
«Amor a primera fusta». Cuento de Teresa Dovalpage.
Cuando recibí la propuesta, mi primer impulso, debido a cierta pudibundez quizás hereditaria, fue contestar que no. Pero lo pensé dos veces y me acordé
Cuando recibí la propuesta, mi primer impulso, debido a cierta pudibundez quizás hereditaria, fue contestar que no. Pero lo pensé dos veces y me acordé
Cuando recibí la propuesta, mi primer impulso, debido a cierta pudibundez quizás hereditaria, fue contestar que no. Pero lo pensé dos veces y me acordé