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Detrás de página: Mario Martz

Mario Martz nació León, Nicaragua, en 1988 y estudió la maestría en Creación Literaria en la Universidad de Texas en El Paso, donde fue editor de la revista bilingüeRío Grande Review. Es autor de Viaje al reino de los tristes (Managua: CNE, 2010), libro ganador en 2010 del Premio Nacional para publicaciones del Centro Nicaragüense de Escritores. Como parte del programa de editores invitados de la Feria Internacional del Libro de Frankfurt 2016, se expuso una serie de cuentos de su libro Los jóvenes no pueden volver a casa(Managua: Anamá, 2017). Las antologías y colecciones Queremos tanto a Claribel (España: Valparaíso, 2014); Resistencia en la tierra (Chile: Ocean Sur, 2014); Instantáneas de la literatura centroamericana (México: Literal, 2013) y Los 2000, autores nicaragüenses del nuevo milenio (Managua: Leteo ediciones, 2012) recogen muestras de su trabajo que también puede encontrarse en ediciones del New York Times, Carátula, El Hilo Azul, Rara, Cuadrivio, Álastor, entre otras.

BIBLIOGRAFÍA

Poesía

2010: Viaje al reino los tristes: Centro Nicaragüense de Escritores.

Cuentos

2017: Los jóvenes no pueden volver a casa: Anamá ediciones.

Compilaciones y antologías colaborativas

2018: Nueva narrativa centroamericana, Francia, Latinoir.

2017: Contrapuntos, USA, Digitus Indie Publishers.

2014: Resistencia en la tierra, Chile, Ocean Sur.

2014: Queremos tanto a Claribel, España, Valparaíso ediciones.

2013: Instantáneas de centroamericana, México, Literal.

2012: Los 2000, autores nicaragüenses del nuevo milenio, Leteo ediciones.

Háblame un poco de los últimos libros que has publicado. 

El más reciente, Los jóvenes no pueden volver a casa, publicado el año pasado (2017) por Anamá ediciones, una editorial centroamericana. Son nueve relatos articulados en tres secciones y que de forma involuntaria teje una serie de historias de la Centroamérica de posguerra: ausencias, exilios y abandonos. Lo escribí durante mi estancia en El Paso, cuando estudiaba la maestría en escritura creativa. Y en ese ir y venir, yendo de Juárez a El Paso, en la mismísima frontera, pude ver ciertas cosas de las que no fui capaz de ver cuando vivía en Managua.

¿Qué blogs, revistas electrónicas u otros sitios en internet recomendarías para descubrir a autores noveles hispanohablantes?

Ahora sigo muy poco blogs o sitios. La mayoría son revistas o sitios que leo esporádicamente; podrían ser FronteraD, Álastor literario, Hermano Cerdo (aunque últimamente no veo nada nuevo allí) y Suburbano (sin pretensiones obvias). Antes leía Los Noveles; pero eso ya es para nostálgicos y coleccionistas de la web.

¿Cuáles son tus referentes en la literatura iberoamericana? 

La lista es larga y suele variar. A veces regreso a los mismos autores por capricho o porque conservo muchos de sus libros: Juan Carlos Onetti, José Donoso, Silvina Ocampo, Clarice Lispector, Olga Orozco, Claribel Alegría, Sergio Ramírez, Roberto Bolaño, Rodrigo Rey Rosa, Borges, Castellanos Moya, Augusto Monterroso, Ricardo Piglia… Y otros tantos que podrían estar en la lista de mañana. 

¿Qué otros autores y autoras han tenido influencia en tu obra? 

No sé si llamarles influencias. Pero estoy seguro de que la respuesta sería exactamente la misma que la anterior. Pero por distintas razones hay una fuerte presencia de Alice Munro, Wislawa Szymborska, Faulkner, Pessoa, Carver y Kafka. No sé si en ese orden, pero siempre regreso a sus libros. Sobretodo con Kakfa: antes coleccionaba traducciones de La metamorfosis; pero dejé de hacerlo porque es más fácil comparar las traducciones al español en el Kindle… Manías que uno tiene y que van desapareciendo de forma inesperada.

¿Qué nuevos escritores y nuevas escritoras hispanohablantes recomendarías?

Arnoldo Gálvez, Rodrigo Fuentes, Carla Pravissani, Magdalena Camargo, Carlos Fonseca… Podría seguir, pero preferiría no hacerlo. No quiero que crean que la mía es una lista canónica.

¿Qué autor (o autora) está subvalorado en tu país de origen?

La mayoría, sus libros no se publican. Aquí un par de nombres: Manolo Cuadra y Beltrán Morales: dos autores que me parecen importantes y que por desgracia sus libros no circulan ni circularán (espero equivocarme) en mucho tiempo.

¿Y ahora qué autor (o autora) está totalmente sobrevalorado en tu país de origen?

Pregunta macabra. Casi nunca le atino. Hay quienes están en total desacuerdo conmigo. Mejor me guardo la respuesta y así no lastimo la confianza de nadie.

¿Cuál ha sido tu peor (o mejor) borrachera en una feria del libro? 

Creo que fue en El Salvador, después de salir de un cóctel del Foro de Periodismo que organiza cada año El Faro. Recuerdo que terminamos en una gasolinera de San Salvador con una patrulla al lado.  Y bueno…, lo demás ya es otra historia.

¿Qué serías si no fueras escritor (o escritora)?

Aviador, músico o economista. Pero he tenido distintos trabajos: redactor web, editor, profesor, matarife de oenegés, copywriter para proyectos culturales, asistente de diplomático de una embajada, escritor fantasma de un político… Casi todas afortunadamente redactando informes, notas, discursos o proyectos culturales vendidos a oenegés. ¿Se puede pedir más? En estos tiempos este tipo de cosas son lo más próximo a la escritura literaria.

¿Qué viene luego de Borges en tu biblioteca?

No hay un orden estricto ya que no tengo residencia fija. Ahora mismo podríamos decir Borges, Borges, Borges y Kafka. Seguido de Chevoj-Carver-Munro-Calvino-Stevenson-Sebald. Esperemos que se mantenga el orden. Y por mucho tiempo.

¿En qué estás trabajando ahora?

En la revisión de una novela cuya primera redacción terminé en mayo. En ella reaparecen dos personajes de Los jóvenes no pueden volver a casay espero cerrarla pronto.

¿Cuál va a ser tu próxima lectura?

Digamos que disfruto mucho la lectura poligámica. Por ahora Moronga, de Horacio Castellanos Moya, y La anarquía de la imaginación: un libro espléndidoque recoge ensayos y notas de Rainer Werner Fassbinder y que me ha ayudado para la revisión de la novela en cuestión. Me interesa —no sé si por ahora— el cine hecho al margen de la literatura. Así que cualquier recomendación es bienvenida.

Lee el cuento Pobres niños que fuimos, publicado en La Shamba

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