El primero en caer: tragedia y mito en First of the Gang to Die

Nadie quiere ser el primero en caer. Nadie desea ser el joven que se va demasiado pronto, el que vive rápido y muere joven, el que se convierte en una leyenda antes de poder ser un hombre. Pero Morrissey, con su lirismo mordaz y su capacidad innata para transformar la tragedia en himno, nos recuerda en First of the Gang to Die que la gloria y la violencia caminan de la mano, que la muerte no es solo un final, sino también una narrativa.

Desde el primer acorde, la canción es pura potencia. No hay tristeza en su melodía, sino un ritmo enérgico que impulsa hacia adelante, que invita a celebrar incluso lo inevitable. Morrissey, siempre ambiguo, nos presenta a Héctor, el primero de la pandilla en caer. No lo conocemos realmente, pero lo intuimos: un joven que creció en las calles, que encontró una familia en quienes compartían su destino, que vivió con intensidad hasta convertirse en mártir antes de tiempo.

El mundo de First of the Gang to Die es un espacio donde la violencia es tanto tragedia como rito de paso. Morrissey juega con el romanticismo de la delincuencia, la mística de las pandillas y la imagen del marginado moderno. «You have never been in love until you’ve seen the dawn rise behind the Home for the Blind», canta, evocando una realidad teñida de fatalismo y destino inevitable. Héctor no es solo una víctima; es un símbolo, el reflejo de una juventud que busca pertenencia en un mundo que solo le ofrece caos.

Musicalmente, la canción encapsula a Morrissey en su faceta más accesible. Suena a rock clásico, a nostalgia, a un eco de The Smiths, pero con una producción más pulida y directa. El bajo y la batería marcan un paso firme, mientras la guitarra se desliza con elegancia, sin excesos, acompañando la voz de Morrissey, que oscila entre la melancolía y la exaltación.

Sin embargo, tras la energía de la canción, tras su aparente celebración, se esconde una historia que se repite demasiado. «And he stole from the rich and the poor and the not very rich and the very poor», canta Morrissey, resaltando la paradoja de Héctor, quien podría ser cualquier chico en cualquier ciudad, cualquier joven que creyó en la lealtad de la calle, en la justicia de la violencia. Su destino, como el de tantos otros, es siempre el mismo: una bala, un cuerpo en el suelo, un nombre convertido en leyenda solo porque ya no está.

Escuchar First of the Gang to Die es un recordatorio de que la música puede embellecer cualquier historia.

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