Sobre la pantalla aparece el nombre del film.
Lo primero que se ve en pantalla es un fragmento de Casablanca. Bogart habla con Peter Lorre: I don’t mind a parasite. I object to a cut rate one
En escena se ve al primer entrevistado. Entra tímidamente y se sienta detrás de una mesa de oficina cubierta de papeles. No sabe bien a qué cámara mirar. Una voz en off le indica que mire a la derecha. Es latino, o mejor dicho latin, pero tiene problemas y acento hablando español a pesar de su bigote chorreado y étnico, La pared detrás suyo está cubierta de diplomas, en la mesa hay una computadora antigua, de las anteriores a las pantallas planas. A pesar de la abundancia de papeles, todos están perfectamente organizados. Una bandera norteamericana en la esquina, que vemos de refilón, insinúa que estamos en una dependencia oficial. La camisa blanca de mangas cortas, la horrible corbata y el protector de bolsillo lleno de bolígrafos dicen a las claras que estamos delante de un funcionario. Antes de que comience a hablar podemos ver superpuestas sobre su imagen las palabras: Special Agent Douglas Gonzáles, Drug Enforcement Agency. 1984.
—We are fighting a war… ¿En español mejor? Ok. Estamos luchando una guerra contra un enemigo sofisticado, cruel y duro. En mi opinión, los cárteles de la droga sudamericanos son una de las mafias más sofisticadas de la historia, han llegado a tener uno de los networks criminales más complejos de este país e infiltrado su gente en todas las instituciones incluyendo las law enforcement agencies locales dedicadas prosecutirlos… ¿perseguirlos? Esa gente, aquí en Miami la palabra de slang es marimberos,no han esperado a ser perseguida para tomar la ofensiva y contratar a gente como MonkeyMorales, un cubano que desertó de la policía de Castro y trabajó para la CIA como mercenario en África y South America. Un tipo que fue incluso uno de los jefes de la policía en Venezuela. Una vez lo arrestamos con un camión lleno de droga… se las arregló para escapar a toda prosecución. Se hizó testigo de estado y una vez que se subió al estrado, a declarar, logró hundir el caso, que reposaba sólo en su testimonio, con su declaración. Los acusados estaban tan limpios y el abogado de la defensa convenció a todo el mundo que el Monkey era un asesino sin moral, sin Morales… I managed to make a joke in spanish… que al final todos fueron absolvidos… El tipo era listo y lo sabía cuándo subió a declarar. Un tipo listo y malo… no sé si quien lo mató era más listo, pero siempre hay alguien más listo o más malo que uno en la calle.
Otro escenario.
Esta vez se está rodando en blanco y negro. Sala de un tribunal norteamericano. El Mono está sentado en la silla de los testigos, siendo interrogado por el abogado de la defensa. La camara está en medio de la sala y de los acusados sólo pueden verse los cogotes. La camara no se mueve en toda la escena. Morales lleva una camisa de solapas inmensas, cerrada por el grueso nudo de una corbata ancha que incluso en blanco y negro se sabe chillona. Su chaqueta es un blazer de botones brillantes y, de nuevo, solapas demasiado grandes. El abogado lleva un traje más conservador, de tres piezas, aunque de rayas demasiado gruesas, pero tanto su pelo rizado en un afro, a pesar de ser blanco, tanto como las patillas nos indican que estamos en algún momento a finales de los setenta o a principios, muy a principios, de los ochenta. También Morales lleva patillas largas y un corte de pelo indescriptible.
Morales.- Fui arrestado en mil novecientos setenta y ocho dos veces, el dieciséis se julio y de nuevo después, no recuerdo la fecha exacta, y otra vez en julio de mil novecientos setenta y nueve.
Abogado Smith.-¿Puede decirme por quién fue arrestado?
Morales.- Perdone, aparte de esas ocasiones fui arrestado por el INS, en mil novecientos setenta y dos o setenta y tres. No recuerdo el momento exacto.
Abogado Smith.- ¿Puede decirme por quién fue arrestado en milnovecientos setenta y ocho y por qué?
Morales.- Por el departamento de policía de la ciudad de Miami.
Abogado Smith.- Bajo qué cargos.
Morales.- Poner una bomba que comerciaba con Cuba en violación del embargo. Fue una cuestión de alta política…
Abogado Smith.- ¿Por quién y por qué fue arrestado en las otras ocasiones? ¿En mil novecientos setenta y ocho?
Morales.- Por el departamento de policía de la ciudad de Miami. Por asesinato en primer grado.
Abogado Smith.- ¿Y en mil novecientos setenta y nueve?
Morales.- Por el departamento de policía de la ciudad de Miami. Por portar un arma oculta sin la debida licencia.
Abogado Smith.- ¿Ya estaba en libertad a pesar de los cargos anteriores?
Morales.- Sí
Abogado Smith.- ¿Qué arma le ocuparon?
Morales.- Un arma corta. Una browning de nueve milímetros
La imagen se congela y sobre la pantalla se superponen las palabras: Interrogatorio del abogado Howard Smith a Ricardo Morales Navarrete. 7 de abril de 1982.
En la pantalla aparece un brevísimo clip de Casablanca: Ingrid Bergman le habla a Bogart: Was that a cannon, or is my heart pounding.
Aparece el segundo entrevistado. Hispano y de cuarenta y pocos años, delgado de una forma enfermiza, Ropas caras pero mal cuidadas dentro de las que baila un cuerpo que ha perdido mucho peso rápidamente. En las paredes hay fotos ya ajadas de la Cuba anterior a la revolución. Un calendario—más fotos de Cuba—detrás suyo nos indica que es 1984. En la mesa hay una granada, presumiblemente desactivada que sirve de pisapapeles. Cuando la cámara se mueva se verá un fusil M-1 en la esquina del despacho. El fusil está mejor cuidado que cualquier otra cosa del despacho. En la pantalla puede leerse José Miguel S*****.
—¿Ya hablo? Bien… El Mono nunca fue un patriota, ni siquiera un aventurero… nunca hizo nada en que no pudiera ganar algo, normalmente dinero, pero también influencia para escapar a las consecuencias de sus actos. Fue mercenario en África… debió ir allí por los contactos de Frank Sturgis y el Grupo 40… eso ya lo cortaréis en la version definitiva porque el Grupo 40 nunca existió… Allí conoció a Mad Mike Michael Hoare, John Peters y Rip Robertson… después, cuando salió aquel libro de Forsyth, The Dogs Of War, estuvo un tiempo presumiendo de haber conocido a los personajes reales que lo habían inspirado. Desde luego, todos esos eran gente importante en aquella guerra y el sólo un casquito, pero dicen que se portó bien allí… mató bastantes negros rojos y puede que a algún cubiche castrista…. el Che estaba del otro lado. Pero no creo que la presencia del Che o Cuba le importasen mucho en aquella época…
Salto en la entrevista.
En sus útimos años venía a veces a visitarnos. Yo tenía un apartamento de dos habitaciones que compartía con Charlie G***** y el Mono se dejaba a veces caer por allí, no importa si estabamos trabajando o teníamos mujeres en la casa. Una vez vino a las tres de la mañana; venía del Vizcaya con una paella recién hecha y dos botellas de vino. No dijo que acababa de matar a un hombre, se la arranqué a ese cabrón, y le acababan de pagar. Otra vez le regaló a Charlie una guitarra española, clásica, de concierto, como la de Andrés Segovia.
Salto en la entrevista.
… yo creo que se sentía sólo. Era un hombre de naturaleza gregaria y a veces lo llevabamos a fiestas. Allá se despachaba, bebía, contaba chistes, era agradable… pero cada vez tenía menos gente con la que hablar. Toda la gente que conocía de la lucha anticastrista, del Congo o de la CIA, estaba muerta, en la cárcel o quería matarlo… y eso le ponía triste… y a veces nervioso…
… entonces pasó lo del barco polaco. Parece que ha pasado un millón de años pero antes Polonia no tenía Solidarnosc…hoy no lo habríamos hecho… quiero decir que hoy un grupo cubano no lo habría hecho… no que yo tuviera nada que ver… Esto mejor lo cortas de la edición original. La gente de Poder cubano estaba nerviosa y decidió quitarse los nervios atacando un carguero polaco que llevaba no se qué a Cuba. Cogieron uno de sus mercantes artillados y dispararon sobre el barco. No pasó nada. Pero al cabo de unos meses a él lo detuvieron y para salir de la cárcel entregó a los de Poder cubano y un bonche de gente acabó en la cárcel… la cosa se supo y uno de los veteranos del Segundo Frente, del Escambray… eso igual tienes que explicarlo a los jóvenes… uno de los del Segundo Frente se le encaró, Aton C******, y el Mono no pudo volver a acercarse por los grupos anticastristas… no por los serios… el Mono era un asesino no un suicida. Puso un par de bombas para hacerse perdonar, en los negocios que mandaban cosas a Cuba, pero al final tuvo que irse…
Cambio de escenario. De nuevo la sala del tribunal.
Abogado Smith.- ¿Qué base tuvo la acusación de mil novecientos setenta y ocho?
Morales.- (no contesta, pone cara de interrogación)
Abogado Smith.- La bomba.
Morales.- Ah, sí, esa detención.
Abogado Smith.- Sí esa. ¿Dónde puso la bomba?
Morales.- En una tienda que comerciaba con el enemigo.
Abogado Smith.- ¿Qué tienda?
Morales.- No recuerdo el nombre… pero estaba en Flagler.
Abogado Smith.- ¿Usted iba contra sus propietarios?
Morales.- No. Está usted poniendo palabras en mi boca… Yo iba contra la tienda… si hubiera ido por los propietarios hubiera volado el coche con ellos dentro…
Abogado Smith.- ¿Puede contarnos como sucedió lo de la bomba?
Morales.- Puse un sobre con C4 y un lapiz detonador en el buzón. Después de hacerlo llegó otro grupo, no se si Omega 7, y les metió dinamita por la ventana… había muchos grupos poniendo bombas por aquel entonces pero eso sólo pasa una vez en un millón. Mi bomba no reventó el sitio. La otra bomba lo hizo y dejo regado mi explosivo. El lápiz rodó debajo de un aparador e hirió a un sargento de la policía de Miami llamado Leesburg.
Abogado Smith.- La vida es una mierda, Morales.
Morales.- Sí. Supongo… bueno, sí, la vida es una mierda…
Abogado Smith.- Todo lo que querías era poner una bomba y volar un local y viene gente detrás y lo jode todo…
Morales.- Sí, fue así… lo jodieron todo. Lo regaron de mierda.
Abogado Smith.- Ya no hay respeto para los profesionales…
La imagen se congela y sobre la pantalla se superponen las palabras: Interrogatorio del abogado Howard Smith a Ricardo Morales Navarrete. 7 de abril de 1982.
En la pantalla aparece el rostro memorable de Peter Lorre: I have many friends in Casablanca, but somehow, just because you despise me, you are the only one I trust…
El nuevo entrevistado es de mediana edad, cabello cano y demasiado largo, recogido en una cola de caballo al estilo hippie. Las mangas cortas de su camisa hawayana dejan ver numerosos tatuajes de la vieja escuela: tinta negra y rasgos brutales sobre la piel morena. Tatuajes de cárcel o de cuartel anteriores a la llegada de la moda, de cuando sólo marinos, presidiarios y soldados borrachos se tatuaban. Esta en una sala de estar improvisada, en eso que en Miami se llama Florida Room. Hay varios vasos largos llenos encima de la mesa. Unas letras superpuestas sobre su imagen nos dejan saber que es Jack P******. Detective privado y experto en seguridad. Entrevista grabada en Florida, 1985.
—No está bien hablar mal de un muerto, pero el chico ese no era un héroe romántico, como a veces presentan a los pistoleros. Nunca mato a nadie que pudiera defenderse… excepto en África, e incluso allí no había mucha competencia entre un hombre salido de la Edad de Piedra, armado con una mauser viejo, y un cubanito loco con una pistola ametralladora. Pero vamos a lo nuestro… En aquella época el Mono se había puesto tan hot que nadie quería acercarse a él, así que jugó a ser un gangster… después sería narco pero en aquella época intentaba ser como un personaje de The Godfhater, y ni siquiera uno de los importantes. Miami Beach era todavía un barrio de New York, New York Six Borough o incluso South New York... aparte de los jubilados aquello estaba lleno de judíos de New York… algunos de ellos conectados, no toda la mafia es italiana … Por aquel entonces hubo una pelea de bookies, de corredores de apuestas, y uno de ellos, Leftie Rosenthal, contrató al Mono para que volase a sus competidores. El Mono le voló a un bookie el coche por ochocientos dólares—un sueldo de mierda—, pero era un dinamitero de mierda… después quemó un newstand donde cogían apuestas y todo acabó cuando le quemó la casa a un tal Cook… por lo de la casa ya cobró como si fuera blanco…
Salto de escena. Los vasos largos de la mesa baja están ahora vacíos…
El Mono había leído a Mario Puzo e incluso aprendido algunas palabras en italiano, pocas, y le gustaba ir al Capra´s a asustar a los camareros, cruzando las piernas al sentarse, para que le vieran el 38 que llevaba en una funda tobillera. Mal sitio para llevar un hierro y si el Mono viviera podría confirmarlo… pero no vive…
En aquella época era sólo un pequeño hijo de puta que olía el miedo ajeno y sólo entonces mordía, después creció y al final me dicen que creyó ser peligroso de verdad… Oliendo el miedo el Mono se equivocó muy pocas veces. Se equivocó cuando fue a por Aton C****** que era un guajiro cabrón, y se equivocó cuando le armó bronca a Torres, y entre una y otra vez se equivocó cuando le vendió unos detonadores defectuosos a Rosenthal, que eran de fabricación casera y él le contó que eran de la CIA.
De nuevo la sala del tribunal.
Abogado Smith.- ¿Quién fue la persona por cuya muerte fue arrestado?
Morales.- Armando Eladio Ruíz, alias James Bond.
Abogado Smith.- ¿Usted lo mató?
Morales.- Sí. Debió de ser en el setenta y dos o el setenta y tres… No recuerdo exactamente cuándo.
Abogado Smith.- Para usted debe ser poco importante.
Morales.- Mmmm…
El publico rie ante el gesto del testigo.
Abogado Smith.- ¿Podría haber sido en agosto del setenta y tres?
Morales.- Si usted lo dice, probablemente sí…
Abogado Smith.- Él lo amenazó a usted.
Morales.- No, lo yo maté a él…
Abogado Smith.- ¿Y con anterioridad?
Morales.- No me amenazó… intentó matarme unos meses antes. Me disparó desde su carro y me hirió en la cabeza, pero no vino a rematarme. Me curé y fui a por él antes de que lo intentase otra vez.
Abogado Smith.- ¿Cómo supo que era él?
Morales.- Por el carro y además la gente habla…
Abogado Smith.- ¿Cómo lo mató?
Morales.- En un parqueo. Le disparé siete veces cuando se subía a su carro.
Abogado Smith.- ¿Con qué arma?
Morales.- Con mi Browning.
Abogado Smith.- ¿Con silenciador?
Morales.- No. Los silenciadores son ilegales.
La imagen se congela y sobre la pantalla se superponen las palabras: Interrogatorio del abogado Howard Smith a Ricardo Morales Navarrete. 7 de abril de 1982.
En la pantalla Peter Lorre se dirige a Bogart: You despise me don’t you?
Bogart: Well if I gave you any thought I probably would.
El entrevistado es un señor mayor de elegancia antigua. Se ha quedado en tiempos de la República. Pelo escaso planchado hacia atrás, guayabera de hilo cerrada en el cuello con lacito. Bigote fino, a lo Grau, un emblema del Colegio Nacional de Periodistas en el Exilio prendido en su guayabera, sobre el bolsillo central. La raya del pantalón impecable. Bastón de coco macaco descansando entre las piernas. El sitio de la entrevista es el Parque Antonio Maceo de la Pequeña Habana. El entrevistado está sentado en una de las mesas fijas del parque. Detrás suyo y alrededor de las camaras la gente se para y mira con curiosidad. En la pantalla puede leerse el nombre del entrevistado: Dr. Napoleón Martínez Asensio, del Colegio Nacional de Periodistas de Cuba en el Exilio. Miami, junio de 1987.
¿Y para qué quieren hacer un reportaje sobre aquel pobre muchacho? Ya lo mataron… a mí no me gusta hablar mal de los muertos y no hay mucho bueno que decir de Morales. Ustedes son muy jóvenes y no pueden recordarlo, pero hubo un momento antes e incluso durante los primeros años de la revolución en que en la política, incluso en la cubana, había gente decente y de bien. Ya sólo quedan vivos los peores, pero contra Batista hubo mucha gente decente que tenía… No sabría explicarselo a un joven de hoy… Hay una palabra pundonor…que viene del francés y significa punto de honor y se refiere a ese punto más allá del cual un hombre deja de ser algo más o quizás algo menos… Olvídelo. Su generación no puede entenderlo. Pero no se olvide del término porque volveré al mismo antes de que pase mucho rato.
Salto de escena. Ha cambiado de mesa y ahora está a la sombra.
Le confieso que nunca entendí bien a aquel chico. Su padre era magistrado de la Audiencia de La Habana, su madre venía de una familia bien, estudio en La Salle… y sin embargo se mezcló con el 26 de julio de jovencito… normal que acabase teniendo un apodo de presidiario. No sé si usted lo sabe, pero le llamaban El Mono. ¿Qué clase de apodo es ese para un alumno de La Salle? La política favorece las malas compañías. Quizás por eso tuvo aquel enocntronazo con Aton C******, que era un guajiro duro, de los de antes. Aquí quiero aclarar que Aton no era un mal hombre a pesar de estar en contacto con gente como Morales. Era un guajiro de los de antes y no hay guajiro malo, y si lo hay no me lo he encontrado todavía… y estoy seguro de que si lo metieron en la cárcel federal debió de ser un error… es verdad que disparó a un agente federal pero me imagino que debía tener sus motivos. Aton había estado contra Batista primero y contra Fidel después, las dos veces en el Escambray, y era uno de esos hombres que todavía creía en el honor y en la palabra dada en un pantano como este…¿sabe que Miami está construido sobre un pantano? Por eso aquí no puede crecer nada que merezca la pena… ¿De qué hablaba yo? Ah, sí, de Aton… Aton se molestó mucho cuando Morales delató a la gente del Poder cubano y le dijo a las claras lo que pensaba de él y de toda su ascendencia… No llegaron a las manos pero Morales quedó preocupado porque cuando alguien que nunca insulta a nadie te insulta es porque te va a matar… Morales se asustó y decidió adelantarse al viejo. Él y otros dos pobres cretinos fueron por C******** cuando este estaba en una gasolinera con las dos manos ocupadas, le dispararon diecisiete veces… lo dejaron por muerto. Gente mejor que aquellos tres lo había dado por muerto. Aton salió del hospital sin decirle nada a nadie, no delató a nadie… él sí era un hombre de honor. Después alguien mató a los dos cómplices de Morales y este se fue del país…
En la pantalla Ingrid Bergman dice las palabras mágicas: Play it again Sam, as Times goes by…
El entrevistado tiene cuarenta años y viste de forma sencilla, sus ropas son caras y de corte clásico. La entrevista se realiza en el mismo despacho de José Miguel S******* y en la pared hay un retrato suyo con una cinta negra de duelo. Han pasado algunos años desde la primera entrevista y el despacho aunque reconocible ha cambiado. Los muebles ahora son de estilo inglés y en las paredes puede verse, entre otros, un Lam. A lo largo de la entrevista el entrevistado la interrumpirá varias veces para hablar por uno de sus varios teléfonos. En la pantalla puede leerse: Carlos González. Presidente de Unilimited Import Export Corp. Miami. 1989.
—No te voy a mentir diciendo que sé por qué se fue a Venezuela. Hay muchas historias y todas son confusas. Pero cuando volvió estaba cambiado… lo que es normal… le habían acusado de terrorismo, de complicidad en un asesinato múltiple. Toda la gente de la causa le odiaba y había perdido sus contactos con las agencias federales. Todo había cambiado y también la ciudad. Ahora la gente de aquí se mataba por dinero. Había coca en todas partes y de pronto dejamos de ser una ciudad pobre del Sur para ser una ciudad pobre del Sur en donde sobraba el dinero. Además en Venezuela hasta que metió la pata con aquel avión de Cubana de Aviación era intocable, pero aquí en Miami todo el mundo era mortal… ahora esto está medio tranquilo pero hubo un momento en que nos volvimos locos de verdad… ¿Sabes lo del camión congelador aparcado frente a la morgue? Pero eso fue después… De todas maneras Richard, Ricardo si lo prefieres así, no se enteraba. Todos los días salía a hacer jogging por Fontainblue boulevard, desarmado. Por las noches no tenía miedo de armarla en los clubs o empezar peleas. Conmigo se llevaba bien… una vez me regaló una guitarra… yo por aquel entonces tocaba algo, pero él no me regaló una guitarrita cualquiera sino una de concierto, como la de Andrés Segovia me dijo…Como da vueltas el mundo… yo soñaba entonces con ser músico. Aún toco en reuniones de familia.
Salto en la entrevista.
Le llevábamos a fiestas para que se calmase. A veces iba, a veces no… una vez lo invitamos, yo y José Miguel, y nos dijo, literalmente: “esta noche no que tengo que matar a un cabrón”. Y claro, pensamos que era una broma, sobre todo porque lo dijo por teléfono, pero al día siguiente supimos que habían matado… no recuerdo ahora el nombre. Después nos enteramos que se le habían acabado los contactos con gente de veras importante en sitios importantes pero que era el confidente de un sargento de policía, no de Miami si no del condado… recordarás al personaje… un año «Policía del año» y al siguiente estaba fuera de la policía y servía de investigador para un bufete de abogados que defendía marimberos…
Morales se metió en el asunto de las drogas. No debería de haber sido una sorpresa pero no dejó de dolernos. Es verdad que toda historia tiene dos lados, y yo que lo conocía de antiguo rezaba para que no fuera de veras un marimbero, para que fuera un agente federal encubierto o algo así. Después lo pillaron con un camión lleno de maría y lo dejaron ir sin cargos y casi me convenzo de que en realidad era un policía encubierto… pero no. Yo me engañaba.
Salto en la entrevista.
A veces las cosas eran como antes y aparecía a cualquier hora… Una vez llegó de madrugada con una paella de un restaurante cubano que decía que era español, pero sin embargo cada vez era peor… ya sólo hablaba de coca y de muertos.
De nuevo la sala del tribunal.
Abogado Smith.- ¿Qué estaba usted haciendo con la marihuana?
Morales.- Yo no tenía marihuana conmigo cuando me detuvieron…
Abogado Smith.- Usted tenía todo un camión en el momento de su detención.
Morales.- Yo estaba conduciendo un camión que resultó estar lleno de marihuana, pero yo no sabía lo que contenía.
Abogado Smith.- ¿Cuál era su parte en el trato?
Morales,- ¿Qué trato? A mí me pagaron por conducir un camión…
Abogado Smith.- ¿Usted era sólo un camionero?
Morales.- Es un trabajo legítimo.
Claude Rains habla con Bogart mientras se alejan andando en la niebla: This could be the start of a beautiful friendship.
Dos entrevistas se superponen.
Una entrevistada tiene más de treinta años pero trata de aparentar muchos menos por su manera de vestir que intenta en vano ser juvenil. Está sentada sobre una silla alta, la misma en que se sentaba el guionista en la escena inicial. Las letras sobre la pantalla nos dicen que es A*** D*** R*** pero no ofrecen datos adicionales. El segundo entrevistado es un hombre de edad indeterminada pero en modo alguno joven. Poco pelo y el que le queda está recortado a la manera de los soldados. Pantalones cakis, camisa de manga corta. Las dos prendas son civiles y sin embargo vestido con ellas la primera cuestión que se le ocurre a un testigo, incluso poco observador, es ¿qué hace este hombre vestido de civil? Ningún cartel anuncia su nombre.
Habla la mujer:
—Lo conocí poco después de que sirviera de testigo de Estado en aquel juicio por drogas. Todo el mundo hablaba del Mono Morales en aquellos días. Era mi cumpleaños e invité a un grupo de amigos. Carlitos me llamó y me dijo Tengo al Mono durmiendo en el sofá… no te pones brava si lo llevo a tu party… Yo le digo ¿El Mono Morales? Claro que sí… él estaba all over the place...Yo más que contenta porque acababa de tener una bronca con mi landlord, que era un judío de la playa… y yo no soy antijudía pero si tienes que tener uno cerca que sea tu contable o tu abogado, o tu médico… o tu dentista, y no tu casero… (aparte ¿eso puedes cortarlo de la película?) (Voz en off: Claro que sí ) El caso es que casi que me echa a la calle y yo claro antes de irme decidí montar una fiesta con mucho ruido… ¿De qué hablábamos? Ah, sí, el Mono y Carlitos. Carlitos me dice… el mono está en mi sofa y yo le digo Super, que se venga que le voy a poner un contrato al cabrón del landlord… Me lo trajeron Carlitos y José Miguel… que pena lo de José Miguel… quién lo iba a pensar, aunque claro no sólo los gays enferman… ¿El Mono? Ah, sí, regreso al Mono… Yo me esperaba un gangster pero no. Todo un señor, mayor que nosotros pero muy joven de formas, un jodedor cubano de los de antes pero respetuoso con las señoras… que yo lo era y lo soy. Alguien que sabía llevar el ritmo y aguantar el trago sin ponerse pegajoso… eso sí un poquito picuo a la hora de vestir… El caso es que la liamos buena, seis vecinos se quejaron al casero… y que se me presenta en la puerta de la casa a las dos de la mañana, justo cuando teníamos la música a tope…
Habla el hombre:
—Conocí a Morales cuando apenas era un hombrecito. Fue allá en África. Yo era piloto de caza y mi avión no llevaba distintivos…. un día era de la República de Katanga y al día siguiente le pintamos los colores del Congo. Después fui piloto algunos años de Mobutu y digan lo que digan era un señor… una vez le lleve de… no eso no te importa. Éramos todo un bonche de cubanos locos que habíamos escapado de Playa Girón, el Escambray y estábamos en lo que se llamó la lucha por los caminos del mundo… la CIA a veces nos pagaba y a veces no… cuando trabajamos para Mobutu nos pagó la CIA, primero reventamos a Lumumba y después a Tshombe, y después le quitamos de encima a los mercenarios de extrema derecha que lo rodeaban… Fue algo confuso para algunos de nosotros, pero no para mí… un día eras amigo de los europeos, al día siguiente era tu peor enemigo… yo siempre supe que la única gente de que podía fiarme era mi gente, en un país de tribus mi tribu era la cubana… y ahí estaba Morales, aún no le llamaban Mono o Monkey.
Era de los mejores…
Un chico que era siempre voluntario para todos los trabajos. Yo maté muchos enemigos, pero desde un avión no tiene mérito… él se iba a la selva y los mataba a mano… eso tiene mérito.
Me gustaba estar con Morales. Era uno de las pocas personas educadas del grupo… el resto eran guajiros de monte adentro, de Pinar del Rio, de las Villas, que no tragaban a los negros y sólo sabían hablar de mujeres y muertos. Con Morales se podía hablar de música, de libros, tenía educación y además no te avergonzaba cuando estaban con la parte contratante de nuestros servicios.
Recuerdo una anécdota. Una vez estábamos lejos del frente, de paseo, en Leopoldville, ahora se llama distinto, y fuimos a comer a un restaurante. El cocinero, negro, y eso importa a la hora de contar la anécdota, había sido el cocinero del último gobernador colonial belga y era… ¿era? Era el mejor cocinero con el que me topado en mi vida… nunca he comido tan bien como durante aquella guerra. El caso es que salíamos del restaurante y nos cruzamos con uno de los nuestros, un guajirito bajito y rubianco, todavía lo veo… buen soldado pero raciiiiista… el día en que aprenda a hablar inglés sin comerse las palabras sera grand dragón del klan… Nos ve, nos saluda y nos pregunta: ¿Ahí cómo se come? Y Morales se le queda mirando y le dice Opiparamente... El guajiro se queda parado un momento y después nos dice: claro, siendo un cocinero negro tenia que ser una mierda…
Habla de nuevo la mujer:
Tengo el casero en la puerta y el Mono que sale del baño, limpiándose la nariz, ve que estoy en problemas, me coge del brazo, pero suave, no abusivo, me dice que me vaya padentro, que eso es cosa suya, y sale al pasillo con el landlord. A los cinco minutos vuelven y el Mono le da un trago a mi casero para que le vuelva el color y la respiración… Y cuando el viejito puede volver a hablar, el Mono me llama y me dice que ahora ya puedo hablar con mi casero… Y mi casero que me dice que nada… que la fiesta está bien… porque somos jóvenes, que gracias por el trago y que de irme nada… que soy su mejor inquilina y me bajará la renta… Después se quedó parado y el Mono le dijo You can go… Y se fue…
Y yo le dije Mono, estar contigo es como estar en The Godfhater con pase de protagonista…esto ha sido de película. Y José Miguel y Carlitos se pusieron blancos como el papel… porque al Mono, sólo sus amigos le llamaban Mono a la cara. Y él se pone a reír… Y nos pusimos a hablar de cine porque era como aquella escena en que Don Corleone, cuando aún no es Marlon Brando sino Robert de Niro, habla con el casero de la señora que quieren echa de su casa porque tiene un perrito y él la salva… ¿Casablanca? No, yo no veo cine en blanco y negro… a lo mejor ahora que Turner la ha colorizado.
Antes de irse se dispidió y me dijo si alguien te busca problema que sepa que lo tiene también conmigo…llámame... le llamé poco antes de Navidad, para una fiesta no de Navidad que hice, pero lo mataron dos días antes… Pensará que soy boba, pero de verás que lo sentí… Era chevere.
Habla el hombre:
La última vez que lo vi fue en un aeropuerto. Yo había regresado a la vida civil… más o menos. Estaba en la zona reservada del aeropuerto, donde sólo se puede entrar con pases… en North Carolina, y me lo encuentro de cara. ¿Morales que haces aquí? No porque estuviera en North Carolina sino porque estaba en una zona restringida, ya me ha entendido. Me dijo que estaba trabajando para aquellos comemierdas pero sin especificar, así que supuse que sería para alguna agencia federal, porque cuando has visto el aparato federal por dentro te dan ganas de rezar y te preguntas cómo este país no se ha ido aún al carajo.
Cuando lo mataron yo estaba fuera del país, viajo mucho fuera de los States, pero supuse que sería por algo relacionado con aquello.
Sé que mi postura no es la más popular pero nunca llegué a creer que se volviera narco, o que lo matasen por accidente. Yo lo conocí al principio de su carrera y sé que nadie que se la jugase como él se la jugó puede llegar a caer tan bajo. Va usted a pensar que soy idiota pero lamenté su muerte…
Sala del tribunal vacía. Apenas unos segundos, después en la pantalla aparece Bogart: Of all the gin joins in all the world she walks into mine.
Bar de aspecto decadente, ni mucha luz, ni muchos clientes. En tiempos fue un sitio elegante, pero ahora no sólo su decoración está pasada de moda sino además dañada por el uso. El entrevistado viste de camarero: camisa blanca, lacito desabrochado, chaleco de un rojo brillante. Está cansado y además se le nota. Han cerrado o están a punto de cerrar y por eso puede fumar. Habla sin mirar a la cámara. Sobre la pantalla leemos: Pedro Marchena, antiguo bartender de Roger´s on the green.
—Roger´s on the green era un restaurante normalito, y pegado tenía un lounge. El negocio estaba en el lounge porque la comida de Roger’s se encontraba en cualquier parte pero los tragos eran buenos… Era casi Navidad y habíamos puesto luces y adornos. El Mono era un habitual. Yo le tenía miedo… si hubiera sido desagradable no me hubiera importado, pero no era desagradable, era imprevisible… un día era tu amigo y al otro te amenazaba de muerte sin venir a cuento… y eso jode de una persona normal, pero este era de los que pegaba tiros de verdad… todos decían que era chiva de la policía y que habían varios cops que debían su carrera a sus chivatazos. La noche que lo mataron llegó a Roger´s, al lounge, con la viuda de Llamazares y dos amigos. Habría estado bebiendo toda la tarde porque llegó ya peleón… primero se quejó de que el hielo de su whisky no estaba seco, después de que no se lo había puesto doble… después sus amigos se fueron e intentó pelearse con Roger. Rogelio Novo, se hacía llamar Roger, era el jefe allí, conocía a gente en Jersey y Nueva York y no le gustaba que le jodiesen. Aquel día andaba con Bob Torres que no conocía al Mono en persona, porque aunque era cubano, no era cubano de Miami sino de Jersey City o de North Bergen. Torres era nuevo en la ciudad y lo único que sabíamos era que había sido guardaespaldas de Juan Cid, que había sido el primer esposo de la viuda de Llamazares… o sea que había una relación en el grupo, pero nadie lo dijo en el juicio y si puedes usar esto sin que salga en pantalla te lo agradeceré…
No, no tengo muy claro porque Roger necesitaba un guardaespaldas. No sé si estaba en política o en bussines… en Miami la política es un deporte de contacto… no esperas que el rival se muera pero te gusta cuando le hacen sangrar…
Roger y el Mono se liaron… hubo empujones, pero no muchos porque el Mono andaba borracho y Roger no bebía en el bar… Al final Torres empujó al Mono y lo llevó fuera del bar… El Mono entró poco después, todo humildito y se abrazó a Torres y a Novo diciendo que eran todos hermanos, aseres y todo eso… Roger se dejó hacer para no montar bronca, pero Torres le dijo no me seas maricón y lo volvió a sacar fuera, y entonces yo dije algo que quizás mató al Mono. Le dije a mi jefe que ese mamón no le andaba abrazando, lo que hacía era cachearle buscando un arma. Novo no dijo nada, pero Torres que andaba en mangas de camisa fue a buscar su chaqueta y me pidió una 38 que yo tenía detrás de la barra… Sí: en aquella época teníamos un revolver a mano cerca de la caja. Torres se metió el revolver a la cintura un poco atrás para que no se viera con la chaqueta abierta. Novo le dijo, esto no es nada…
Entonces el Mono volvió a entrar por tercera vez. Estaba gritando… yo soy el Mono Morales y a mí nadie me trata como a un maricón. Empujó a Novo, empujó a Torres y se agachó a sacar una pistola que llevaba en el tobillo, pero Torres sacó primero y le disparó en la cabeza. No llegó a levantarse… Estaba allí, en primera línea, pero no te podría decir cuántas veces disparó, sólo que Morales no se levantó. Torres salió por la puerta de atrás y la policía llegó en cinco o diez minutos y después el rescue. El Mono no se había muerto en el acto y creo que estuvo dos día en el Jackson Memorial, donde lo acompañó su familia… ¿Puedes creerte que tenía familia?
A Torres lo mataron después, como un año más tarde pero no creo que fuera un amigo de Morales, me dicen que Morales no tenía enemigos cuando lo mataron. A Rogelio, Roger, también lo mataron y después cerraron el sitio y un periodista llegó incluso a escribir que había fantasmas en el antiguo bar. Es posible: el Mono ni muerto ha podido dejar de joder.
La escena se congela. Ruedan los créditos. Suena As times goes byen una versión libre de copy right.