#Clones: Ópera

Si existiera el género ópera breve o miniópera, Bohemian Rhapsody sería segura referencia del mismo. La canción de Queen es en sí misma una ópera rock. Bohemian Rhapsody es Freddie Mercury en todas sus facetas, solo él era capaz de pasar con tanta facilidad de lo intimista y críptico a lo exhibicionista y estrafalario, sin perder un ápice de credibilidad.  

The Flaming Lips pareciera haber clonado ya todos los clásicos del rock. Pudiéramos hacer un índice de perfección de las canciones según cuánto la versión de los Flamings se aleja de la original. En Bohemian Rhapsody casi casi repiten cada acorde.

Mi versión favorita de Bohemian Rhapsody es la de Cud, una banda de los ochenta que merecía mayor fama y que actualmente intenta revivir los viejos laureles. A pesar de encontrarse otra vez en activo, su clon de la Rapsodia no se encuentra en casi ninguna parte, por lo que no me queda sino enlazar al lugar donde me referí a ellos por primera vez.

El homenaje latino a Queen ya tiene unos cuantos años, por lo que su lineup de lujo en aquel momento hoy es un auténtico documento de referencia de la historia del pop rock latino. A Molotov le tocó lidiar con la magnitud de la Rapsodia Bohemia y lo hace convirtiéndola exactamente en lo que promete el título que le dieron a su versión: Rap, soda y bohemia.

Por momentos efectista y casi caricaturesca, Bohemian Rhapsody se le da muy bien a la parodia. Por eso, la mejor versión que se ha hecho de la canción es la de Animal y compañía.  

 

Luis A. Ordoñez

Luis Alejandro Ordóñez es venezolano y reside en Estados Unidos desde 2008. De profesión politólogo, en Estados Unidos se ha desempeñado como editor, redactor de medios, corrector de estilo, traductor y profesor de español, además de a su carrera literaria. En 2015 publicó el libro de relatos Play y en 2014 ganó el II premio literario en español de la Universidad NorthEastern por el cuento Doble negación. Con Bibliotecario ganó el Concurso de Microrrelatos Severo Ochoa de la biblioteca del Instituto Cervantes de Chicago, y fue finalista del I Concurso de Microrrelatos para Twitter @1cmct gracias al texto Turno. Su micronovela experimental Gatubellísima ha sido reseñada en diversas oportunidades como pionera de la narración vía Twitter y redes sociales.

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