A fines de los 70s la música de los Rolling Stones empezaba a oler a formol. Seguían en la cima del podio dejado por los Beatles al finalizar la década pasada, pero sus últimos discos sonaban a una fórmula cansina que se debía tal vez a un Jagger atraído por el glamoroso mundo de las celebridades y a Richard en la peor época de su adicción a la heroína. Las sucesivas olas de música progresiva, punk y disco contribuían además a mostrar una banda desfasada. Frente a esto, la respuesta de los Stones a la modernidad no fue un álbum experimental que sorprenda a la crítica ni tampoco uno muy accesible que los reconcilie fácilmente con la masa. En 1978 decidieron grabar con seriedad un álbum del modo que ellos mejor dominaban: rock & roll sucio y cachaciento.
La repentina salida de Mick Taylor, Ron Wood que no cuajaba como músico de apoyo, Keith Richard con serios problemas legales, Jagger distraído en las fiestas de Studio 54, el creciente interés de Charlie Watts por el jazz y el desinterés generalizado de Bill Wyman estaban haciendo que los Stones graben en piloto automático. Pero Francia siempre fue un lugar que inspiró a la banda y para ello se encerraron en el Pathé Marcone Studios, donde deciden regresar a la formación original de bajo, batería y dos guitarras. A pesar de haber sido grabado en Paris, el resultado parecía un disco hecho en la decadente Nueva York de los 70s, cuyo espíritu lleno de cocaína impregnó todas las canciones. La banda además se esforzó especialmente para este disco porque había la posibilidad de que sea su última grabación; estaba pendiente que se dicte la sentencia en Canadá contra Richard por posesión de drogas y se temía una condena larga.
Las sesiones de Pathé Marcone resultaron históricas. Con un sonido simple en el que casi evitaron los overdubs y los músicos de apoyo, Wood convertido en miembro definitivo y sobretodo llenos de vitalidad, los Stones grabaron alrededor de 50 canciones que se utilizarían también para Emotional Rescue (1980) y Tattoo You (1981), tal vez los últimos buenos discos de la banda (aunque reconozco que el Voodoo Lounge de 1994 me encanta). Some Girls es sin duda el mejor álbum de los Stones desde el Exile en Main Street (1972). Rock & roll básico y vigoroso, con un single demoledor en Miss You. Como en Sympathy for the Devil abriendo el Beggars Banquet (1968), curiosamente Miss You es la única canción de onda distinta a la del resto del disco y la tradición de la banda. Con una mezcla de música disco ralentizada y soul decadente, ese single no fue un intento por cambiar el estilo del grupo para gustar a la nueva generación que empezaba a ver a los Stones como tíos; es solo la última muestra de que Jagger podía estar al día con lo que pasaba a su alrededor. El cantante llegó a plasmar la influencia de la música de discotecas neoyorkinas frente a la tendencia del resto de la banda por buscar siempre el mismo sonido bluesero. Miss You alcanzó el último # 1 que tuvieron los Rolling Stones en la lista Billboard de los EE.UU. Con ello Keith Richard recuperó el entusiasmo perdido y como una especie de renacimiento se agregó la “s” al final del apellido.
Ya entrado en confianza como un miembro permanente, Ronnie Wood aportó el pedal steel cuyo sonido utiliza la banda hasta ahora. Jagger, que había aprendido a tocar guitarra, contribuyó también para una canción demoledora a tres capas de guitarra como es Respectable. Logran un notable cover de los Temptations con Just my imagination (running away with me)”, riffs punk en Shattered, así como una sublime Far away eyes en clave country. Richards, a su vez, se despachó con Before they make me run, uno de los picos del álbum.
httpv://www.youtube.com/watch?v=hic-dnps6MU
La placa generó polémica por algunas ideas misóginas en Respectable y la famosa línea «Las mujeres negras solo quieren ser cogidas toda la noche» en la canción del mismo nombre del álbum. Las protestas vinieron de grupos de defensa de la mujer y de minorías raciales. La controversia, que incluyó reproches hasta del movimiento encabezado por el reverendo Jessie Jackson, acabó cuando el cómico afromericano Garrett Morris del programa Saturday Night Life leyó una editorial que no culminó con una censura sino preguntando: ¿Mr. Jagger, donde están esas mujeres? Al final ese espíritu cínico y verraco no solo es la característica central de la banda, si no que llega a su punto máximo en Some Girls, el último gran álbum de los Stones (Mario Reggiardo).