“Si un panda caminara en tu cocina” es el working title secreto del guión de una película en la que ficcionalizo la historia real en la que la violenta barra brava de Tigre –el club de fútbol en Argentina del cual soy hincha– entabla una relación amistosa con la de Morón. Una relación que aún perdura, décadas después. Y decía que es un working title secreto porque en algún momento, mientras presentaba el proyecto a los distintos jugadores de la industria cinematográfica, alguien sentenció que un nombre como aquél, tan largo y críptico, condenaría la película con el rótulo de película independiente. Película independiente en este caso quería significar “de nicho”. El cine es un negocio de alto riesgo y aquél rótulo sugiere un pequeño grupo de espectadores potencialmente interesados en la historia. Suficiente para enterrar el proyecto. Entonces comencé a llamarla “Ratonera”, diseñé una portada con una trampa para ratones donde una pelota reemplaza al trozo de queso. Y seguí pitcheándola con la certeza íntima de que entre el greenlight y el estreno, quitaría el polvo al nombre secreto y daría con él, el toque definitivo, el del éxito seguro.
Cuando me invitaron a la avant premiere de “Three billboards outside Ebbing, Missouri” acepté mucho antes de googlearla. La cofradía de escribas defensores de los largos nombres nos apoyamos unos a otros.
Mildred Hayes (Frances McDormand) compra el espacio de tres billboards abandonados durante años a las afueras del pueblo para enviar un claro mensaje al sheriff (Woody Harrelson): siete meses después del asesinato de su hija, su departamento no ha hecho ningún arresto y el caso parece haberse estancado. El duelo dramático está servido, pero aquí es donde entra en escena el oficial Dixon (Sam Rockwell), un imbécil violento y racista que se ocupa de llevar a cada uno más allá de sus límites.
“Mi hija Angela fue asesinada hace siete meses y a mí me parece que el departamento de policía está demasiado ocupado torturando negros como para resolver verdaderos crímenes.”
Dixon es el comic relief y el catalizador. Y un ensayo de personaje con un arco dramático inmenso compuesto brillantemente por Rockwell. Three billboards outside Ebbing Missouri es una historia acerca del duelo. Cómo cada uno le hace frente a la muerte, al dolor de lo inexplicable. El lugar de cada persona en la novela familiar predispone de distintas maneras frente a lo intolerable.
En épocas en las que las series se han convertido en el vehículo del género dramático por excelencia, cuando en el cine proliferan películas de acción, comedias estacionales y superhéroes, tenemos aquí un bicho raro. Con otros tiempos, un dramedy oscuro a plena luz del día, con conflictos bien establecidos: qué pasa cuando todos tienen razón o todos se esquivocan. O todos son plausibles de lástima.
La película fue escrita y dirigida por Martin McDonagh (In Bruges, Seven Psychopaths) quien seguramente, cuando se estrene “Si un panda caminara en tu cocina”, me estará acompañando en primera fila.
“Esto no es el final de ninguna mierda, retardada; esto es solo el puto comienzo. ¿Por qué no dices eso en “Good Morning Missouri”, tu programita de mierda de la mañana, bitch?”
Mildred Hayes a la reportera amarillista del lugar.