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       Melanie Márquez Adams presenta, en Querencia (Miami: Katakana, 2020), una colección de crónicas sobre su búsqueda de identidad como mujer latina y escritora en los Estados Unidos de América. Narra un recorrido migratorio Sur – Norte inusual, de Guayaquil a Tennessee y luego Iowa, que ofrece vistazos inusitados sobre las culturas anglosajona y latina en el Sur y Medio Oeste de EE. UU. Lo más relevante, sin embargo, es el proceso de transformación interior de la escritora en busca de su «querencia».

        En “Una leyenda del Sur”, la cronista asocia la leyenda ecuatoriana de la Dama Tapada con la de Lady in Black de un pueblo de Tennessee. La relación sirve como metáfora de su propia transformación y de dos sentidos geográficos y culturales del “Sur”: el de Nuestra América y el de EE. UU.

        En “Balada de los Apalaches” esboza un road trip, con énfasis en la banda sonora que toca en la radio mientras conduce por las sinuosas fronteras entre tres estados en Cumberland Gap. Esos límites borrosos le recuerdan la imaginaria línea del ecuador: “un lugar que me resulta cada vez más lejano (…) donde una raya blanca marca la posibilidad de pisar dos hemisferios al mismo tiempo.” Se encuentra entre dos mundos, pero ha emprendido un camino migratorio sin retorno y empieza a replantearse su identidad.

       En “Interpretando a Tennessee” muestra su compasión ante la injusticia al servir de intérprete para un paciente latino en un centro de fisioterapia, mientras que en “Los dos lados del parque” es testigo de la frontera cultural entre familias anglo y latinas que hacen picnics separados en el mismo parque, sin interactuar. Las diferencias culturales se vuelven abismales por razones políticas y esconden el hecho de que son familias de la misma clase socioeconómica.

     Mientras las crónicas iniciales de Querencia tienden a destacar una experiencia de migración geográfica y sociocultural, las que continúan y culminan la colección enfatizan un viaje interior, de transformación íntima. “El color de mi escritura” nos muestra a Márquez Adams en busca de una comunidad como escritora. Al encontrarse en un congreso donde la abrumadora mayoría es “blanca”, se ve obligada a cuestionar su identidad étnica y cultural ya que ese mundo la define como “escritora de color”. El problema es que la “mirada arrogante” de los blancos (como la llama la filósofa argentina María Lugones en Pilgrimages/Peregrinajes) define a la “mujer de color” de manera prejuiciosa y estereotipada. ¿Habrá alguna manera positiva de adoptar para sí misma esa identidad? La pregunta se convierte, para Márquez Adams, en un asunto vital urgente, cargado de incertidumbre y vulnerabilidad. Por ello expresa su necesidad de acogimiento, sororidad y albergue en “El maíz de la soledad”.

       “Glosario de una #latinawriter en USA” es un ensayo sobre sus experiencias como estudiante de escritura creativa en Iowa. Aún anda en busca de identidad y comunidad, pero la autora se va afianzando en sus sentipensamientos. Se declara a sí misma “latinx”, enfatizando su sororidad con las personas de origen latinoamericano, especialmente mujeres, que viven en los Estados Unidos.

        Ha llegado, por la vía personal y literaria, a la postura filosófica de Ofelia Schutte. En el ensayo “Negotiating Latina Identities”, la filósofa cubana emigrada al estado de Florida se pregunta si debe identificarse como latina o no. Aunque sabe que el término identitario “latina” puede promover prejuicios y opresión por parte de personas e instituciones anglosajonas en EE. UU., Schutte acoge y afirma ese término como parte de su triple identidad híbrida. Schutte se reconoce cubana, inmigrante con un cierto nivel de adaptación a la cultura anglosajona y latina. Esta última capa identitaria le permite afirmar su solidaridad con otras personas de origen latinoamericano —inmigrantes o no— y su compromiso para contribuir a la continuidad y evolución de la cultura latina en territorio estadounidense.

       Este último aspecto de la visión filosófica de Schutte es importante. Ser “latinx” no es solamente un asunto de pasado, de orígenes y raíces, sino también de futuro, de participar en el continuo desarrollo de nuestras culturas latinas en EE. UU. El movimiento que Naida Saavedra ha denominado “New Latino Boom” es, desde esta perspectiva filosófica, un movimiento latinx, y Márquez Adams, al escribir crónicas en español sobre sus experiencias como mujer latina en EE. UU., es parte ese boom.

       Esta autora nos comparte su camino personal hacia un concepto identitario similar al de Schutte. La crónica final, “Querencia”, podría señalar un titubeo. Al hacer su examen de ciudadanía, descubre que su querencia es Tennessee, pero siente una leve tristeza, culpa y amargura, como si hubiese olvidado, incluso traicionado a la cuna, el lugar de origen y sus gentes. Sin embargo, el todo de la obra sugiere que la identidad de Márquez Adams es híbrida. Es una mezcla creativa de su cultura de origen, su amor por enriquecedores aspectos del territorio geográfico y cultural al que ha migrado, su solidaridad latinx y su compromiso con la continuidad de la cultura latina en este Norte que también es Sur.

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