Un Nobel infantil
Con el ocaso del verano, comienzan a caer las hojas. La rentrée está a la vuelta de la esquina y los escaparates se llenan de
Con el ocaso del verano, comienzan a caer las hojas. La rentrée está a la vuelta de la esquina y los escaparates se llenan de
a Juan B. Duizeide y Fabiana Di Luca En la amarra isleña Hugo del Carril hay un solo empleado. El hombre está pegado al celular,
Detesto los Starbucks con su bohemia uniforme, el café – carísimo– que muchas veces es un extraño postre cargado de crema servido en tubos gigantes,
¿Qué hacemos con Miami? ¿La ponemos en la postal que muestra una playa paradisíaca, hoteles cinco estrellas y modelos internacionales escondiéndose de los papparazzi? ¿O
Con el ocaso del verano, comienzan a caer las hojas. La rentrée está a la vuelta de la esquina y los escaparates se llenan de
a Juan B. Duizeide y Fabiana Di Luca En la amarra isleña Hugo del Carril hay un solo empleado. El hombre está pegado al celular,
Detesto los Starbucks con su bohemia uniforme, el café – carísimo– que muchas veces es un extraño postre cargado de crema servido en tubos gigantes,
¿Qué hacemos con Miami? ¿La ponemos en la postal que muestra una playa paradisíaca, hoteles cinco estrellas y modelos internacionales escondiéndose de los papparazzi? ¿O