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El largo y sangriento camino de Al-Qaeda al ISIS

Nuevas investigaciones de Lawrence Wright


 

En 2006 el periodista, guionista y escritor Lawrence Wright (Estados Unidos, 1947) publicó un libro formidable, La torre elevada (*), una exhaustiva investigación sobre los atentados del 11 de setiembre de 2001 contra las Torres Gemelas, siguiendo los pasos de Osama Bin Laden y de otros líderes yihadistas, y también de algunos referentes claves de los organismos de defensa yanquis, así como de sus errores, disputas internas y múltiples desinteligencias. Un año después su trabajo le valió el Premio Pulitzer y la consideración crítica de los principales medios de prensa de su país. El libro demoró cinco años en ser traducido al español.

Wright, quien también se había desempeñado como docente en los 80 en la Universidad Norteamericana de El Cairo, siguió ocupándose de esos temas, y en 2017 dio a conocer Los años del terror. De Al-Qaeda al Estado Islámico, una serie de artículos publicados originalmente en The New Yorker, abocados ahora a analizar el proceso que llevó de la organización liderada por Bin Laden a la formación del ISIS, la expresión más radical del islamismo conocida hasta el momento. Y lo vuelve a hacer con brillo y con un envidiable estilo periodístico, más allá de que sus conclusiones puedan ser en algunos casos puestas en tela de juicio.

Los tres primeros artículos, “El hombre detrás de Bin Laden”, “El antiterrorista” y “El agente” abordan a tres personajes ya estudiados en La torre elevada. En el primero de ellos Wright sigue los pasos del egipcio Ayman al-Zawahiri, un médico cirujano integrante de los Hermanos Musulmanes, quien tras largos años en prisión viajó a Afganistán para convertirse en la mano derecha de Bin Laden, y seguramente en su sucesor tras la muerte de este el 2 de mayo de 2011 en Pakistán. El segundo está dedicado a John P. O’Neill, jefe de la sección de antiterrorismo del FBI, un hombre tan sagaz como dispendioso y controvertido, uno de los primeros en advertir el peligro de un ataque inminente de Al-Qaeda en su propio país y que paradójicamente murió en el derrumbe de una de las Torres. Y el tercero se centra en la figura de Ali Soufan, un agente del FBI de ascendencia libanesa, que participó en la investigación del atentado con bomba contra el destructor USS Cole en octubre de 2000 en Yemen, que provocó la muerte de 17 marineros y causó heridas a otros 39.

De Occidente al califato

El libro continúa con el extenso artículo “El reino del silencio”, en el que Wright narra su experiencia a comienzos de 2003 en el diario Saudi Gazette, medio que lo había contratado por tres meses para “ayudar a formar jóvenes periodistas saudíes”. El texto, que en un principio solo parece destinado a dar cuenta de esa experiencia laboral, ofrece sin embargo un vasto panorama de la vida cotidiana en Arabia Saudita, retratando la intervención permanente de la llamada Mutawa, un organismo parapolicial religioso apoyado por el Estado y capaz de reprimir a aquellos que no cumplan con determinadas prácticas (horario de oración, vestimenta femenina), y de la censura que la monarquía mantiene sobre toda la prensa.

“La red del terror” se enfoca en los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid, de la llegada de Al-Qaeda a Europa, de la brutalidad y precisión del operativo, y de la torpeza absoluta de ciertos sectores de la clase política española que finalmente fueron desplazados de sus cargos. “Plasmado en película” es una serie de entrevistas a cineastas sirios, relevando las infinitas dificultades (también censura, precariedad logística) para hacer cine en un país que estaba a un paso de la guerra. Los tres siguientes artículos se adentran en las peripecias del gobierno y de las distintas agencias estadounidenses para implementar planes de espionaje dentro y fuera de su propio país (“El jefe de los espías”), de la obra teórica de Sayyid Immam al-Sharif, también conocido como doctor Fadl, que se atreve a un análisis en profundidad de las consecuencias del 11S (“La rebelión interna”), y de la situación de la Franja de Gaza, de las actividades y la victoria electoral de Hamas en 2006, del secuestro del soldado judío Guilad Shalit, de la operación Plomo Fundido de 2008, y del feroz bloqueo de Israel a una población de casi dos millones de personas que vive en apenas 365 km2 (“Cautivos”).

Como síntesis de todo ello, Wright termina sosteniendo que las críticas dentro del propio islamismo a los atentados del 11S, en el sentido de que solo sirvieron para que el mundo musulmán fuera atacado por Estados Unidos y sus aliados, comenzaron a debilitar el liderazgo de Al-Qaeda y de Bin Laden, aunque el planteo inicial de la red había sido justamente buscar un enfrentamiento con Occidente. Por su parte, y a paso inmediato, el ISIS planteó en primera instancia un enfrentamiento entre musulmanes, una sangrienta lucha por territorios y el establecimiento del califato, objetivo que logró brevemente pero que hoy se muestra en total retroceso.

Una o dos vidas

El último de los artículos, “Cinco rehenes”, es acaso el más impactante del libro, y se centra en el secuestro de cinco estadounidenses a manos de comandos del ISIS entre 2013 y 2014, y en el rol queen mayo de 2014 David Bradley, un millonario dueño del grupo mediático que publica la revista The Atlantic, desempeñó al reunir en su mansión de Washington a los familiares de las víctimas. Decepcionados por la aparente falta de reacción del gobierno de Barack Obama, los participantes del encuentro formaron un grupo que extraoficialmente comenzó a investigar el posible destino de los secuestrados, las vías de acercamiento a los secuestradores y el pago de los eventuales rescates exigidos por estos (la legislación yanqui prohíbe cualquier tipo de transacción con grupos terroristas, por lo que los familiares podrían incluso ser procesados).

Bradley liderará una serie de movimientos destinados a obtener la liberación de los periodistas James Foley, Peter Theophilus Padnos y Steven Sotloff, y de los activistas Peter Kassig y Kayla Mueller. Diversos contactos a nivel del gobierno estadounidense, de operadores cercanos a sus empresas, de algunos periodistas europeos liberados por sus captores tras elevados rescates, no fueron suficientes para que Bradley y los integrantes de su equipo determinaran el paradero de las cinco víctimas, aunque uno de ellos, Theo Padnos, logró ser liberado tras arduas negociaciones en las que participaron integrantes de las altas esferas qataríes.

Foley, Sotloff y Kassig fueron filmados en el momento de ser degollados por uno de los integrantes del ISIS (“John el Yihadista”). La familia Mueller recibió fotografías del cadáver de Kayla, aunque las causas de su muerte nunca terminaron de aclararse. En una carta que Sotloff consiguió enviar clandestinamente desde su cautiverio, escribió esta estremecedora frase: “Todo el mundo tiene dos vidas; la segunda empieza cuando comprendes que solo tienes una”.

Los años del terror. De Al-Qaeda al Estado Islámico, de Lawrence Wright, Debate, Barcelona, 2017, 477 páginas

 

En 2018 se emitió por Hulu y Amazon Prime Video una excelente miniserie basada en este libro, titulada The looming tower, centrada en John P. O’Neill y Ali Soufan, y protagonizada por Jeff Daniels y Tahar Rahim.

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