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Lima maldita

Había que hablar de temas que pocos se atreven a hablar (o escribir). Nos sumergimos en espacios no marginales, sino marginados muchas veces por quienes se han atribuido una forma de poder muy particular. Ese mundo escondido tiene mucha vida, ese donde aparecen las más grandes historias y personajes del rock subterráneo y de esa movida cultural que prefiere mantener un perfil bajo. Es en ese mundo donde Miguel Fegale (Lima, 1983), el autor del libro Lima maldita(2018), se desplaza con total naturalidad. Miguel ya ha publicado dos novelas antes: Los románticos mueren primero(2013) y Los corazones anestesiados(2015).

Miguel me cuenta que empezó a escribir el libro en el 2014. Muchas veces uno no busca los temas y los desafíos, ellos te buscan, me dice, y fue así que entre promesa y promesa empecé a escribirlo por estimulo de viejos subterráneos que no encontraban ningún libro que diga las cosas claras, que ponga a todos los actores en su lugar. Sin duda, me fue difícil, pero todo surgió de la paciencia, las conversaciones, charlas, visitas, convivencias con subtes veteranos, como el caso de Leo escoria, César, José Galicio, Richi, Franz Agora, Miguel Blásica, Montaña, el Boui, Jose Peralta, Filderes, Marco Fósforo, Alex Grajeda, Juan Cueva, Luis Sanguinetti, Carlos Draconia, Damonte, Ivan Santos, El Che, César Príncipe, otros que colaboraron, y otros que no querían que ser mencionados.

Lima maldita tenía que ser un libro valiente y anti todo y ante todos. Miguel afirma que muchos subtes bases/padres de la movida como Edgar Barraza Kilowatt, José Eduardo Matute, Saul Omiso, Edwin Zcuela, Coco Cielo y Maria T-Ta. También el buen Leo Bacteria, Silvio Espátula, excepto Patricia roncal /Maria t-ta (que ahora la quieren utilizar de símbolo feminista; hecho que ella siempre negó) no habían recibido su lugar ni consideración, habiendo hecho tanto por la movida desde sus crudos y violentos inicios entre Sendero Luminoso y MRTA. Miguel remarca que en otros libros ponían a sus amigos de siempre y a sus bandas de siempre, dejando de lado a otras tan talentosas y guerreras como Lima 13, Lvxvria, Sor Obscena, Deskoncierto, Delirios Kronikos, Eructo Maldonado, Masoko Tanga, Qepd Carreño, Cardenales, Del Pueblo Del Barrio. Por eso, la publicación de Lima maldita reivindica a estas bandas.

Muchos de los fundadores de ese primer momento ahora niegan la movida o dicen que fue algo juvenil, temporal, de la edad y evitan tocar el tema. Miguel menciona el caso de Wicho, el F , Pelo Madueño y otros rockeros que, al tener un nombre o un status, dejaron de la lado la movida muchos después hasta negarla. Por eso este libro tenía que nacer para decir las verdades que se oculta en esta Lima tibia, fría, cobardona, convenida, pasiva, porque hubo mucha gente que dejó esta herencia y cultura llamada rock subterráneo. Ahora la movida subte está en continuas transformaciones, revoluciones, pero siempre se mantiene combativa con nuevos cantantes, bandas, lugares y referentes.

En esas épocas, las bandas no tenían instrumentos ni tiendas en Lima. Para adquirirlos, por el bloqueo y prohibición del presidente Velasco, a fines de los años 70. Recordemos que el músico Carlos Santana fue echado del país cuando debía tocar en Lima. La orden del presidente era muy clara: prohibir el rock alienante proyanqui. Es por esa razón que las radios limeñas de la época solo difundían música criolla o rock de los 60, conocido como La nueva ola.

Un punto importante es que los subtes refuerzan el hecho de cantar en español. Así evidencian una identidad original y guerrera no alienada ni en la ropa ni en las canciones. Miguel enfatiza que esa fue, precisamente, la esencia de la raza subte: crear, innovar, apostar, pelear contra el sistema a punta de guitarrazos, ensayando con baldes, tinas, palos, sin salas de ensayo y en un concierto común las 12 bandas usando la misma guitarra y bajo. Entonces no había dinero ni tiendas por la prohibición y por el toque de queda de la época donde Sendero luminoso, el MRTA y el mismo Estado masacraban al país con matanzas a centenares en la sierra y selva peruanas.

Miguel confiesa que después de la publicación recibió apoyo de algunos subtes, pero otro gran grupo le dio la espalda. El libro fue autogestionado y le tomó cuatro años escribirlo. Hoy, la novela, a aparte de recorrer Lima, ha llegado a Chile, México, Argentina, Italia y España gracias a los pedidos o viajeros lectores. Ese es el esfuerzo de Miguel Fegale, un escritor que ha retratado con el alma ese espacio poco estudiado del rock subterráneo en nuestra Lima maldita. Miguel, además de escritor, es director del colectivo de música Rock Liberado, asesor del grupo poético Poetálica y administrador de radio Anestesiada. Asimismo, forma parte de una banda de rock llamada Los eyaculadores, donde es cantautor.

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