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Entrevistamos a Dani el Rojo: drogas, asaltos, rockeros y Messi

Dani el rojo

Dani «el millonario» Rojo (Barcelona, 1962) es narrador de novelas negras. Entre sus obras destacan Confesiones de un gángster de Barcelona, El gran golpe del gánster de Barcelona y Mi vida en juego. Estan basadas en hechos reales, en sus vivencias. Antes de dedicarse al oficio de narrar, muchos años antes, en la década de los ochenta, Dani fue politoxicómano y atracador bancos. No fue un atracador cualquiera, fue uno que iba al volante de un Porsche y vestía trajes de millones de pesetas. Entre entradas y salidas Dani pasó quince años tras las rejas; sin embargo hace diecinueve años decidió dejar ese camino e iniciar uno nuevo. Empezó a ganarse la vida estacionando autos, hasta que una vez, su amigo y cantante Loquillo lo encontró en el aeropuerto y al verlo reformado le dio una mano: lo contrató como su asistente personal. Se fueron de gira y la vida de Dani también giró: conoció a Enrique Bunbury y lo contrató; más adelante Andrés Calamaro, Joan Manuel Serrat, Rosario, Messi e Iniesta también lo hicieron. Y el resto es historia…

Ayer hicimos Skype con Dani y hablamos sobre su faceta de narrador, cómo llegó a ella, por qué lo hizo. Les dejamos esa divertida, nutrida e interesante conversa.

¿En tus novelas el punto de vista está puesto en el villano. ¿Cómo impacta esto a tus novelas en relación a otras del mismo género?

Es difícil hacer una transgreción en él género negro porque es muy clásico. Pero estando hace tres años en el Festival Buenos Aires Negra (BAN) escuché un panel de autores compuesto por Tatiana Goransky, Marcelo Luján, Carlos Salem y Enzo Maqueira, hablar sobre la transgreción de la transgreción dentro del género negro. Entonces cuando Planeta me pidió que hiciera algo diferente me acordé de ellos y considerando que la novela negra generalmente está basada en un policía, un detective o un periodista que asume el rol, hice las mías enfocadas en la vida del villano. A diferencia de los escritores del género que tienen que hacer investigación yo ya no tenía que hacerla, con mi experiencia era más que suficiente. He estado quince años en la cárcel, en épocas en que éramos once en una celda, tengo personajes y argumentos a patadas, tanto así que en un año salieron tres novelas.

La otra transgresión que hice fue la de meterle humor. Siendo el villano el personaje tenía que empatizar con el público y por eso le metí mucha ironía, quería sacarle una sonrisa al lector en cada capítulo.

Mis novelas son en primera persona, basadas en mí aunque en la novela el personaje tenga otro nombre, son como una biografía novelada –de hecho en las portadas me han dibujado–, entran dentro de la no ficción del género negro. Aprovechando eso juego un poquito con el morbo de la gente. El hecho que sean historias que realmente sucedieron despierta interés. En las novelas hay putas, drogas, policías buenos, policías malos, intriga; en fin: lo que busco es que la gente se lo pase bien leyéndolas.

¿ Cómo te preparaste para ser narrador negro criminal?

Mi faceta de narrador vino después de salir de la cárcel y dejar las drogas, cuando empecé a trabajar de asistente personal de artistas como Loquillo, Bunbury, Calamaro. En los viajes tenía que entretenerlos, así que les contaba mis historias personales y ellos se quedaban flipados. En ese contexto me relacioné con escritores y guionistas, que cuando escuchaban mis hisotrias se quedaban con la boca abierta. Ahí fue que pensé que tenía algo que explicar, algo que contar, pero como no me encontraba en capacidad de escribir mis historias, contacté con una persona que dispuesta a hacerlo, así que me puse a contarle mi vida, él a transcribirla y logramos sacar tres novelas.

¿Y eras lector? ¿Te gustaban las lecturas?

Siempre fui lector de comics, pero al entrar a la cárcel ya no podía seguirles la secuencia de los capítulos, así que empecé a leer novelas y me volví aficionado a la lectura. Recuerdo que La Conjura de los necios no solo fue una aventura “afuera de los muros” si no que me reí mucho con ella, desde la primera página, cuando empezó la descripción de Ignatius me descojoné de risa. Estando en la cárcel puedes incluso estar más preso, encerrado en las celdas de castigo. Yo pasé varias veces por ella, veintitrés horas solo en una celda ahí lees mucho más. Mis lecturas eran libros de mil páginas, menos no me servían. Algo bueno que debo decir de la cárcel es que me aficionó a la lectura. No seré muy estudiado pero sí que soy muy leído. Y además siempre he sido narrador, tengo mucha facilidad para hablar, como veras se me da fácil (risas).

¿Te gustaría que hicieran películas de tus novelas ? ¿Alguna en particular ? ¿Cuál crees que es la más cinematográfica y por qué ?

Desde que salió Confesiones de un Ganster me han ofrecido cosas, pero hasta ahora nada concretado. Yo lo tengo casi todo guionado. Cinematográficas creo que son todas mis novelas, pero son mil ochocientas páginas y un guión de cine tiene noventa. Lo que habría que hacer es definir una parte para hacer un guión. Por tratarse de una película sobre mi vida, como requisito yo tendría que estar presente en el rodaje, producción y taquilla. Sucede que todo el cine de este estilo que se ha hecho en España es de una delincuencia de un perfil bajo muy grande, marginal: navajeros, corre corres. El mío era un estilo de delincuencia muy diferente, claro, he compartido en la cárcel con ese tipo de delincuentes, pero yo conducía un Porshe 911 y llevaba puesto un traje de cincuenta mil pesetas.

Si se llegara a hacer algo cinematográfico sería ambientado entre la época de 1978 a 1981, pero es muy difícil porque hay que volver a Barcelona a los años ochenta y cuesta bastante dinero. Creo que esos tres años son la parte más cinematográfica, son una etapa muy interesante para España: fue la transición, la muerte de Franco, el cambio en la sociedad y cómo los delicuentes supimos aprovechar los fallos que habían legales para hacernos de oro. En aquel entonces había una romanticismo de la delincuencia, todo un código de ética entre nosotros los delincuentes que ahora no existe y me gustaría que eso se viera.

Cuéntanos sobre Anacleto Agente Secreto. ¿De qué va y cuál es tu papel?

Desde que empecé a trabajar con la farándula, me han llamado para hacer algunas pequeñas participaciones en series y unos cuantos cameos. Aunque esta vez fue diferente porque me llamó Javier Ruiz Caldera, el director, y me dijo que quería darme un papel en la película que estaba trabajando. Le dije que no era actor y me dijo que no importaba, me había visto y que si sabía manejar armas era suficiente. Y bueno, sé manejarlas, así que le dije que de puta madre. Cuando vi el casting de actores que había ya me quedé flipao. En la película soy Joe el Carnicero y voy de Terminator, el malo, casi no digo palabra alguna. La historia está basada en el Anacleto agente secreto, un personaje del dibujante Vazquez que entre los años sesenta y setenta fue muy famoso y bastate golfo: vestía de esmoquin, con un pitillo en la boca, como un James Bond en español. Lo que ha hecho Javier Ruiz Caldera con Anacleto me parece muy bueno, no se ha limitado a pasarlo del papel a la pantalla, sino que ha creado una historia, en la película han pasado treinta años de la época en que leíamos a Anacleto, este es un personaje ya muy cambiado, incluso tiene un hijo que antes no existía y creo que eso hace que la película esté muy bien…

Muchas gracias, Dani.

Gracias a ti, un gusto.

 

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