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Conversaciones con Agustín Santoyo

 

Agustín Santoyo (Zacatepec, Morelos, 1985)

Durante el mes pasado estuve hospedado en “La Pajarera”, la casa-museo donde Agustín trabaja, expone y vive. Éste es el resultado de nuestras conversaciones entre tacos y mezcales, sonando Adanowsky y Devendra Banhart de fondo.

 ¿Cuándo supiste que querías dedicarte al arte?

 De adolescente empecé a hacer graffiti en las calles, quería expresarme, contar algo. No asociaba el arte con el graffiti, sino como una manera de ser visto. Empecé a seguir a algunos graffiteros y me decidí a estudiar diseño gráfico, al descubrir que una mayoría de ellos eran diseñadores. Una vez dentro empecé a sentir el mundo del diseño contrario al graffiti y al arte y entonces decido estudiar Artes Visuales en el Centro Morelense de las Artes.

 ¿Cómo definirías tu estilo?

 Trabajo a partir de metáforas, tradición y experiencias cotidianas. Mis referentes son el pop art, el minimalismo – aunque no lo parezca en mi obra -. el kitch como es evidente y el neomexicanismo.

 Sueles trabajar en series, ¿Por qué?

 Cada serie habla de mi momento presente. Con el paso del tiempo me doy cuenta de las búsquedas en las que estaba en cada serie, al verlas con perspectiva, podría decir que el tema central gira en torno al amor en sus múltiples variantes.

Por ejemplo, Bendita Ave de Mal Agüero surge a partir de un amor que deja de ser correspondido. Es una serie a base de pinturas al acrílico que me encontré creando ante la necesidad de afrontar una ruptura amorosa, canalicé esa energía en un diálogo conmigo mismo, no fue creada para los demás, fue la manera que espontáneamente encontré para digerirlo. No deje de pintar hasta que sentí la necesidad de dejar de hacerlo, necesité 15 pinturas para llegar a algo distinto. Esta serie encuentra final con un autorretrato donde voy montado en un toro rosa, titulado como ¡Vamos por todo!.

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 Potaje Psicodélico con aderezo de la casa es una reconstrucción de las relaciones del árbol genealógico al que pertenezco. Surge a partir de un diálogo pictórico que empiezo a establecer con el objeto que nos reunía a mi familia en el cotidiano, el juego de mesa del comedor. Fui a encontrarlo en un basurero después de una llamada telefónica donde mi madre me informaba que se había desprendido del mismo. De esa pieza nacen todas las otras, un total de 180 piezas entre ellas retratos, pintura, dibujo, collages, objetos, escultura y murales….que hablan de las relaciones del árbol genealógico al que pertenezco. Durante el proceso nunca fui consciente totalmente de lo que estaba haciendo ni de su envergadura. Actualmente se ha montado en varias galerías de arte y en el Museo de Arte Contemporáneo de Sonora Capital.

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Ahí empiezan una serie de viajes, hasta encontrarme en la ciudad de Barcelona (España) donde realizo un proyecto llamado «Cartografía para recordar donde pastan los ponis» donde intervengo un departamento entero de un antiguo barrio pescador llamado La Barceloneta. Se trata de una cartografía y expedición con un caballo como figura central, que había empezado a repetirse en las ilustraciones que iba haciendo en un diario durante mis viajes.

En Barcelona empiezo una serie de Colages eróticos, que viajan de vuelta conmigo hasta México donde sigo explorando plásticamente en torno a la sexualidad dando como resultado la serie Fabulas Erótico Festivas para restaurar el Alma, expuesta en La Galería Treager y Pinto.

 ¿Prefieres intervenir espacios o limitarte al lienzo?

 (Ríe). Soy más que de aquello que me apetece y surge espontáneamente en cada momento. Todo y así, hay lugares donde por temas de infraestructura o logística de la galería, no quieren que intervenga los muros, entonces busco un punto de encuentro entre lo que ellos me ofrecen y lo que yo deseo montar ante esa realidad.

 ¿Qué buscas transmitir con lo que haces?

No busco transmitir nada que yo sepa por anticipación, más que nada me expreso con lo que tengo a mano y es luego cuando me doy cuenta de lo expresado. Siento que lo que hago es un reflejo de mí mismo que desconozco hasta que puedo verme en él. Imagino que en mi obra cada persona encontrara algo distinto al ponerse enfrente de ella. Estoy abierto a ello.

 ¿Cómo es la popular “vida de artista”?

Trato de trabajar 8 horas diarias como mínimo y si puedo más. Los métodos son según la serie, suelo ir a pasear y a bazares, sótanos de libros, charlar con la gente, caminar un poco y correr por las mañanas.

 ¿En qué proyecto estás trabajando actualmente?

Justo el 15 de enero acabo de inaugurar una exposición en México DF, en la Galería La 77, titulada Orgia totémica para matar el tabú cotidiano, una serie de Collages sobre las sexualidades y que va a estar expuesta durante tres meses.

Estos días estoy terminando de gestionar y producir una exposición conjunta con el artista Anado McLauchlin en la galería The Chapel of Jimmy Ray Gallery situada en su casa de las ranas en San Miguel de Allende para el próximo 7 de febrero y que permanecerá durante cinco meses.

Paralelamente, estoy co-creando con mi pareja, Anna Nin, que es actriz, directora y terapeuta Gestalt, un Taller Abierto llamado “La Pajarera», lugar donde produzco y expongo mi obra y donde también se ofrecen talleres de creatividad, artes plásticas, teatro y Terapia Gestalt.

 ¿Vale todo en el arte?

 El arte es totalmente subjetivo. Si creo que vale todo, quizás no para ti, ni para mí, pero si para otro. Personalmente comparto con Jodorovsky la creencia de que todo arte debe ser sanador.

 

Para conocer mejor el trabajo de Agustín:

Facebook de Agustín Santoyo

 

httpv://vimeo.com/86375427

 

 

 

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