenía la sensación de vivir un déjà vu
Puntuación: 6 sobre 10