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Catástrofe en Surfside: investigar hasta las últimas consecuencias

El derrumbe del edificio Champlain Towers South en Surfside, una apacible ciudad playera al norte de Miami Beach, ha dejado una honda consternación en Miami y la catástrofe ha hecho titulares en todo el mundo.

El inmueble residencial en la costa se desplomó súbitamente en la madrugada del 24 de junio, arrastrando a muchos de sus residentes en una horrorosa e inesperada caída en la oscuridad de la noche, y causando la evacuación inmediata de los inquilinos del ala del edificio que no se derrumbó, en medio del pánico y la angustia.

El domingo 4 de julio, Día de la Independencia de los Estados Unidos, la parte del edificio de condominios que aún estaba en pie fue demolida con explosivos, ante el temor de que la llegada del ciclón Elsa derribara la inestable estructura. Elsa pasó por la costa opuesta de la Florida, la del golfo de México, sin tocar Miami.

La demolición de la torre permitió acelerar la búsqueda de víctimas. El día en que escribo este artículo, 12 de julio, encontraron 4 víctimas mortales más entre los restos del inmueble derruido y la cantidad de fallecidos hallados subió a 94.

     La alcaldesa del condado de Miami-Dade, Danielle Levine Cava, agradeció hace unos días a las organizaciones que están ayudando a las familias afectadas, a los medios de información y al presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, quien visitó la zona del desastre y habló durante varias horas con familiares de los desaparecidos. El 7 de julio, al informar sobre las víctimas, la alcaldesa no pudo contener las lágrimas ante las cámaras de los medios.

La tragedia ha sido tan insondable como el océano frente al cual se alzaba el edificio, construido en 1981. Entre sus escombros los rescatistas seguían buscando los restos de las víctimas del derrumbe, ya sin esperanzas de encontrar a sobrevivientes.

El súbito desastre aún no tiene una explicación oficial definitiva, aunque todo apunta a negligencia en la construcción del edificio, daños estructurales y la postergación de reparaciones. Había señales de que un desastre podía ocurrir, pero no se tomaron medidas oportunas.

      Los desplomes espontáneos de inmuebles son muy raros en todo el mundo, como apunta el diario de Miami El Nuevo Herald en un artículo del 1 de julio. En su estudio, el periódico encontró muy pocos casos similares, entre ellos: la caída de parte del estacionamiento en el centro comercial Algo, en Ontario, Canadá, el 23 de junio de 2012, que causó la muerte de dos mujeres; el derrumbe parcial del edificio residencial de 22 pisos Palace II, en Río de Janeiro, en el que hubo ocho fallecidos, el 22 de febrero de 1998; y la catástrofe en la tienda por departamentos de nueve pisos Sampoong, en Seúl, en la que murieron 500 personas, el 29 de junio de 1995. En estos casos, fallos estructurales o errores de construcción provocaron los desastres. En el Palace II, la BBC informó que el inmueble no tenía los permisos necesarios. Su constructor, el acaudalado legislador Sergio Naya, enfrentó cientos de demandas por mala calidad en sus obras. En el complejo comercial Sampoong, al ensancharse rápidamente unas grietas en el quinto piso, los ejecutivos se marcharon inmediatamente, pero la dirección de la tienda no avisó a los clientes para no perder ganancias.

La caída del edificio de Surfside ha disparado las alarmas en el Sur de la Florida, una región particularmente afectada por la subida del nivel del mar, causada por el cambio climático. En efecto, en Champlain Towers South se detectó una falla en la impermeabilización y la entrada de agua salada en la estructura. Ya se está pidiendo que las inspecciones de los edificios, que se realizan cada 40 años, se lleven a cabo en un plazo más corto. Se está demandando una supervisión oficial más rigurosa en la construcción de inmuebles.

Mientras proseguía la búsqueda de víctimas entre los escombros, la tragedia en Surfside exige que se investigue hasta las últimas consecuencias y que se determinen culpas y responsabilidades. Hay que aclarar si el afán de lucro dio lugar a negligencias que tuvieron un resultado fatal. Es una tarea que debe hacerse en memoria de los que perdieron la vida en la catástrofe, cuando dormían junto al mar.

 

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