No digas nada, del periodista y escritor Patrick Radden Keefe, es un libro que combina el rigor del periodismo de investigación con la profundidad de la narrativa literaria para contar una de las historias más desgarradoras del conflicto en Irlanda del Norte, conocido como The Troubles. Publicado en 2019, este libro explora los eventos violentos y las cicatrices que dejó el conflicto entre republicanos y unionistas en el Ulster, con un enfoque particular en la desaparición de Jean McConville, una madre de diez hijos que fue secuestrada y asesinada por el Ejército Republicano Irlandés (IRA) en 1972.
Radden Keefe se basa en entrevistas, documentos desclasificados y testimonios inéditos para reconstruir la historia de McConville y, al mismo tiempo, ofrecer un retrato detallado del conflicto. Con una prosa fluida y atrapante, el autor logra hacer que el lector se sienta inmerso en la tensión y la brutalidad de la época, presentando a los protagonistas del conflicto no solo como figuras políticas o militares, sino como seres humanos atrapados en una espiral de violencia y lealtades inquebrantables.
Uno de los puntos más interesantes del libro es su exploración de la organización y la estructura interna del IRA, especialmente a través de la historia de Dolours Price, una de las voluntarias más notorias del grupo. Price, quien participó en atentados y secuestros, es presentada como una mujer profundamente comprometida con la causa republicana, pero también como alguien que sufrió las consecuencias psicológicas y emocionales de su participación en la lucha armada. A través de su testimonio, el autor pone en evidencia la complejidad de la militancia dentro del IRA y los dilemas morales que enfrentaban sus miembros.
El libro también se adentra en las repercusiones del conflicto en la sociedad irlandesa y en la vida de los familiares de las víctimas. Los hijos de Jean McConville, abandonados y traumatizados tras la desaparición de su madre, se convierten en una metáfora de las heridas abiertas que dejó la violencia sectaria en Irlanda del Norte. Radden Keefe muestra cómo, incluso décadas después, el dolor y la búsqueda de justicia siguen vigentes, mientras algunos de los excombatientes han pasado a ocupar roles políticos en el Sinn Féin, el brazo político del IRA.
Dentro de este contexto, es imposible no mencionar el Domingo Sangriento de 1972, cuando tropas británicas abrieron fuego contra manifestantes civiles en Derry, matando a catorce personas. Este evento se convirtió en un símbolo de la brutalidad del conflicto y en un factor que alimentó la radicalización de muchos jóvenes republicanos, quienes vieron en el IRA una vía para resistir la represión británica. Asimismo, el libro indirectamente nos conduce a reflexionar sobre el proceso que llevó a los Acuerdos de Paz del Viernes Santo en 1998, que pusieron fin a décadas de violencia y establecieron un marco de gobierno compartido en Irlanda del Norte. Estos acuerdos representaron un hito en la reconciliación entre comunidades divididas, aunque las heridas del pasado siguen presentes en la memoria de muchos.