No sé si eres médano o duna,
luna entera o medianoche;
quisiera definirte con la lengua y no con la tinta:
el más líquido y azul de mis reproches,
por ahora, al menos voy a nombrarte:
Lunaentéramedianoche.
Quise detallarte sobre la madera
pero no entendía si eras de lana o de pluma,
ni de dónde tu hondo llanto provenía
(¿caudalosa ría o bahía?)
tampoco sabía el sabor
de tus lágrimas de agonía,
ni a qué fluido de congoja mutarían
(¿inagotable salicina o lejía?);
Lunaentéramedianoche,
¿por qué lloras… ?
Quisiera sepultarte en un suspiro,
para, así, revocar tu llanto,
si tanto así, Lunaentéramedianoche,
te acongoja mi canto;
pero creyendo que es mi canto
quien mantiene tu alma viva,
dime: ¿qué será de ti, Lunaentéramedianoche,
si mi canto se termina?
Iba a declararte “agua”,
pero dije “mía”, “lago”, “calma”,
“marjal o marea”.
Iba a declararte “tierra”,
pero dije “lamía”, “miñosa”, “minucia”,
“marjal o marisma”.
Iba a declararte “aire”,
pero dije “fuego”.
Y aunque para ti -y tal vez para otros-
mucho de esto poco importe,
yo debo indagarte en cada parte,
ya que sólo así estaré dispuesto,
Lunaentéramedianoche,
a cuidarte.
En cada rincón te busco tu origen,
te indago en cuerpo y alma,
te aprieto en cuerpo y cuerpo
aunque desnuda tu pasado no es vital,
Lunaentéramedianoche.
Veo fríos o fulgores en tus ojos,
pero temo o intuyo que su llama real
en todo su brillo nunca aflora:
¿es que alguna vez, Lunaentéramedianoche,
has querido más que ahora?
Sé que quieres marcharte ya…
(mi frío análisis, a veces las ahuyenta…)
son tantas las cosas que debo saber
¡y tú que no dices una palabra que me llene!
dímelo que no lo sé, Lunaentéramedianoche,
¿quién eres… ?
¿Pondré en juego sano mi destino
arrimándome a quererte o más aún:
aventurándome y amarte o más aun:
a desatarme, encandilarme, revolcarme,
romperme y adorarte?;
déjame saberlo previo al acto:
antes del filo y la fogata;
previo a la curva blanda del rubí
y al brillo aciago del diamante;
antes de la promesa muda y su lágrima de carne,
de savia;
previo al fuego y su derroche;
antes del muro de silencio y la sombra de la daga…:
Lunaentéramedianoche… ¿quién eres?
Juan Ramón Ortiz Galeano
(De “Que eres del planta y estás triste…”)