Cada vez son más los estadounidenses que trabajan hasta pasados los 75 años, en vez de retirarse a la edad habitual —habitual hasta hace poco— de 65 años.
La razón, desde luego, es económica. Con el aumento constante del costo de la vida, a muchos trabajadores les resulta difícil o imposible jubilarse, a menos que se muden a otra ciudad o incluso a otro país donde todo sea menos caro. Y un traslado de esa magnitud, que siempre conlleva un desarraigo, tampoco es fácil.
Según la Oficina de Estadísticas Laborales de Estados Unidos, entre 2010 y 2020 la cantidad de personas de 75 años en adelante que seguían trabajando aumentó el 53,7 por ciento. Se calcula que entre 2020 y 2030 el aumento será del 96,5 por ciento. Las personas en ese grupo etario constituyeron el 8,9 por ciento de la fuerza laboral en 2020, y se estima que en 2030 serán el 11,7. En otras palabras, si los pronósticos son acertados, dentro de siete años más de uno de cada diez trabajadores norteamericanos tendrá 75 años de edad o más.
Académicos como, por ejemplo, Geoffrey Sanzenbacher, profesor asociado de Economía del Boston College, indican que las personas pueden trabajar durante más años porque tienen buena salud durante más años.
Eso es cierto, pero el aumento del costo de la vida es la razón principal que lleva a las personas de la tercera edad a pensarlo dos veces antes de retirarse. Muchas personas mayores no tienen los ahorros necesarios para vivir sin trabajar después de jubilarse. Solo el 35 por ciento de los estadounidenses entre los 55 y los 64 años de edad tienen ahorros en un plan de jubilación como el 401(k) o un IRA, lo cual quiere decir que dependen de los pagos del Seguro Social y de sus ahorros personales (si los tienen) para mantenerse. Los expertos sugieren ahorrar entre el 12 y el 15 por ciento del salario cada año para la jubilación, pero muchos no pueden darse ese lujo.
Los que han comprado una casa pueden venderla y obtener una plusvalía que actualmente, gracias al enorme aumento del valor de las propiedades, suele ser considerable. Pero con los costos disparados de la vivienda, es probable que no puedan seguir viviendo en su ciudad y deban mudarse a un lugar más barato en otra parte del país. O en el extranjero, como han hecho y hacen muchos miles de norteamericanos.
A nivel nacional, el alquiler promedio de un apartamento de una habitación es de poco más de $1.060 al mes, pero en ciudades caras como Miami el alquiler de un apartamento de dos dormitorios, y a veces hasta de uno, supera los $2.000. Esa cifra está por encima de lo que numerosas personas reciben mensualmente del Seguro Social al retirarse.
Para muchos, dejar de trabajar al cumplir 65 años no es una opción. Mientras el gobierno federal no aborde en serio este problema e implemente medidas eficaces para resolverlo en beneficio de los trabajadores, la fuerza laboral en Estados Unidos seguirá envejeciendo.
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