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El Diario de Anais Nin II

Rosana Montoya

El diario de Anais Nin volumen dos es tierno, tierno y tierno. Esta ternura sobrecoge, delita y entretiene. La ternura es el lente por el cual ella analiza, investiga y entiende a muchos de los personajes que conoce en la bohemia de Paris en los años treinta. Leí algunas reseñas acerca de la obra de Anais Nin antes de sumergirme en la lectura de este diario. Muchas de las reseñas que encontré me dejaron con la impresión que Anais Nin coleccionaba parejas indiscriminadamente como una exploración de la sexualidad femenina. Pero a medida que avanzaba en la lectura de este diario el candor y la sensibilidad con que ella escribe acerca de la gente que aprecia y ama son evidentes.

Uno de los motivos por el cual me interesó leer este diario en particular, fue porque encontré una reseña que decía que este diario se enfocaba en la relación que Anais Nin tuvo con el sicoanalista Otto Rank. Sin embargo, esto solo ocurre en las primeras cuarenta paginas del libro. Si bien la relación con Otto Rank marca una pauta importante en la vida afectiva y creativa de Nin, la relación con el peruano Gonzalo More le ofreció una riqueza inagotable para la imaginación.

Anais Nin viaja a Nueva York en 1934 para convertirse en discípula de Otto Rank. Ahí  dedica toda su energía a entender el drama que viven los pacientes de Rank pero termina analizando su propia existencia . Entonces se vuelca para escribir en las paginas de este diario las experiencias que vive en un Nueva York frio y distante. Mas adelante, llena de desencantos e inquietudes regresa al  Paris poético que añora.

En su diario escribe:  “Extraño a Rank. Pienso que finalmente conquisté la necesidad del padre. El jugó el rol generosamente, pero también trató de dominarme y absorberme en su trabajo. El quería que dedique mi vida a reescribir sus libros, una tarea de toda una vida que hubiera destruido la artista en mi. El nunca me perdono el haber regresado Paris.”

Anais Nin es creativa, sensible, soñadora, multifacética. Su sensibilidad invita a la diversidad en su mundo creativo. Conoce y es amiga de artistas como: Brancusi, André Breton, Antoni Artaud y Henry Miller, su eterno compañero literario.

A partir de su conexión artística con Miller, Anais Nin reflexiona y parte de la premisa que las mujeres tenemos que crear nuestro propio mundo. Que así como autores como Henry Miller recrean un mundo masculino en la literatura, escritoras como ella tienen la misión de recrear un mundo femenino. Y concluye que en el sicoanálisis como en la historia y el arte las mujeres somos nuevas y que tenemos mucho por crear y descubrir.

Cuando Gonzalo More aparece en su vida, su relación acapara su mundo creativo. De acuerdo a Anais Nin,  Gonzalo More era de ojos carbón oscuro y pelo negro salvaje, sonrisa de niño, místico, soñador, lleno de nobleza y profundidad. Gonzalo More se convierte en la figura que mas la acompaña en ese peregrinar por las calles de Paris. La amistad entre ellos enriquece la obra de Nin y la ayuda a crecer como artista. A diferencia de Otto Rank o Henry Miller, Gonzalo More no poseía un talento u oficio definido. Fue luminotécnico en el teatro de Artaud, esposo y representante de la bailarina cuzqueña Helba Huara, asiduo de la bohemia en Paris y fue el mejor amigo de Cesar Vallejo en Paris. Gonzalo dormía con los libros de Anais bajo la almohada y los leía detenidamente memorizándose algunos párrafos que después repetía delante de ella.

El la doblega susurrándole en el oído mientras bailaban juntos “ Tu eres tan fuerte y frágil a la vez. Me influyes y te tomo. Eres la flor de todo, el perfume y la esencia de todas las cosas.”

Gonzalo le cuenta su vida en Perú. De la hacienda de su padre. De los días que montaba a caballo. Le habla de cuando vio a una anaconda devorando a una vaca o cuando vio a un cóndor preparándose a devorar un burro muerto. También le habla  de los sentimientos que tenia para las personas que trabajaban para su padre. De cómo lo conmovían las injusticias y como trataba de ayudarlos a pesar de todo. En esa época se convierte en un comunista confeso y apoya abiertamente la República española frente a la falange fascista de Franco.

Gonzalo More es el protegido y su protector, su amigo y compañero, el espejo donde refleja preocupaciones, sentimientos y anhelos. Cuando ella parece haber perdido la motivación y las ganas de crear entonces emerge la figura de Gonzalo More para alentarla con su fuerza mística, su sensibilidad  social, sus recuerdos mágicos de su niñez en el Perú.  Entonces recupera las fuerza creativa y siente que puede seguir creando ese mundo femenino personal de sensualidad, amistad, compañerismo, contemplación y ternura.

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