La stanza del prete
No debí haber entrado en la habitación del cura Luciano. Lo sé muy bien. Pero yo tenía ocho años y no entré solo. Estaba en
No debí haber entrado en la habitación del cura Luciano. Lo sé muy bien. Pero yo tenía ocho años y no entré solo. Estaba en
El zurdo Alfredo. Jugaba fútbol con la cabeza de los mamahuevos que decapitaba. Jugaba fútbol y metía tres goles. La alimaña metida de repente en