Search
Close this search box.

La palomita canalla

La historia que voy a narrar representa únicamente el apéndice de toda la desmesura. Una avenida de excesos y fútbol que siempre llamó mi atención.

Ubicación geográfica: la ciudad de Rosario. Llamada alguna vez la “Chicago Argentina” sencillamente por su papel en las páginas policiales, protagonizadas de manera estelar por Juan Galiffi, el “Al Capone” vernáculo.

Una ciudad, un puerto, dos clubes. Rosario Central y Newell’s. El primero, cuyo hincha más famoso tal vez haya sido el Che Guevara, tuvo un origen humilde, ferroviario. Newell’s, por el contrario, tuvo su nacimiento en un colegio inglés. Como simpatizante más reconocido mencionemos simbólicamente a un tal Lionel Messi. La ciudad arde con cada clásico y su rivalidad militante.

En los años 20, un hospital organiza un partido a beneficio del Patronato de Leprosos y convoca a los dos clubes. Newell’s acepta la invitación;  en los cimientos de su odio, Central  la rechaza. Desde entonces se les conoce respectivamente como “Leprosos” y “Canallas”.

En los 60 nace la OCAL: Organización Canalla Anti Lepra. Una organización clandestina fundada apropiadamente en un hospital por un visitador médico y dos doctores recién recibidos. En las guardias hospitalarias, me confesaba un amigo ya recibido, hay mucho sexo. Pienso que por esa razón muere la gente. Porque los profesionales de la salud se la pasan cogiendo y confabulando organizaciones secretas cuyo único objetivo consiste en expresar el odio al equipo rival.

La OCAL cuenta con un calendario anual repleto de fechas conmemorativas. Voy a destacar dos. La primera marca un antes y un después: 14 de Septiembre de 1945, nacimiento del salvador Aldo Pedro Poy. A.PP. y D.PP.

La segunda fecha relevante tiene lugar en 1971. Central y Newell’s llegan a la semifinal del campeonato Nacional y se jugan el paso a la final a partido único. El encuentro finaliza 1 a 0 con un gol de «palomita» del salvador. Por eso, la OCAL organiza cada 19 de Diciembre la reconstrucción de la famosa anotación. El Negro Fontanarrosa –miembro de la OCAL aunque nunca lo haya confesado públicamente– ambienta uno de sus cuentos más famosos (llamado precisamente “19 de Diciembre de 1971”) en la tribuna de Central en ese momento histórico. El día que secuestraron por cábala al “Viejo Casale”, un hincha que nunca había asistido a un clásico donde perdiera el Canalla.

La historia que voy a narrar representa únicamente el apéndice de toda la desmesura. Y comienza el 20 de Diciembre de 1971, apenas un día después de la fecha patria. Ricardo de Rienzo, férreo defensor de Newell’s no puede digerir la derrota. O eso piensa él. La verdad se revela mucho peor: apendicitis. Termina en la camilla de un hospital. ¿Habrá sido el Carrasco, que había organizado el partido a beneficio de la Lepra? ¿O el hospital donde fundaron la OCAL? No lo sé. Lo que sí sé es el destino del órgano extirpado. Su morada no tan secreta, el museo de la organización. Descansará eternamente en un frasco pequeño de formol, acompañado de una pequeña etiqueta que reseña “A veinte centímetros de este apéndice pasó la palomita de Aldo Pedro Poy”.

Palomita en Cuba con el hijo del Che:

httpv://www.youtube.com/watch?v=GHdzOPUlTQ8#t=56

Palomita en Miami:

httpv://vimeo.com/82355086

Cuento de Fontanarrosa:

httpv://www.youtube.com/watch?v=n-S1CIO0Ua8

Relacionadas

Suburbano Ediciones Contacto

Facebook
Twitter
LinkedIn
Pinterest
WhatsApp
Reddit