Mientras en el auto atravesamos
la neblina del puerto, dices
que vea los vagones del tren
eran siete como las personalidades en el mundo, que era
de lo que venías hablando antes
Aludías a tu jefe del trabajo para
recordar a alguien
Pasamos cerca de una laguna
con su espejo de niebla
¿A dónde irá a parar esta agua
que inconforme se levanta con el viento?
Húmedo capricho, te quedas siempre
sin aliento de palabra.
Las personas aún hieren los días
que sólo buscan el silencio de la bruma
pero, si escribo esto, es porque el agua
en el lago y el agua en la nube
no han dejado de ondular mi espejo:
salvo dos o tres, cada mujer que me amó
era única
Han sido como cuatro
o cinco
no más.
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