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Do What Thou Wilt. Entrevista a Steven Bagner.

           Steven es un artista disidente del barrio de Morón en Buenos Aires, que recupera con el colectivo artivista Bagner, las manifestaciones de la contracultura argentina y las amalgama con el folclore típico del litoral, en una resignificación conceptual como movimiento LGTBIQ. Una búsqueda musical que se apoya en la tecnología de vanguardia para romper todo tipo de tradiciones y tabúes.

           La música ayuda a ahuyentar la soledad, a encontrar iguales que coinciden con la reflexión única. No sólo el compositor o el rostro frente al micrófono sino la música en general es para romper este aislamiento, esa creciente burbuja en la que se vive y todo se traga. Dicha fractura, es la que me hermana a Bagner.

           En entrevista, dialogué con Steven Bagner acerca de los reflectores literarios de la asincronía democrática argentina, el punk del barrio de Morón, el chamamé y su origen étnico, la anarquía, lo trans, la censura y el fluir de la vida.

           ¿Qué fanzines recuerdas que hayan reflejado el fenómeno de la asincronía democrática en Argentina?           

           La Revista Pelo (1970-2001), fue una de las primeras que vi que en la democracia argentina hablaba de bandas de rock; no es precisamente un fanzine, pero fue una revista icónica, y recuerdo que el hermano de mi mejor amigo, que era un aspirante a guitarrista de rock, nos dejaba leerlas, aunque no todo el contenido era apto para menores.

           Según tu perspectiva, ¿cómo se produce el movimiento Punk en Morón?

           Lo que me toca más de cerca y con lo que conecto más, es con la banda Sumo, ya que se formaron de alguna manera muy cerca de donde vivo, en el oeste de la Provincia de Buenos Aires; pero hay otras bandas, como Los Violadores y Flema, que pertenecen mucho mas históricamente a lo que puede denominarse como los inicios del punk propiamente dicho, y que seguían las líneas de bandas internacionales como The Clash.

           ¿Cuál fue la primera banda que viste en vivo?

           Es una pregunta interesante y que mediante la reflexión me llevó a darme cuenta de que la primera banda que vi tocar en vivo fue una banda de rock a la cual pertenecía el hermano de mi mejor amigo de la infancia. Tiempo después, él se convertiría en mi profesor de música, ya que me consideraba muy rebelde e inquieto como para ir a un instituto y seguir con una educación musical muy convencional. Creo que el DIY (Do It Yourself) y la ideología punk estaban en mí. Pero luego, atraído por la tecnología, me interesé más en bandas que desarrollaban o incluían electrónica, y ahí es donde yo normalmente consideraba el comienzo.

           ¿Cómo fueron tus primeros coqueteos con el chamamé?

          El chamamé fue algo que estuvo siempre presente en mi casa, por un lado. En mí, corre sangre guaraní, que es la sangre indígena propia del litoral, de mi amada provincia de Corrientes en Argentina. Por descendencia de abuelos, quienes siempre tenían algún radio grabador reproduciendo chamamé, pero con la típica rebeldía de adolescente no le prestaba suficiente atención. No fue sino hasta que maduré y pude reconocer toda la belleza y no tan sólo del chamamé sino de todo el folklore de Latinoamérica, que me sentí atraído de alguna forma, desde mi perspectiva como productor, a incluir la diversidad y la disidencia en este género. Pero esto se fue dando de forma paulatina desde el año 2012 al 2020, cuando finalmente salió “Mujer” que se convirtió en el primer chamamé de la diversidad cultural en el mundo entero.

           Mi amigo, el artista multidisciplinario Dick El Demasiado, me comenta que: “en cuanto a roots de chamamé hecho mierda, te puedo aconsejar a Los Síquicos Litoraleños de Curuzú Cuatiá. ¿Los conoces?

           Sí, claro, he podido escuchar algunas de sus producciones en donde por supuesto, rescato la experimentación que hacen tanto en lo sonoro como en lo visual; definitivamente es una banda para investigar.

           ¿Qué papel ha desempeñado en tu evolución cultural y artística este género?

          El chamamé en principio me conecta muy profundamente con mis raíces, así que considero que es un pequeño homenaje o tributo a todos los artistas que muy fielmente han seguido la tradición.

           En lo personal si bien no me gusta mucho ponerle etiquetas a mi trabajo, dada la deconstrucción que hago de las tradiciones para reivindicar la diversidad, es que prefiero incluirme en el género del folklore urbano, que creo resume mucho mejor mi uso de los sonidos autóctonos y tradicionales de Latinoamérica con sonidos mas actuales o de vanguardia, como puede ser el género urbano propiamente dicho.

           ¿Cuál es tu teoría acerca de su origen?

Si de chamamé hablamos, no creo tener una teoría propia, ya que me atengo a lo que se puede conocer por el estudio del género.

          El mismo comenzó como una música utilizada por los chamanes indígenas para las celebraciones y rituales de la tribu; no obstante esto, la mujer ejercía un rol fundamental y sagrado en la ejecución de algunos instrumentos. Luego se fue generando una fusión cultural que es lo que se podría entender como el chamamé de raíz o autóctono, que llega hasta nuestros días.

           ¿Con qué otros colectivos disidentes del MERCOSUR te sientes hermanado?

          Mi visión de los derechos humanos me hermana con todas las personas que aboguen por la inclusión cultural y el respeto a la diversidad. Así que, aunque no nos conozcamos físicamente sé que espiritualmente estamos transitando las mismas luchas por un bien común, que es la libertad, la igualdad de géneros y la fraternidad.

           ¿Cuál es tu constructo personal de Anarquía?

            Do What Thou Wilt.

           ¿Qué es ser mujer para Bagner, cuál es su connotación simbólica?

           En lo personal, tiene que ver más con lo femenino. Todas las personas tenemos energía masculina y femenina; con el correr de la historia se ha ido negando esta dualidad en el ser humano, llevando a que el hombre deba de expresar sólo lo que tiene que ver con la energía masculina y la mujer sólo con la energía femenina. Esto genera claramente un desbalance. Para mí, conectar con mi parte femenina tiene que ver con los sentimientos, con poder ser fiel a lo que siento y por sobre todas las cosas tiene que ver con la parte creativa. Si no pudiera conectar claramente con mis emociones, tampoco conectaría con las emociones de lo demás, no existiría empatía y, por ende, se vería coartada mi creatividad, se volvería obsoleta.

           El colectivo Bagner, al igual que los chamamés Jeroky Ñembo, fortalece los vínculos entre los artistas, en este caso de Morón, y los miembros de su comunidad. ¿Cómo surge este proyecto?

            Bagner como proyecto musical surge más que nada durante el periodo de pandemia 2020, en donde ante la imposibilidad de salir y poder ir a un estudio de grabación, me vi en la obligación de contactar músicos sesionistas por Internet. Para esto me apoyé en la plataforma Soundbetter; desde ahí conocí excelentes músicos con los cuales compartimos la misma pasión por la música folklórica. Esto dio origen a un proyecto de grabaciones de donde más tarde se desprendería el sencillo “Mujer”, y si bien yo como productor doy la cara, lo hago por lo que considero un colectivo de artistas, con una organización horizontal donde no creo que haya líderes.

           ¿Por qué reorientar y diversificar este género musical? ¿En verdad es tan cerrado y tradicionalista?

          En principio no quisiera que se exponga como algo sólo del chamamé, o del folklore en sí. Todos los géneros musicales tienen su historia y sus tradiciones y pretenden cerrarse en ellas, ceñirse a lo que funcionó. Los artistas en nuestra actitud rebelde vamos buscando un poco “esto de incomodar” y la deconstrucción del folklore, aunque no lo parezca, tiene que ver más con el amor y el respeto que siento por la música de raíz, que con otras cuestiones. Sé que no todos lo ven así o van a coincidir con mi visión, pero así también hay distintas formas de amar. Esto es lo que da la riqueza y fortalece la diversidad.

            ¿Existe la mafia del chamamé?

No lo creo. No sé qué sería exactamente la mafia del chamamé y a qué se dedicaría en concreto.

           Gente que quiere capitalizar el género y monopolizarlo, basada en que cree tener la razón, existe; pero los entiendo también. Su forma de amar la música es la que probablemente la aleja de la juventud y los puede condenar al olvido si no fomentan la inclusión y la diversidad. El problema está en creer que una cosa va a suplantar a la otra y no entender que hay público para todos los espectros y que la inclusión de la diversidad es lo que fortalece al género.

           ¿Por qué decidieron no mostrar el rostro de los miembros del colectivo?

           En principio, aunque yo soy el productor, tampoco estaba a favor de aparecer en fotos para no capitalizar la atención. Pero lo que hay que entender es que no somos una banda, y cada músico va participando según lo que se va necesitando, las personas van rotando y ninguno tiene ningún tipo de exclusividad. Cada proyecto, cada sencillo es un mundo en sí mismo y se busca la manera de que cada uno pueda aportar lo mejor para ese proyecto en particular. Actualmente, yo doy la cara para generar una cercanía con nuestra gente, que no sería posible si no supieran quién o qué es su interlocutor.

           ¿Por qué fue censurado el video de “Mujer” en Rusia?

          Mujer tuvo un primer video, que todavía puede encontrarse en algunos sitios o redes sociales pero que fue básicamente un video de bajo costo realizado para Instagram TV, con los mismos actores que el video oficial en la plataforma Veveo y también filmado en Rusia.

           El hecho de que se exponga visiblemente a una pareja, a primera vista gay, es lo que se considera como propaganda en ciertos países y por ende se prohíbe.

           Nuevamente, nuestro espíritu punk DIY no nos iba a dejar tranquilos hasta que hicimos un segundo video, que es el que circula oficialmente, y fue en reemplazo del que nos valió la censura en redes sociales de ciertos países. No por esto el video oficial bajó su tono, sino que redoblamos la apuesta y visibilizamos todo lo que creemos tiene que formar parte de nuestra cotidianidad.

           ¿Qué representa al día de hoy ser trans, en todo sentido?

No sé si podría hablar por las personas trans, ya que cada una tiene su historia y sus vivencias, que son todas válidas e importantes.

En lo personal, yo transcurso mi expresión de género de una manera fluida, esto quiere decir que se me puede ver expresarme corporalmente según lo sienta. Y esto también tiene que ver con lo que comenté anteriormente de que conectar con mi parte femenina es tan importante como conectar con mi parte masculina, para poder tener una expresión plena en mi persona y como proyecto artístico.

           ¿Qué es lo que vincula al Colectivo LGBT+ con el chamamé? A mí me parece que hay muchos vasos comunicantes.

          En la actualidad Bagner es lo que los vincula, (risas). Saliendo de todo chiste, creemos que personas que pertenezcan al colectivo LGTBIQ no abiertamente, siempre estuvieron presentes en todas las manifestaciones artísticas, y por sobre todo, en la música que necesita de una conexión emocional muy especial.

           Pero lo más importante también, es conectar con la música desde la sensibilidad, y que esto no tenga nada que ver ni con la sexualidad ni con el género de ningún tipo.

           ¿Qué lecturas te ayudaron a construir el proyecto?

           Suelo leer mucho, me interesa muchísimo la psicología y la filosofía. También he leído biografías de otros artistas y cómo se han desarrollado en el negocio de la música. como The KLF o David Byrne.

           Todo el tiempo estoy aprendiendo e interiorizándome de nuevas cosas, creo que lo esencial es nunca perder la capacidad de asombrarse y nunca llegar al punto de creer que se lo sabe todo.

           ¿Visitarás pronto México?

           México me parece un país con una cultura muy rica e interesante. Tienen tantas cosas bellas que de ir, tendría que por lo menos quedarme un año para hacer todo lo que quiero. Creo que tengo mucho para aprender de la música de raíz mexicana, y sería un honor poder visitarlos pronto.

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