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Ciencia ficción del Río de la Plata

Las novelas de ciencia ficción andan de moda. Yo, en lo particular, no las leo frecuentemente, no porque no me gusten o las desmerezca sino porque al carecer de mucho tiempo prefiero leer otro tipo de literatura y dejar la ciencia ficción para las películas. Sin embargo, de vez en cuando hay una que sobresale, me llama la atención y me invita a leerla. Por ese pasillo de mi observación pasó Héroes del Cielo: Sentenciados al olvido del joven escritor argentino Eric J. Lagarrigue.

Pensando en el tema de las películas y de cómo antes fueron textos, se me ocurre preguntar: durante el proceso creativo, ¿primero se visualiza la imagen o se produce el texto narrativo? El propio Lagarrigue, al concederme una entrevista, afirma que primero se crea la imagen y después esta se plasma en el texto. Basada en una estructura erigida en detalles en la mente del escritor, la novela Héroes del Cielo: Sentenciados al olvido (primera de una trilogía) se destaca puesto que la representación gráfica de los escenarios es crucial. Nos encontramos frente a una historia de ciencia ficción cuya base se organiza en el mundo de Nobilia, lleno de megalitos, nebulosas y gases radioactivos. Sin embargo, la fina estampa de los ambientes no opaca la calidad de la narrativa. Lagarrigue nos trae una novela historia sobre intrigas, podríamos decir si usamos términos de nuestro mundo, de situaciones malintencionadas y delineadas por arbitrariedades en el control del poder pero que al mismo tiempo ofrece un futuro esperanzador.

Asimismo Héroes del Cielo: Sentenciados al olvido le muestra al lector una dicotomía de héroe-antihéroe en las figuras de Dinozo y Zorac. Hay una lucha personal y profesional entre estos personajes que hacen desarrollar la historia. Según las propias palabras de Eric: “el protagonista es un héroe que nunca pierde, es suertudo, es apuesto, en cambio Zorac es el antihéroe, no es necesariamente un personaje malvado, aunque así se lo haga ver en esta primera novela, sino que tuvo sus válidas razones para hacer lo que hizo. Lo que pretendo hacer con el personaje de Dinozo durante la saga, es que él llegue a tener tanto de Zorac como de sí mismo para lograr tener un pensamiento más evolucionado.”

Desde un punto de vista narrativo, Lagarrigue lleva la trama de forma clara y directa, no hay mucha descripción sino acción. Las escenas pasan por los ojos del lector así como pasarían escenas de una película; es allí donde está el detalle. Al entrevistarlo, el autor comentó que embarcándose en la narrativa cinematográfica lo que intenta hacer es atraer a la audiencia que no sigue las descripciones largas y no se embulla frente a otro tipo de narrativa. Sin embargo, con esto no hay que malinterpretar el objetivo de la novela ni el nivel de complejidad de la historia. Lagarrigue no escribe textos vacíos ni imágenes sin fondos. Hay una trama profunda que hay que seguirla rápidamente, de ahí que sea cinematográfica: es necesario mantener el hilo de los cortes y empatar las escenas para entender cómo fluye la historia. En pocas palabras, la técnica de Lagarrigue se basa en el dinamismo.

Se ha hablado muchas veces del papel del lector en cuanto a diferentes tipos de obras. Se ha discutido la manera activa en que los lectores deben comportarse frente novelas, por ejemplo, fragmentadas o que manejan diversos tiempos (van del presente al pasado continuamente) y/o espacios. No obstante, en el caso de la obra de Lagarrigue habría además que imaginar lo ocurrido en los lapsos no descritos, es decir, de cierto modo el lector le da la mano al autor. Es por ello que Héroes del Cielo: Sentenciados al olvido no podría caer en la categoría de una novelita superficial. Tampoco se debería considerar a Lagarrigue, por ser tan joven, un escritor de videojuegos pues una cosa es la influencia que estos y diversas películas de ciencia ficción tengan en él y otro asunto es la diversidad de temas que se desarrollan dentro su novela. Eric Lagarrigue ha construido un mundo remoto, con paisajes bien definidos, una realidad que no es la nuestra pero a la que podemos transportarnos para entender el porqué del desarrollo de la trama y del desenvolvimiento de los personajes. Dinozo y Zorac están hechos para vivir en Nobilia y es el papel del lector trasladarse a dicho mundo y vivir junto a ellos.

El segundo capítulo de la novela termina con este párrafo:

-Ahora debo retirarme, necesito resolver algunos pendientes- me dijo, y sin darme tiempo de agradecerle se marchó. Por un momento, al observar la nave, pude ver que un grandioso futuro nos deparaba.

Ese mismo futuro nos depara a nosotros. Sigamos, pues, viviendo con los Héroes del Cielo.

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