Los nazis y la bondad

   El nazi Alfred Rosenberg deja constancia en su diario de una lectura de Rilke: «Esta mañana he recogido la Carta desde Muzot de Rilke. Qué mundo tan lejano y a la par estimulante en algunos aspectos. El estilo epistolar de Rilke es muy cuidado para lectores del futuro».

   No es extraño que Rosenberg se preocupe por los lectores del futuro. Los nazis creían que el régimen estaba destinado a perdurar y a ser una marca en la cultura occidental. Asociaban el futuro del mundo con el destino del nazismo. Rilke y sus cartas son solo una huella de ese destino del que se consideraban los dueños.

   El 1 de marzo de 1939, Rosenberg comenta: «Goebbels dijo que, si al Führer no le gusta su vida, tendría que habérselo pensado mejor antes de actuar en 1924». Lo que Goebbels está diciendo es que Hitler no tiene derecho a quejarse del mundo en el que vive porque él es uno de los responsables del modo de vida que tienen en ese instante.

   Rosenberg desnuda el comportamiento de Goebbels. Da a entender que su colega Goebbels trata maliciosamente a Hitler y que él, Rosenberg, es un compañero leal, bueno, un discípulo fiel. Rosenberg razona que, entre las ovejas nazis, hay una descarriada (Goebbels) y hay también las que siguen la buena senda (él mismo).

   Ahora bien, en el estado en el que nos encontramos en el mundo –me refiero al nivel de perfidia, mezquindad y egoísmo de algunos gobernantes– nadie debe sorprenderse por la consideración del nazi Alfred Rosenberg sobre Goebbels. Para Rosenberg, Goebbels es mezquino, malicioso y dañino. Él es modelo de bondad, equilibro y solidaridad en el mundo. Si seguimos el razonamiento de Rosenberg, los nazis eran buenos y el mundo no pudo ver las virtudes del régimen nacional socialista.

   Lo que muestra la anotación de Rosenberg es que existe una dificultad para encontrar un criterio ecuánime que nos ayude a distinguir el bien del mal. Los conceptos de bondad y maldad son relativos. Incluso entre los miserables nazis, hay algunos que se consideran buenos. No es tarde para que empecemos a pensar en la ceguera de nuestros actuales gobernantes que, si bien no son nazis, tienen la misma mirada miope de algunos ilustres miembros del partido nazi.

 

 

 

 

 

Fabián Soberón

es escritor, profesor universitario y crítico. Nació en J. B. Alberdi, Tucumán, Argentina, en 1973. Ha publicado la novela La conferencia de Einstein (1era. edición UNT, 2006; 2da ed. UNT, 2013), los libros de relatos Vidas breves (Simurg, 2007) y El instante (Ed. Raíz de dos, 2011), las crónicas Mamá. Vida breve de Soledad H. Rodríguez (Ed. Culiquitaca, 2013) y Ciudades escritas (Eduvim, 2015) y ensayos sobre literatura, arte, música, filosofía y cine en revistas nacionales e internacionales. El Fondo Nacional de las Artes publicó textos suyos en la Antología de la Poesía Joven del Noroeste (Fondo Nacional de las Artes, 2008). Es Licenciado en Artes plásticas y Técnico en Sonorización. Fue docente de Historia de la Música en la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de Tucumán. Actualmente se desempeña como profesor en Teoría y Estética del Cine (Escuela Universitaria de Cine), Comunicación Audiovisual y Comunicación Visual Gráfica (Facultad de Filosofía y Letras). Fue finalista del Premio Clarín de Cuento 2008. Con su novela Atalaya obtuvo una mención en el Premio de Novela Breve de Córdoba, con el Jurado integrado por Angélica Gorodischer, Tununa Mercado y Perla Suez. Ganó el 2do Premio del Salón del Bicentenario. Actualmente colabora con Perfil (Buenos Aires), Ñ (Buenos Aires), Boca de sapo (Buenos Aires), Otra parte semanal (Buenos Aires), La Capital (Rosario), El Pulso Argentino (Tucumán), La Gaceta Literaria (Tucumán), Los Andes (Mendoza) y Nuevo Diario (Santiago del Estero). Es miembro del consejo editor de la revista Imagofagia (Buenos Aires). Ha dictado talleres de escritura en Santiago del Estero, Tucumán y Buenos Aires. Ficciones de su autoría han aparecido en Ñ (Buenos Aires), El Pulso Argentino (Tucumán), La Gaceta Literaria (Tucumán), entre otras publicaciones. En el 2014 participó en el Encuentro Federal de la Palabra (Tecnópolis) y en el ciclo “Diálogo de provincias”, de la 40º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires. En 2014 ganó la Beca Nacional de Creación otorgada por el Fondo Nacional de las Artes (Argentina). Textos suyos han sido traducidos al inglés y al portugués.
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